Capítulo 29

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-ninguno de los personajes me pertenece-

-Fanfic dedicado a Captain Swan, Érase una vez-

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Emma se sienta en el sofá con una taza de chocolate caliente en la mano y escuchando los chasquidos que hace el fuego encendido en la chimenea. Killian está arriba, acostando a Henry y a Liam. Se está maravillosamente tranquila en la casa, ahora que los chicos de la banda se han ido. Les echa de menos, pero tiene que admitir que es agradable tener la casa para ellos cuatro de nuevo. Es increíble lo rápido que se ha acostumbrado a esta vida que han construido.

Toma un sorbo de chocolate, acomodándose en el sofá mientras espera a que Killian baje, pensando en los acontecimientos del día.

Killian había vuelto casi corriendo a casa después de su reunión con Gold, con sus ojos azules llenos de tormento y oscuro dolor. Ella lo había acogido en sus brazos inmediatamente, sintiendo que su reunión no había ido tan bien como esperaban. Él la había abrazado con tanta fuerza que casi le dolían las costillas, pero sin dudarlo le devolvió el abrazo igual de fuerte, preguntándole que había sucedido mientras Liam gateaba hacia ellos y envolvía sus bracitos alrededor de las piernas de su padre.

No había sido capaz de decirle frases completas de lo que había pasado y cuando finalmente habían dejado de abrazarse, lo había visto tan agotado que lo empujó hasta el sofá, agarrando una manta y tendiéndola sobre él mientras se acostaba en el sofá. Se había quedado dormido casi al instante y Liam había escalado sobre él hasta colocarse en sus brazos, y hacer los dos una siesta.

Los había dejado allí, durmiendo, mientras ella se unía a la banda en el garaje. Ellos le habían hecho un resumen de la reunión, terminando con la historia de Gold y Bella, y la reunión que tenía con ella mañana. Las cosas no parecían más resueltas de lo que estaban ayer, no era de extrañar que Killian estuviera tan molesto cuando había vuelto a casa.

La banda estaba recogiendo el garaje, así que ella y Henry ayudaron en todo lo que pudieron. Mientras, los chicos, les contaban historias de la infancia de Killian, las que, probablemente, no querría que nadie supiera. Le encantaba escuchar historias sobre el niño despreocupado que se metía en problemas y salía de ellos..

Una vez que los instrumentos estaban recogidos y el garaje vuelto a la normalidad, habían vuelto todos a la casa para comer. Entraron todos en silencio, teniendo en cuenta que Emma había dejado a Killian durmiendo en el sofá, para encontrarlo en la cocina, haciendo la comida para todos ellos. El descanso parecía que le había sentado bien, ya que sus ojos estaban claros y su sonrisa parecía sincera y fácil, mientras todos bromeaban alrededor de la mesa.

Una vez terminó la comida, era el momento de que la banda se fuera hacia el aeropuerto. Cogieron sus maletas y se despidieron en el vestíbulo. Emma solo podía ver abrazos y escuchar palmaditas en la espalda mientras los chicos se despedían. Killian incluso había conseguido darle un abrazo de verdad a Will antes de empujarlo hacia la puerta. Robin era el último en irse, deshaciendo el pelo de Henry y Liam antes de presionar un beso fraternal en la mejilla de Emma.

-Cuida de él por mi, vale?- le había preguntado a Emma en voz baja, formándose arruguitas en sus ojos por la sonrisa.

-Por supuesto- le había respondido ella, sintiendo los ojos de Killian en ellos, ya que murmuraban en voz baja entre sí. Era la segunda vez en el día que tenía la impresión de que estaba un poco celoso y que se había intensificado con el abrazo de Robin. Killian no tiene nada de que preocuparse, pero sabe que bajo esa fachada de exceso de confianza es un hombre dañado con más de una inseguridad respecto a su autoestima.

El Encuentro Que Lo Cambió TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora