DEMENCIA TOTAL
Los pausados pasos de Vesta alteraban la poca paciencia de Júpiter, tenía muchas cosas que preguntarle y el que ella se dedicara a caminar con esa armonía fluctuante de elegancia le disgustaba. Pasaron al despacho de aquella mansión sin más tiempo que perder donde de inmediato le fue señalada una silla frente a un amplio escritorio ébano de cedro.
-¿Me decías cariño? –La voz de aquella mujer guardaba un espectral tono de rencor, y el presente lo sabía.
-No te esfuerces por fraternizar, conozco muy bien tus pensamientos hacia mi familia –Menciono a medida que descansaba su cuerpo en aquel mullido mueble.
-Que lastima que pienses así de mi –Contraatacó nada más concebir la mirada del castaño encima- Has cambiado tanto...
Fue una idea que broto como un susurro de sus labios, Júpiter no comprendía aquella frase y su verdadero significado pero ella seguía comparándolo en silencio con su antiguo y fallecido amor. Antes eran una gota de agua; tal para cual, pero ahora veía la sombra de lo que fue, Júpiter parecía vencido, carente de vida y gloria, la demencia lo estaba consumiendo. O eso prefería creer ella en su interior.
La conversación se extendió cerca de una hora y media, él le explico lo que pensaba sobre sus sobrinos y lo que sentía cuando estaba en su cercanía, Vesta intento calmarlo alegando que en esos tiempos que vivían la juventud había perdido ya el respeto a sus mayores, pero claro; ellos no tenían mucha diferencia de edad, después de todo Vulcano y su persona se llevaban solo una década de diferencia.
¿Qué es eso en su sociedad? ¿Un respiro suspendido?
No lo creía y cada argumento que ella ofrecía le facilitaba el hecho de declinar e inventar nuevas hipótesis.
-Lo comprendo –Dijo sin mucho ánimo- Vulcano es todo un problema.
-Ya está en la edad de madurar, pronto su signum aparecerá y entonces... -Júpiter se levanto sobresaltado por una energía particular y Vesta observo con nerviosismo hacia la puerta de su despacho.
-Querida tía... -Dijo un muchacho gozoso de una flamante sonrisa con los labios sumergidos en un rojo poco normal, como si usase algún labial de esos que se aplican las señoritas para verse más atractivas ante la mirada crítica de los dioses más buscados, camino por su alrededor dedicándole una fugaz mirada llena de rencor y al mismo tiempo admiración- ...Tenia tanto buscándote que creí te habías marchado sin avisarnos.
-Vulcano... -Se levanto de su asiento apretando sus dedos en el reposa mano- ...Estoy ocupada, ¿Podríamos hablar en otro momento?
-Oh, claro... -Dio una mirada burlona hacia donde se encontraba enmudecido aquel dios desterrado-Nos vemos entonces.
Salió moviendo las manos con gracia por el aire, como motivándose a sí mismo a proseguir su marcha sin reírse en la cara de aquel invitado no tan grato para el Olimpo, tal era el compas de aquellos movimientos que parecía un director de orquesta en su chiste personal.
-Perdónalo, él... -Júpiter levanto una de sus manos en señal de silencio, se giro hacia ella observándola con aquellos ojos verdes acuosos que poseía, haciendo prisionera esa alma que poseía; él la culpaba y de paso la juzgaba.
-Me tengo que ir Vesta, pero regresare para hablar después. Aun no terminamos esta conversación y me molesta que quieras seguir ocultándome cosas –Camino con pasos firme sin voltearse en ningún momento a mirarla.
Vesta se sentía contrariada, la había llamado mentirosa y no sabía porque. Si, bien había mentido en muchas cosas pero sus dudas surgían al no saber en cual de todas esas mentira la había descubierto. Salió casi al trote para alcanzarlo pero ya se había marchado, siendo un mago oscuro poseía un arte inconclusa de todas las tribus, quizás por eso desapareció de su vista. Estaba nerviosa, su corazón galopaba a mil por hora, giro y giro en aquella sala presa de un repentino arrepentimiento. Su palacio de naipes se desboronaba y ella pagaría cada uno de sus crímenes si se llegase a descubrir la realidad.
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HUMANA
General FictionLa historia es parte elemental de nuestras vidas. No hay civilización que escape de ella. Lucy White tenía una vida normal, era buena hija, buena amiga, buena estudiante y con grandes y ambisiosos sueños, hasta que cayo en otro mundo olvidando sus...