"Secret"

32 1 0
                                    


Seúl, 20 de marzo de 2014



[Sweetie]



Una locura.

No podía dejar de recordar todo lo que pasó ayer cuando iba en el bus. Fue demasiada dulzura. Aunque ahora hay nuevos recuerdos que están invadiendo esos. Lo que pasó hoy fue aún más... impactante, por decirlo de alguna manera. Pero supongo que estoy destinada a que este tipo de cosas me sucedan. Mi suerte es demasiado errática.

Sentí el celular vibrando en mi bolso. Era Fabi llamando.


"¿Aló?"
"Sweetie, ya estoy acá. Esperando..."
"Sí. Ya voy en camino."
"¿Vas a tardar?"
"No, no voy a tardar, amiga."
"¿Pasó algo interesante hoy?"
"La verdad... no sé ni por dónde comenzar. Estos días han venido cargados de sorpresas. Pero no quiero contarte por teléfono."
"Ya, ya. Apurate entonces, ¿ok?"
"Ok~"



Sonreí y terminé la llamada. Volteé el rostro a seguir apreciando el paisaje a mi derecha. Respiré hondo queriendo que el día termine pronto para finalmente poder descansar. Mi cuerpo sigue inestable, lamentablemente, pero al menos ha sido desgaste físico únicamente.

Como decía, el día anterior había sido increíble de múltiples formas y, algún modo, hoy tuve que pagar por eso. No que me queje mucho porque lo que pasó fue aún más increíble, pero también fue un poco perjudicial para mí.

Como sea, cada día me enamoro un poco más de esos chicos. ¿Cómo hago? Es prácticamente inevitable. Son las cositas más dulces de este mundo.



Honestamente, no tenía el mejor de los presentimientos cuando llegué hoy a trabajar y la jefa me taladró con la mirada antes de sonreír malévolamente. Pero no me dejaría rebajar. Debo seguir trabajando o todo se arruinará. Tanto nosotras porque no tendremos de qué vivir, como nuestro plan de atrapar a esas horribles personas.

Tenía mi mejor disposición, cuando estaba una vez más en el departamento de EXO-M lista para mis labores de limpieza. Seguía con una especie de cojeo, también con mis vendas y mi tapabocas, pero al menos ya me sentía menos cansada.

Como siempre, inicié por los cuartos, que no estaban realmente sucios ni desordenados, como si quisieran ayudarme de alguna manera. O simplemente algo los impulsó a ser más limpios.

Sonreía para mí misma, sacando teorías en mi mente, cuando escuché varias puertas abriéndose y cerrándose, para que luego le siguieran los murmullos en la sala y cocina. Los chicos habían llegado.

Inconscientemente, me peiné un poco y acomodé mi tapa bocas para asegurar que no vieran de más; aunque ya llamaría su atención simplemente con usarlo.

Afortunadamente no me los encontré mientras terminaba con sus habitaciones pero, por supuesto, estaban todos allí cuando me dirigía a la cocina por un vaso de agua. Estaban en el sillón frente a la TV, riendo y conversando. Cuando quedé lo suficientemente visible, los saludé en voz alta y con una venia. Amablemente me devolvieron el saludo e intenté continuar mi camino tratando no cojear tan obviamente, pero me era casi imposible. No podía estirar por completo mi pierna derecha.



Logré llegar al refrigerador y tomar una botella de agua, antes de moverme al mostrador a ver como el precioso Lay se acercaba con una tierna sonrisa hacía donde yo estaba. Hice una nueva venia hacia él, y la correspondió antes de hablar.

— ¿Está enferma, señorita? — Pregunta en su adorable coreano, con un muy leve tono de preocupación.

Sonreí algo avergonzada. —Algo así...

— ¿Y por qué está cojeando?

Claro que la pregunta me atrapó desprevenida. — ¿Yo? Amm... Pues... — Desviaba mi mirada sin saber qué responder—. Me... caí. En la universidad.

Él asintió pero ya se estaba riendo, probablemente no creyendo lo que le decía, desde que empecé a dudar. De paso, alguien más se estaba uniendo a la zona. Nada más y nada menos que el líder. Ese chico sí que hacía que me pusiera nerviosa, a pesar de sólo estar metiendo su cabeza en la nevera.

Into Your World |[EXO]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora