Capítulo 1.

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Leed la nota del final, es importante <3

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Esta mañana intenté convencer a mi padre de que me dolía el estómago tanto como para quedarme en casa, en vez de ir a mi nuevo instituto, pero a él no le importaba. Decía que eran de los nervios y que ya se me quitaría el dolor a medida que pasaba el día.

Nos mudamos a un pueblo de Sevilla hace apenas un par de días. Y todo gracias a que mis padres se divorciaron, y ahora estoy viviendo con mi padre.

Cuando mi familia estaba unida, vivíamos en Barcelona, por el trabajo de mi madre. Pero cuando mis padres se divorciaron, me fui con mi padre a vivir aquí a Sevilla, ya que aquí fue donde consiguió un trabajo decente y aquí tenía un par de amigos cercanos.

Me gustaría pensar que iba a pasar desapercibida el primer día de instituto, pero no iba a ser así, por tres motivos. Primero, porque soy la nueva. Segundo, porque mi estilo de vestir digamos que no viene a ser lo "normal", y con "normal" me refiero a ropa de colores. Y por último, mi color de pelo no viene a ser un color natural. Más pronto habrá un par de chicas en el instituto con medio pelo de color, como había en mi antiguo instituto. Pero yo no lo tengo por la mitad, lo tengo entero. Lo cual, llama mucho más la atención.

Mi padre me hizo el gran favor de dejarme en la puerta del instituto el primer día.

Aparcó el coche justo delante de la entrada del instituto. Miré a toda esa gente entrar en el edificio, y ver el estilo que tenían todos de personas "normales" comparados conmigo me quitaban las ganas de entrar allí.

-Que tengas un buen día -dijo mi padre justo cuando abrí la puerta del coche para bajarme-.

-Gracias -dije un tanto interrogante-.

Salí del coche y me coloqué la maleta deseando en vano no llamar mucho la atención.

Empecé a andar sin más demora en dirección hacia la entrada del edificio.

Podía sentir las miradas de la gente sobre mi, pero las intentaba ignorar.

Llegué a encontrar el despacho de la directora, después de recorrerme medio instituto. Y entré cuando vi que no estaba ocupada hablando con nadie más.

-Esta será tu clase durante el resto del curso, primero de bachiller B, de sociales -me dijo la directora una vez llegamos a la puerta de lo que sería como dijo ella mi nueva clase-. Entra después de mi -me sonrió levemente y luego pegó dos toques a la puerta-.

-Adelante -se escuchó desde dentro. La directora, cuyo nombre ya se me olvidó, abrió la puerta-.

-Buenos días, ¿se puede?

-Sí, claro -contestó la otra profesora que había dentro del aula. La directora me miró de reojo levemente, supongo que para que la siguiera dentro del aula, y luego se adentró a esta. Con los nervios comiéndome por dentro, entré detrás de ella. Intenté ignorar las miradas de los aproximadamente treinta alumnos que había en ese aula y me centré en lo que había empezado a decir la directora-.

-Bueno, alumnos. Ella es vuestra nueva compañera. Se llama Lana Clifford y viene de Barcelona. Espero que-

-¿Eres americana? -una voz salió de entre todos los alumnos interrumpiendo a la directora-.

-No -respondí buscando con la mirada por toda la sala a quien había formulado la pregunta. Vi una mano levemente levantada y me fije en que era una chica, de pelo rizado, y por sus gestos faciales parecía que se creía superior. Lo sabía por experiencia-. Mi madre es de aquí pero mi padre es de Australia -terminé de decir-.

-Bueno Lana. Tu sitio puede ser el del fondo al lado de la ventana, al lado de Jesús Oviedo -se escuchó un abucheo por parte de la clase y yo miré extrañada hasta donde me había indicado la maestra y sin más empecé a andar hasta mi nuevo sitio. Me senté, dejé la mochila sobre a mesa, y me apoyé en está última esperando a ver que más me decían. Pero la maestra se había puesto a hablar con la directora-.

Miré hacia la ventana aburrida, sin saber que hacer. Entonces me acordé de lo que me había dicho la maestra: "al lado de Jesús Oviedo".

Tenía curiosidad de saber quien estaba "al lado" mía, porque en verdad las filas eran de uno. Y el por qué habían abucheado la gente al escuchar su nombre.

Me giré a ver como era físicamente.

Parecía simpático. Aunque no se puede juzgar a nadie a simple vista.

Tenía los brazos apoyados en la mesa y su cuerpo un tanto echado hacia delante. Él llevaba unas bragas por el frío, normal, estando a principios de enero... Estas bragas le tapaban parte de la cara, lo cual no me dejaba ver lo bien.

Al contrario que todo el mundo, no hablaba con nadie. Todos los de la clase, sin excepción, hablaban entre ellos. Pero él no, lo que me extrañó. Porque encima también estaba al fondo del aula, donde técnicamente no está la gente "estudiosa" de la clase.

De repente noté que sus ojos estaban puestos en mi. ¿En qué momento se había girado a mirarme?

Me quedé durante unos segundos hipnotizada por sus ojos, estos, marrones oscuros, sin saber exactamente que hacer.

-Hola -hablé yo primera-. Me llamo Lana, encantada -sonreí ampliamente esperando algún tipo de respuesta por parte de él, pero no. Apenas le pude ver como se le achinaron los ojos un poquito, seguramente de haber sonreído, pero este gesto un duró mucho. Después de eso se giró al frente, terminando con nuestra "conversación"-.

Empezábamos bien el primer día en el instituto nuevo.

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Bueno, esta nove es súper diferente a la otra que tengo de los gemelos, Nuestro Pequeño Secreto. Ya lo iréis viendo más adelante.

Para empezar quería dejar claro que esto es una fanfic, y que yo manipulo a los personajes por decirlo de alguna forma. En principio, los gemelos aquí no son famosos. Y la personalidad de Jesús no la reconoceréis ni por asomo.

Y aparte deciros, que si hay alguna personita que sea sensible al tema del maltrato (lo que leéis) que se vaya de esta novela, porque contiene tema sobre eso :/ Si queréis leerla pues la leéis, yo ya avisé.

Pues eso, como dije, es una novela diferente.

Bueno, espero que esta novela os guste :3

Hidden Reality ~ Jesús OviedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora