Capitulo 9

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–¿Porqué lo hiciste?

–A ti te voy a dar explicaciones... 

Terminando de un trago la copa fui a prepararme otra. Es que no se podía tener tanta mala suerte, en menos de unas horas todo había pasado de ser genial a un ,no esta mal, a un catastrófico. 

–Si algo sé es que no se puede huir del pasado ni de la verdad. Tampoco de las mentiras...

–Ya, pero tú sabes guardarlas muy bien ¿no es así? Venga por favor, dime que quieres de mí y terminamos antes. 

–No estoy interesado en ti en absoluto. Pero qué casualidad que entre tanta gente, volviéramos a reunirnos esta vez todos. 

–A qué te refieres con todos. 

–Oliver, Elena –susurró– ...yo

–A Oliver y a Elena no los conocía y de ti casi ni me acuerdo –existen errores que uno prefiere olvidar. 

El hombre no se ofendió ni lo más mínimo. Sonrió antes de beber y observó como me serví la siguiente copa. 

–Pero ambos tienen relación y vela en este entierro. Oliver es hermano de Eugene, y Elena es la amante zorron malmetida de la familia. Yo soy el amigo del Oliver. imagina como debió de sentirse tu ex teniéndome al rededor durante tanto tiempo. sin poder librarse de mi, recordando el adulterio que su querida Clear cometió. 

–No me importa ¿Qué quieres sacar de todo esto? No le veo el sentido. 

–Estoy atando cabos sueltos. Hay cosas que no cuadran.

–¿Cómo cuales? 

–¿Qué hacía Elena en casa de Oliver pero en la cama con Eugene? o mejor dicho ¿Se les unió Oliver? ¿Seguíais tú y Eugene juntos todavía?

Una punzada atravesó mi corazón.

–Son idénticos, memo. Podría haber sido producto de tu imaginación. Él nunca me mencionó ninguna Elena. 

–Sin embargo... –desvió la mirada hacia donde Elena tocaba por debajo de la mesa la pierna a Eugene mientras le sonreía a Oliver por encima de esta. 

–¡Será zorra!

–Son todo hipótesis. 

Ya, claro. Pues ya podrías habértelas reservado. 

–¿Qué hacemos? –pregunto sin quitarles ojo. 

–Averiguarlo. 

–Cómo –inquiero profundizando es su azulada mirada. 

Se rió. No tenía ni puta gracia. Nada de esto tenía ni puta gracia y a él se le ocurría soltar memeces por esa ruin boca. 

–Sal conmigo. 

Espera ¿qué? ¿novios? 

–Ni hablar. Ni loca ¿cometer el mismo error dos veces? no mi cielo. 

–Un error, eh... 

–Uno muy grande. 

–Con la diferencia de que ahora estas soltera, puedes hacer lo que se te antoje y además averiguar la verdad ¿o crees que fuiste la única que cometió errores?

–Lo que no entiendo es que sacas tú de todo esto. 

–Elena estaba conmigo mucho antes de Oliver, de hecho, yo los presenté. Y claro, si le pareció atractivo mi amiguito como no se lo iba aparecer el hermanito gemelo. 

–Y con lo perra que es... –no dudé. Sacaríamos la verdad a la luz– vale. Acepto. Pero no quiero que nos vean muy juntos de momento, hay algo que debo de hacer antes. 

Tenía que hablar con Eugene y si se enteraba que otra vez me andaba con rodeos perdería la oportunidad. 

–¿Trato hecho? 

–Antes debemos de poner un par de condiciones. La primera es entender que todo esto es falso, ficticio, una relación de mentira. Y que en cualquier momento se puede tirar la toalla. 

–Clear, créeme. Cuando sepas lo que sé tendrás miedo de que sea yo quien tire la toalla. Pero me parece justo. Apúntate mi número y ya quedaremos para formalizar el plan, el contrato o como lo quieras llamar. 

–De acuerdo. 

El hombre cuyo nombre no recordaba comenzó alejarse, posándose en mí de nuevo el vacío. 

–Espera. –se volteó– Ni siquiera sé tu nombre. 

Ladeó la cabeza de un lado a otro a la vez que su sonrisa asomaba de la comisura sus labios. 

–Valentino. Un placer, de nuevo. 

Con delicadeza se llevó el torso de mi mano a los labios y depositó un casto beso. 

–Valentino –quise decirle que no me dejara, que estaba sola entre toda esa muchedumbre podrida de dinero. Pero no lo hice.– no me gusta la impuntualidad. 

–A mí tampoco. Clear –mencionó mi nombre en acto de despedida. 

En realidad no sé en qué momento se me ocurrió que todo esto sería buena idea. Si cuando creí que levantar la mierda del pasado me haría enfrentarme a Eugene y la verdad de nuevo, cuando un oleaje de compasión por Valentino me inundó. O si fue de nuevo su don de seducción desinteresado. 

Oliver estaba dando un alentador discurso en agradecimiento a sus padres, dándoles las gracias por siempre creer en el y ayudarle a cumplir sus sueños. Regodeándose de aplausos y todo por hacer lo que todo el mundo hace, estudiar para el día de mañana ser alguien en la vida. Inclusive aun que no te haga falta porque tus padres son multimillonarios. 

–Creo que es mi turno ¿no? ¿O piensas pasarte toda la noche hablando con Valentino?

La voz de Eugene a mis espaldas me provocó un respingo. 









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