Into Your World |[EXO]|

"Go Big or Go Home" - Parte 1

[Fabi]

Seúl, 23 de marzo de 2014.

Aproximadamente 2:00 PM – En algún lugar entre mocos y drama.

Fue oficialmente declarado temporada de películas en nuestro departamento, ¡Genial! Sin embargo ni todo eran rosas. Para mi desgracia, una buena selección no era prioridad para Sweetie. Y aunque me sentí tentada a soltar uno de mis típicos berrinches ahora hacia Mr. Elgort, tuve que pensarlo dos veces. Más que por el bien de nuestra amistad, mi integridad física estaría en la mira. Y se los digo, mi amiga suele olvidar aquello llamado piedad cuando ese chico estaba envuelto en el tema.

Era, después de todo "Nuestra tarde de chicas", y arruinarlo con un posible asesinato sería cómo mínimo antihigiénico, por no mencionar estúpido, si acordamos que no tengo la más mínima chance contra Sweetie. No que le tuviera miedo, lejos de eso. Sólo quería evitarle el tedioso trabajo de inventarse una coartada, ya saben. Cosas rutinarias que las mejores amigas y almas caritativas hacemos.

En fin, apartando las críticas cinéfilas y los pensamientos suicidas, esa era quizá la segunda vez que podríamos disfrutar de un día enteramente para las dos, y honestamente estaba feliz por pasarlo en absoluta...

"Tranquilidad" –Oh. Tal vez sólo no debí adelantarme a los hechos.

*

*

La oscuridad y el suspenso en la que estábamos sumergidas daban la ambientación justa que necesitábamos, pero nada podría omitir el hecho que aún me encontraba atascada en medio de un pobre intento de drama, enroscada entre gruesas cobijas, que no lograron amortiguar los sollozos del penoso ser deshaciéndose en lágrimas a mi lado –antes conocida bajo el nombre de Dulce Pacheco.

—Es tan triste... —su voz sonaba ahogada y nasal. Me giré en su dirección, casi no podría verla si no fuera por la luz que emitía la televisión. Su rostro hinchado resplandecía con las lágrimas que se seguían acumulando bajo sus ojos. Estaba totalmente desfigurada por las emociones, ¿y qué pude hacer? Simple. Echarme a reír como si la vida se me fuera en ello, por supuesto.

Ella, la sensación incómoda, su voz de pato ahogado, la película; todo me parecía una jodida comedia que no pude evitarlo. Sé que es feo burlarme de esta manera, pero toda la situación me seguía pareciendo patética, llorar es un lujo que debía ser reservado únicamente para las grandes historias y lo que veíamos no lo valía, sinceramente.

—Sweetie, por favor. Dejá de llorar, te lo ruego.

— ¡Fabiii~! —se quejó golpeándome con alguno de los cojines más cercanos. Reí con más ímpetu.

— ¿Por qué te ríes? ¡¿Eres algún tipo de monstruo sin corazón y sólo ahora lo descubro?!

—Tal vez, pero sabes que no soy de llorar por cualquier cosa.

— ¿Y yo sí lloro por cualquier estupidez? —genial. Alguien aquí estaba muy susceptible. Todos, mantengamos la calma que la tormenta se acerca.

—No es eso. Sólo me parece chistoso cómo reaccionas ante... eso—indiqué la pantalla.

— ¿¡Es en serio!? ¡Te burlas de mí! — lloriqueó, hasta que sus ojos se encendieron repentinamente—. No te gustó la película que escogí, ¿cierto?