Captilo 12

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—¡Pero que es esto! —grité de alegría mientras alzaba sobre mis brazos al cachorrito de husky que con tanta felicidad nos había recibido— .Pero quién es esta cosita tan bonita, por dios.

—Es nuestro nuevo amigo, Max.

Nuestro.

—Ay, Clear. Es una manera de hablar. Este tontaina se ha vuelto mi razón de ser desde hace un par de semanas, quería darte una sorpresa.

—Creo que me he enamorado.

—Pues creo que me parece que me encanta que te hayas enamorado porque va a ser nuestro compañero de trabajo. ¿Te apetece algo de beber?

—Una vaso de vino rojo, por favor. Que no sea muy seco ni afrutado.

—Marchando.

—Vamos, Max. Ven aquí.

El perrito caminaba tras de mi tratando de alcanzar mis zapatos para morderlos. Dí un giro por toda la casa. Era preciosa. Le faltaban tantos adornos y tantos muebles que a la misma vez no le hace faltaba nada.
Me gustaba esa casa, tenía equilibrio.

—Mi plan es el siguiente. —dijo mientras colocaba la copa de vino en la mesa del comedor junto con un vaso de whisky— Tu podrías empezar a acercarte a Oliver, para así conocer más a Elena. Yo sólo estaría involucrado como amigo. Es decir, si empezaras un romance con Oliver, Elena se molestaría y ahí tendrías el momento perfecto para que ella te confesara el motivo de su enfado. Pero, si Eugene se entera que andas con Oliver, se acabó.

—A ver, espera que me aclare. Entonces tú y yo ya no tenemos que salir juntos, ¿no?

—¿Qué pasa eso te apena? —dijo burlándose antes darle un gran sorbo a su copa.

—Es que no hago más que darle vueltas al plan y lo veo súper caso fallido.

—Quizás esa noche algo, o alguien, me hizo soñar muy alto... —lanzó un guiño de ojo— .Pero tienes razón. Paso por paso.

—Eugene y yo por nada del mundo volveríamos a estar juntos. Y estar con su hermano implicaría mentirle, hacerlo a escondidas. Además de mencionar que Tengo el mínimo interés en ser amiga de esa barbie estúpida y de plástico.

—Oye, un respeto.

—Ah si, que semejante monstruosidad se colaba entre tus sábanas... —puse cara de vomito.

—Que graciosa. Tu solo intenta averiguar cuales son los gustos sexuales de Oliver, si le gustan los tríos, las orgías, si follaría con su
hermano... ¡Yo que se! Y cuánto más te acerque a Elena, mejor. Porque más te acercará a mi.

—Que quieres decir, ya hablamos de que...

—No es lo que estas pensando, Clear. —interrumpió— Aun que he de confesar que me alegra que se te pasara por la mente. Estoy hablando de que una vez Elena esté involucrada más en tu vida yo podré salir a escena, y así poder recuperarla. Estar los cuatro, controlar la situación...

—Buena suerte. Lo de Oliver es pan comido, lo haré con gusto.

Valentino se acercó a mi oído por la espalda y me advirtió que no se me ocurriera acostarme con Oliver antes de consultárselo. Asentí. Su calor estaba tan cerca de mi que cogí el vino y salí pitando al sofá para tomar aire, seguida de Max.

—Le gustas.

—Si es que es una monada, mira que chiquitito.

—A Oliver. He visto como te mira, he escuchado como habla de ti. Ten cuidado, Clear. No quiero que salgas con otra cicatriz.

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