No Fue Un Error.

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Al día siguiente Hermione se despertó con algo de agotamiento. Se durmió cerca de la 1:00 de la mañana, escogiendo a los padrinos de su boda, de los cuales solo tenia cuatro. Neville y Luna. Harry y Ginny.

Se estiro un poco y fue al armario para poder escoger un conjunto que ponerse ese día. El viento de Agosto, avisaba que el Otoño estaba llegando. Las hojas de los arboles se volvían de un color rojizo y anaranjado. Algo de frío también estaba ya vagando por el cielo.

Se coloco unos jeans, unas botas color cafés, una playera de manga larga color azul y un chaleco café claro. Se cepillo su cabello, solo un poco y salio para poder ir a desayunar algo.

Al salir de la casa de sus padres, piso varias hojas de arboles y sus pasos eran lentos, tranquilos. El árbol de manzanas se presento ante ella, como si fuera una burla. Siguió caminando y sus pies se detuvieron en una panadería. Compro dos bizcochos y una dona de chocolate. Con un poco de cafe con leche que compro en un carrito. Se sentó en una banca que estaba cerca del lago, sus ojos se clavaron en el agua, cristalina, fresca, ondeante. Pensó que deberia estar feliz, en tan solo unos meses seria el día mas feliz de su vida y para ser honestos, no sentía ni siquiera alguna gracia de ese día. Las lechuzas con las invitaciones, estaban apunto de enviarse, todo se estaba arreglando.

-Un genio dijo una vez que la mejor manera de olvidar a una mujer, era convertirla en literatura.-una voz sonó detrás de ella.

Hermione volteo lentamente y vio a Draco con un cigarro en la boca, y su vestimenta tan elegante. Todo vestido de negro, con su cabello rubio, al viento, haciendo que luciera como a Hermione le gustaba. Se acerco a la banca y señalo el asiento vació alado de la castaña.

-¿Puedo?.-pregunto llevandose el cigarro a la boca.

Hermione solo asintió levemente y al sentir a Draco tan cerca de ella, un escalofrió le recorrió la espalda; un escalofrió que le gusto.

-Claro yo no escribo, así que, tendré que olvidarme de cierta mujer de alguna otra forma. Piensa Granger, ¿Como olvidarías a una persona que creíste amar?

Hermione no contesto, siguió comiendo su dona con el café, tratando con toda sus fuerzas no cruzar vista con Draco.

-Podría dibujar algo o seguir bebiendo, hasta que una noche pierda el conocimiento y me encuentren mis elfos en el piso de mi recamara y me internen en San Mungo.-Draco tiro el cigarro y lo piso, pero enseguida saco otro de uno de sus bolsillos.

-¿Tienes fuego?.-preguntó

Hermione negó con la cabeza y se armo de valor para verlo a los ojos. Al sentir la mirada de Draco en ella, los ojos grises se proyectaron ante ella. Trago saliva y las manos le sudaron.

-¿Quien te dejo muda, Sangre Sucia?.-

Hermione levanto los hombros y se aclaro la garganta.

-Ja, claro. Creo que mejor me voy...pero antes.-Draco la tomo por la barbilla, y la obligo a mirarlo. Saco un pañuelo y le limpio las comisuras de los labios.

-No queremos que Weasley bese así a Granger.-guardo su pañuelo y con una sonrisa irónica se levanto de la banca y esta apunto de irse, cuando la voz de Hermione lo detuvo.

-¿Que diablos prentendes Draco?.

-Claramente, que no quiero que Weasley bese a MI CHICA de esa forma.-respondió arrastarando las palabras

-Acaso piensas que el día de la boda, diré que no, y saldré a buscarte. Acaso piensas que tu y yo estaremos juntos. Draco entiende que lo nuestro fue una maldita equivocación, un error. Tu y yo nos odiamos a muerte. Tenemos que ser enemigos. Tu ya me perdiste.

El 7° Año (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora