El castaño comenzó a desabrocharse su camisa dejando a la vista sus marcados abdominales –apreté mi entrepierna severamente.
¿No esperará que me ponga su camisa? Por lo visto es lo que quería hacer. Desabroché la camisa y dejé al descubierto el sujetador negro de encaje.. los ojos se le desviaron solo un momento pero luego incómodo miro para otro lado.
Tomé la camisa y me la puse. Me quedaba ancha y holgada, no se ceñía a mi atlético cuerpo pero que mas daba... Era un favor.
- Oye...mmm.
- Clear. Me llamo clear.
- Clear... - Prosiguió- ¿Tan quisquilloso es tu jefe?
Fijé mi mirada oscura en la suya. Durante unos segundos pensé bromearle, en plan... que va solo era para poder retenerte un pelin más.
- Sí -contesté hosca–. ¿Por qué lo preguntas? ¿no es evidente?
- vale... Perdona.
¡¡¡MOMENTO INCÓMODO!!!
- Me llevo tu camisa... mi madre tiene un detergente buenísimo, seguro que desaparece esta mancha.
- Vale, bien. Gracias –añadí por cortesía.
Por mí como si se la quedaba, me la regaló mi novio una semana antes de dejarlo para empezar el trabajo. Pero ya no éramos nada y esa camiseta formaba parte del pasado, un pasado que ahora no quería recordar. Y menos con un bombón así delante de mía, tan similar a él...
Salí del baño a toda prisa con el café que me había comprado aquel chico del cual no sé si quiera si me dijo su nombre. Me apené...
No sé porque pero me traía una buena y mala vibración.
Subí aprisa las escaleras, luego con miedo y delicadeza golpeé dos veces la puerta de mi jefe.
Esperé.
Pero nadie abrió.
De repente note una presencia sobre la espalda.
- Buh -trató de asustar Carlos.
Dí un respingo y cerré los ojos... ¡¡¡la que me esperaba!!!
Abrió la puerta.
- Pasa - Dijo serio. Empujó mi espalda y entré medio a la fuerza.
Tras él la cerró, cogió mi mano y me atrajo a su cuerpo. Aquellos dedos largos aferraron mi mandíbula y juntaron sus labios con los míos bruscamente.
Carlos se desabrochó con la otra mano el botón de su pantalón y se bajó la cremallera.
¿Pero qué diablos le pasaba? ¡¿Acaso me quería follar aquí?!
Vi sus calzoncillos rojos marcando su polla dura.- Me he estado haciendo una paja en el baño. No paro de pensar en ti. En tus pechos que asoman por esa camisa, tu coñito que imagino debajo de esa falda... y quiero enterrarme en ti putita.
Casi me entró una arcada. Le detestaba, no quería nada con él...
A ver, llevo el café en la mano, la cara presionada y piensa follarme así.
Como si leyera mis pensamientos me soltó la cara y apretó mi culo con su mano y me atrajo a él, restregando su empalmada verga.
- Arrodíllate, voy a follarte la boca.
No, no quería. Su mirada gris chocó con mi mirada negra y vio en mis ojos la negación.
Agarrándome de los pelos hizo que tirara el café, me manchara la camisa –otra vez– y me arrodillara.
Tock tock . Tocaron a la puerta.
x x x
Al llegar a casa me quité la ropa. Iba a lavar la camisa y devolvérsela al dueño cuando al revisar
el bolsillo vi que había una tarjeta, ponía Dc. Oliver Bons con un número de teléfono.Sonreí, no sé porqué pero sonreí. Mire la tarjeta que tenía entre mis manos y me la llevé al corazón, luego la miré como si fuera mi salvación.
Eché todas mis cosas a lavar, me preparé la cena, enchufé el televisor y me quedé dormida en el sofá con el programa de la teletienda.
Un sol entraba por las ventanas iluminando intensamente el salón. Maldita sea ¿Porqué tanta luz?
Abrí un ojo.El sol me cegó. Mierda, me había quedado dormida en el sofá. Vi que en la mesita había una taza de café humeante. Ponía en un papel –Buenos dias. Héctor– Reí, mi mejor amigo había estado aquí hacía poco. Al incorporarme le di un sorbo y me rasqué la cabeza. Inmediatamente miré el reloj de la entrada. Eran 8:30 a.m. Seguí bebiendo. ¿Las 8:30? Casi me atraganto.
Abrí mi armario y me puse una camisa negra y una falda del mismo color. Unos tacones beig y una americana del mismo color de los zapatos. Saqué de la secadora toda la ropa y la puse en un cesto. Cogí la camisa, sucia, de Oliver y la metí en el bolso.
Fui corriendo a la mesa del comedor y cogí la tarjeta del Dotor Oliver.
Apunté el número en el móvil y conecté los auriculares. La canción Work, Rihanna salió disparada inundando mis oídos.Al montar en el coche de repente me acordé de cuando mi novio conducía y yo estaba al otro lado y me tendía su mano.Deje caer la cabeza en el reposa cabezas del coche. Lo echaba de menos, mucho.
Conduje hasta el trabajo, pero antes de entrar hice una llamada:
- Eugene, tenemos que vernos.
Un prolongado silencio. Al no contestar colgué y subí a mi despacho.
- ¿Señorita Power?
Kassandra, la secretaria de Carlos, entró en el despacho sin llamar a la puerta mientras aliviada de no ser mi jefe respiraba acompasadamente de nuevo.
- ¿Si?
- Un señor a cancelado todas sus entrevistas porque dice que tiene una muy importante con él.
Bueno... que yo sepa la única persona importante a la que le hacia falta entrevistarle era una chica que vino la semana pasada buscando trabajo –reflexioné para mis adentros.
- ¿Y quién si se puede saber? - Me invadió la curiosidad.
- No lo sé, solo me ha dicho que te diga que se llama Oliver, y que te entregue esto.
Kassandra desapareció de mi vista en cuanto tuve un sobre blanco entre las manos.
Hola, soy el doctor Oliver Bons. Seguro que me recuerda de la otra vez en el Starbucks. Sólo quería devolverle la camisa, que por cierto tiene muy buen estilo escogiéndola. La espero ahora a las 9:30 a.m donde ayer.
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Atada A Ti
RomanceApenas me giré vi a un hombre esbelto y hermoso que pedía un café en el Starbucks de enfrente de mi oficina, me mordi el labio y empecé a tener varias imágenes de nosotros en la cama grabadas en la mente. De repente mi jefe abrió la puerta y me sob...