Platica en la cocina

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La Navidad estaba cada vez mas cerca y el desnudo de los árboles eran los caminos que formaba la naturaleza por todo Irlanda. Las tiendas mostraban su aire navideño y en algunas casas, las familias ensañaban Villancicos. Los pinos de los bosques, cerca de las montañas, eran cortados para poder adornar las calles, los establecimientos y los hogares.

Justamente eso era lo que estaba haciendo Hermione. Se habia levantado muy temprano, para poder ir a hacer las compras, antes de que los vientos fuertes o las lluvias, comenzaran a reinar. Habia encontrado una tienda de articulos Navideños a un precio razonable y ahora comenzaba a colgar muerdagos del techo de la casa. Draco se encontraba adentro, sustituyendo las carpetas bordadas de los muebles, por carpetas en color Rojo, Verde y Blanco.

-¡DRACO!, ¿Podrías venir a ayudarme?-grito Hermione, desde el techo.

Minutos mas tarde, Draco salio y miro como, con bastante dificultad, Hermione trataba de colocar, una serie de luces alrededor de la casa.

-¿A que te ayudo?-dijo el mientras mordia una manzana

Hermione miro hacia abajo y solto un suspiro exagerado. Retiro la serie con cansancio y enojo.

-Creo que es obvio. Ayudame a colocar esta cosa que se esta empezando a enredar.

-Utiliza tu varita...Yo ya estoy bastante cansado.-le dio otra mordida a su manzana y vio con diversión, como Hermione soltaba bruscamente las luces.

-Wow, tu inteligencia es magnifica. En serio, no se porque dicen que yo soy la bruja mas extraordinaria del siglo. Una aplauso para tu cerebro.-bajo con cuidado la escalera que la llevaba al tejado.-...Me estoy congelando aquí afuera, mientras tu te has pasado 1 hora, tan solo colocando carpetitas. Y no se si te has dado cuenta que alguien nos puede ver y no arriesgare que me vean solo porque tu no me quieres ayudar.

Paso alado de el, y lo empujo con el hombro. Mientras entraba en la casa, fue directo a la cocina y comenzo a prepararse un café. Draco se coloco en el marco de la entrada de la cocina y la observo.

-¿Quien te envio la carta?-dijo mientras observaba, como colocaba bastante cantidad de azucar a su taza.

Hermione lo observo y le dijo:

-Draco...creo que, creo que sera mejor que vuelvas.

-¿Adonde?.

-A Inglaterra. Va a ser Navidad y me gustaria bastante que te la pases con tu madre o tus amigos. Honestamente yo no voy a hacer nada.

Draco se quedo serio y al ver como la castaña se mordía los labios, supo que algo andaba mal.

-Se suponía que íbamos a estar juntos, hasta que regresaras. Prometí que ya no te buscaría...Solo quiero unos malditos momentos contigo ¿Es mucho pedir?

-Draco, Ron me envió la carta. Estaba preguntando por mi, si estoy bien y lo que sucede es que Ron no merece esto. No podre mirarlo a la cara. En cualquier momento se me escapara que estuve aquí contigo.

Draco comenzó una pequeña risa sarcástica y se lamió los labios, para luego dar un golpe a la mesa.

-Si. Tienes razón. No lo merece. Así como yo tampoco merezco esto. Te estoy pidiendo mucho. Pero esta bien, tu eres la que me quiere sacar de su vida...

-Yo nunca dije eso...-comenzó a decir la chica.

-¿Entonces que diablos quieres Hermione? ¿Que seamos amantes? ¿Qué al irse Weasley de tu casa, yo aparezca por una ventana? ¿Que hagamos el amor en la cama donde tu dormirás con el?

-Lo que trato de decir es que desde un principio tu debiste aceptar esto. Que yo me voy a casar con Ron, que con el tiempo me voy a enamorar de el.

-Mentirosa. Lo veo en tus ojos Hermione Granger, no tienes las suficientes agallas para enamorarte de alguien más.-Draco se acercó a ella, completamente molesto y con su sonrisa arrogante.-...si tanto quieres estar con tu pelirrojo, no se que hago aquí.

Hermione tuvo ganas de abofetear a alguien. Pero no a Draco, sino a ella misma. Su cabeza no podía pensar, era como un globo lleno de emociones que podían explotar. Un tren a alta velocidad. Un barco a punto de naufragar.

Sin previó aviso Draco la tomó del brazo y la obligó a abrazarlo. Hermione respiro el aroma de sus ropas oscuras y apretó con fuerza su espalda recta.

-No quiero que te vayas. No se que hacer. Solo no quiero lastimar a Ron. Pero tampoco a ti.

Draco no dijo nada. Le fue acariciando el cabello, mientras miraba por la ventana. Le dio un beso en la frente y la abrazo más a el.

-No quiero que te vayas. Necesito que estés a mi lado. Si me caso con Ron...

-Te ayudare a colocar esas luces. Después podremos hacer algo de comer.-Draco la fue separando de el.-...luego decoraremos lo que queda de la casa...-Draco ya la había dejado de abrazar y en su rostro no había ninguna expresión.-...contestaras la carta si quieres y pasaremos una bonita Navidad. Regresaremos cada quien por su lado. Te casas, vives feliz, conseguiré una novia o algo así. Y olvidamos todo, con un Obliviate si es necesario, pero lo olvidaremos todo.-Draco la miro unos instantes y después giro sobre sus talones para dirigirse afuera. Hermione escucho como la puerta se cerraba y el sonido de la escalera moviéndose.

Tiro la taza al suelo, la cual se hizo añicos y colocó sus manos en la cabeza, soltando lágrimas en la mesa.

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Draco término de colocar las luces y ahora estaba pasando las páginas de un libro color verde, que al parecer era de guerra.

Hermione apareció con dos tazas de chocolate y las colocó en la mesa de centro. Draco sólo contestó un "Gracias" simple y casi sin voz, mientras recargaba su cabeza en su puño cerrado.

El silencio se escuchaba desde hace 2 horas, el atardecer ya estaba descendiendo y ninguno de los dos se dirigía la palabra. "Cómo en los viejos tiempos" se decía Hermione en su cabeza.

Draco dejo aún lado el libro y tomó su taza, después de darle un sorbo, se recargo en el sillón y cerró los ojos.

Hermione lo observó en esa postura y con voz tímida y débil dijo:

-Tal vez quieras ayudarme a colocar el árbol. Y podríamos ver una película. Te gustará. Las películas son lo más genial del mundo muggle.

Draco no cambio su postura y con los ojos aún cerrados dijo:

-Si, suena genial.

Hermione sólo asintió y siguió tomando su chocolate, después se sobresalto al ver como Draco se incorporaba de su asiento e iba hacia la cocina. Cuando regreso, fue hacia las piernas de Hermione y recostó su cabeza en ellas. Hermione le dio una sonrisa.

-Cuando era niño, al cumplir cinco años, mi padre me regaló mi primera escoba. Un día, en una de mis rabietas la rompí. Literalmente la destroze. Pero tiempo después el estúpido de Crabbe y Goyle iban a mi casa a presumir las suyas. En contestar entendí que fue un completo idiota al romper la mía. Aunque tiempo después mi papá me compro otra. Pero no me gustaba. Era un asco.-Draco abrió los ojos.-...lo mismo pasará si conozco a otra chica. Nunca será como la primera, que por una de mis rabietas, no pude disfrutar el tiempo que tenía con ella. Es por eso que te pido, que vayamos a hacer eso de colocar el bendito árbol, bailemos, toca una pieza de piano y después nos besemos alocadamente en la mesa de la cocina.-le brindó una sonrisa de lado, y vio con alegría como ella se acercaba a sus labios y los besaba.
Tal como estaba planeado, a la mitad de la noche, Draco le besaba el cuello en el cuarto de arriba y ella soltaba suspiros de placer. Durmieron enredados en las sábanas, sin remordimiento alguno, Draco la abrazaba como si la vida dependiera de ello y una lágrima se resbaló por su piel ceniza cuando sintió la respiración tranquila de Hermione a su lado. No importa los esfuerzos que hiciera. Jamás se quedaría con ella. Y por primera vez en mucho tiempo, deseo con Muchas fuerzas, que ojala nunca se hubiera enamorado de ella.

El 7° Año (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora