1.Minutos

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Ámbar POV

Al fin volvíamos. Entro al avión... todos los asientos ocupados excepto uno, el de al lado de Simón. Me siento allí sin emitir palabra.

-¿Que haces?-Dice. Que exagerado que es a veces, ni que fuera la peste.

-Me siento, ¿No es obvio?-Dije y saqué el espejo. Me empecé a arreglar. Hermosa, como siempre.

-¿Por qué aquí?

-Es el único lugar libre. ¿O acaso creías que me quería sentar con vos?-Dije burlona.

-Pff.

-Mal, pff, en tus sueños.

-Eres odiosa.

-Gracias, es el cumplido más lindo que me dijeron en toda la semana.-Intenté ser sarcástica, pero mis palabras eran sinceras.

-Si era sarcasmo te salió medio apagado.

-¿Te da la impresión de que estoy en mi mejor semana? Mi novio me dejó y se besó con otra en mi cara. Y todo por culpa de que todo salió mal.

-Yo sé que tú mandaste a Tino y Cato, ¿sabes? Fue bastante evidente.

-¿Y eso a vos que te importa? Después de todo era el sueño de Luna, no tuyo, ¿O miento?

Suspiró. Punto para mí.

-¿Eres consciente de que lo que hiciste está pésimo?

-¿Y? Si intentás hacerme sentir culpable no te va a servir. La culpa nos hace débiles, mi madrina siempre lo dice.

-Yo no creo eso. Para mí la culpa es un instrumento. Algo de lo que uno se siente culpable es algo que no volverá a hacer. Sería como tropezar con la misma piedra una y otra vez.-Dijo. como se nota que no vive con mi madrina. Siempre tengo que ser la mejor, para ser aceptada. Dice que es la ley de la vida. Probablemente lo sea, yo en lo personal creo que mi madrina es una persona muy sabia, y gracias a sus consejos hoy soy lo que soy.

-Igualmente no me siento culpable.

Rodó los ojos, como si no me creyera. ¿Quien se cree?

-No sé si puedo aguantar tanto tiempo al lado de un Mexicano odioso.

-Y yo no sé si puedo aguantar tanto tiempo al lado de una xenófoba egocéntrica.

-Bla, bla, bla. No me interesa.-Bostecé voluntariamente, para mostrar desinterés.

Me acomodé en el asiento

-Tienes potencial, pero lo desperdicias.

Bufé.

-No te sale callarte. Se nota.

-No.

-Yo sé lo que quiere todo el mundo, que sea como Luna. Yo no soy Luna. Nunca lo van a entender.

-Si hicieras las cosas por derecha lo entenderías. Apuesto a que jamás has ganado algo por mérito propio, y no sabes lo que se siente.

-No necesito tu sermón. Soy grande, sé que hacer.

-A veces parece que no.

Suspiré, ¿Tan perdida estaba? Yo lo sabía pero prefería disimularlo. Lo admito, por temor me convertí en lo que mi madrina quería. ¿Acaso está mal? ¿No es la perfección lo más importante? Lo inalcanzable nos fortalece. La culpa nos debilita. Las estrategias nos ayudan a llegar. El odio nos hace invencibles. El odio. No existe cosa más fuerte que esa, nunca hubo ni habrá algo más fuerte que el odio. Le creo a las palabras de mi madrina, estoy convencida de que así es.

Me aburría, no lo iba a negar. Busqué mis auriculares y recordé que los dejé en la valija

-Me aburro.

-Yo también, ¿Y?

-No sé, contame algo.

-¿Ámbar Smith interesada por mi vida? Que alguien me pellizque.

-Ja, Ja, Ja.-"Río" completamente irónica.-No tengo nada mejor que hacer.

-Bueno... con la Roller Band terminamos una canción.

-Quiero oír.

Simón frunció el ceño ante mi interés repentino. Buscó la canción en el teléfono.

-No la tengo. Borré cosas el otro día para tener más espacio en el teléfono, tú sabes cómo son estas cosas.

-Ni me lo digas. El problema de siempre.

-Bueno, será la próxima.

-¿Y si la cantás?

Simón se sorprendió, pero me hizo caso. Cantaba Éres... y mis oídos se endulzaban...

Hay una frase que siempre me ha parecido ridícula, recuerdo vagamente que la decía siempre mi tía Lilie, nunca entendí por qué.

"A veces, unos minutos pueden encender en tu interior algo que en años se había encendido."

No sé por qué, pero esa frase me dió paz, e inevitablemente terminé conciliando el sueño sobre el hombro de Simón.

¿Chica Buena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora