Nos sentamos a desayunar. Voy a admitir que no me agradaba nada la prima de Luna...
Prima de Luna. De sólo pensar en esas tres palabras me sentía... rara. Lo único que me falta, que me roben la atención de Luna.
Esperen, ¿Y a mí que me importaba la atención de Luna? Ay Ámbar, tenés la cabeza hecha un desastre. Es como si estuviera de algún extraño modo ¿celosa? Del parentesco entre Luna y Milagros.
¡Por favor! ¿Se imaginan? Yo prima de Luna. Antes me mato.
Como sea, estoy divagando. Desayuné y fui a la escuela. Hasta ahí, todo normal. Ni rastro de esa tal Milagros. Seguí mi rutina de siempre.
A la tarde fui al Roller ¿Y adivinen qué?
Ahí estaba. No me molestaba tanto que estuviera con Luna en el Roller, la peor parte llegó después. ¡La hija de su madre se acercó a MI SIMÓN! ¡MIO! Esperen... ¿Que acabo de decir?
Nada que ver. No estoy enojada, no estoy celosa, ¿De él? ¡SI QUIERE ESTAR CON UNA CUALQUIERA NO ES MI PROBLEMA! ¿QUE ME IMPORTA? ¡NO ME MOLESTA PARA NADA! ¡NO ESTOY MOLESTA, DIJE! ¿ME VEN MOLESTA? ¿CELOSA? POR FAVOR. NO ESTOY ENOJAD...
-Ámbar, ¿Por qué tan enojada?-Dijo Luna.
Rodé los ojos.
-¿Enojada?
-Si. Como celosaa...
-¿¡YO!?¿¡CELOSA!?¿¡DE QUIEN!?
-Grita más, en china no te han oído aún. Pues de Simón.
-No digas disparates, Luna.
-Relajate, Ámbar. Estoy segura que entre ellos dos no pasa nada. Ven, si desconfías escuchemos.-Me tiró de la muñeca y nos acercamos disimuladamente a ellos.
-Y... Necesito a alguien que me muestre la ciudad, ¿Sabés?-Dijo ella.
-Ah, pues los chicos podrían ayudarte en eso.-Dijo Él
-Preferiría que fueras vos.
-Es que yo no conozco muy poco...
-No importa, de paso conocemos juntos.
-Bueno...
-¿Entonces cuando podés?
-Mañana tengo franco...
-Entonces mañana será. Pasame tu número.
¡Se lo pasó! ¡Le pasó su número! Miré a Luna, la cual se encogió de hombros apenada.
-Neta que no sé qué decirte...
-No necesitas decir nada.
-No creo que sea una amenaza para ti...
-No, te equivocas. Definitivamente, es una amenaza
ESTÁS LEYENDO
¿Chica Buena?
Fiksi PenggemarTodo el mundo lo decía siempre, Ámbar era mala como la peste, como una boa constrictora que te abraza para matarte. Era por eso que él no se le acercaba. Pero en cuanto la conoció bien notó por qué ella era así, tan fría, egoísta, ¿mala? Él le tenía...