Irlanda.

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Durmió en el sofá. Ese era el trato. Nada de contacto físico. Por ahora.

Despertó con el leve tintineo de gotas de lluvia, tocando las ventanas y el techo de madera. Un aire gris cubría el cielo, y la lluvia se disparaba con ligereza por los valles. Recordaba borrosa mente haber tomado unas copas de vino que encontró en uno de los rincones de la casa. Sus ropas olían a licor rancio. Se incorporó con el recuerdo grabado en la sonrisa de sus labios, de haber bailado con Hermione y después, como tanto lo había anhelado durante semanas, poder volver a dormirla.

Fue hacia el cuarto de ella, con intención de despertarla y poder comer algo, juntos. Cuando entro en su dormitorio, la encontró aun dormida, con las cobijas, cubriéndole su cuerpo, hasta la mitad del brazo. Fue caminando despacio, disfrutando de la cara de su Bella Durmiente. Cuando llego a ella, le retiro un mechón que le caía por su frente. Pudo sentir su piel cálida, en su mano fría. Se puso en cuclillas y la observo, con sus labios entreabiertos y sus largas pestañas, cayendo como cascadas por sus ojos. Sin temor alguno, se acercó a sus labios y los comenzó a besar. Una manera exquisita de despertar.

Se separó de ella y la cobijo completamente. Pero con una idea de su mente, rodeo la cama y se acostó alado de ella. Coloco su barbilla en el hombro desnudo y con lunares, de Hermione.

-Creo que acordamos que nada de contacto físico.-se escuchó debajo de él.

-¿Y desde cuando te tengo que obedecer?-le dio un beso en el hombro y lo comenzó a acariciar con las yemas de los dedos.

-¿Dormiste bien?-pregunto Hermione, dejándose llevar por el contacto de las manos frías de Draco.

-Oh sí, claro. Me fascina dormir en los sofás. Cuando era pequeño, me tele transportaba a mi habitación. Era increíble.

-Perdón. La otra cama es de mi tía y...

-Te da miedo, que duerna contigo. ¿Porque? Bueno, digamos que nos puede entrar la necesidad de jugar al escondite... Debajo de las sabanas.-la sonrisa morbosa de Draco, apareció por sus secos labios.

-Ja,Ja, Había olvidado tu sentido del humor, Malfoy.-Hermione miro hacia el reloj, que estaba colgado en la pared y soltó un suspiro.-Ya pasan de las 9. Arriba Huron, hay que comer algo.

Retiro los brazos de Draco, y se dio la vuelta para mirarlo. La clara luz que de metía por la ventana, hacia brillar su rostro.

Draco tomo con su dedo índice y pulgar, la barbilla de Hermione y le planto un beso, justo en el centro de los labios.

-Te espero abajo. Más tarde podemos ir a pasear, si quieres.-dijo, cuando su boca se separó de esos labios jugosos.

-No estoy de vacaciones Malfoy. Tengo que cuidar la casa...

-Sigues siendo la misma terca y aburrida. La gente de aquí, es amable y amigable. Así que, tú te pondrás algo lindo, vamos a desayunar y luego iremos a explorar Irlanda. ¿Si, princesa?

Al mencionar ese apodo, el corazón de Hermione se aceleró aún más. Como extrañaba eso. Fue formando una sonrisa, y luego asintió.

-Entonces, no te quiero apresurar, pero ya levántate.-le dio un beso en la frente y se levantó de la cama, fue caminando hacia la puerta y salió, no sin antes decir.-... Y mi nombre es Draco.

💚💚💚

Al terminar de desayunar, unos ricos Hot Cakes con leche fría, Draco hizo varios hechizos de protección, para que Hermione estuviera más tranquila.

Salieron de la casa y sin perder tiempo, Draco paso su brazo por los hombros de la castaña, y entrelazo su mano con la de ella.

El viento helado, hacía que las bellas hojas de los árboles, formaran caminos color verde. Cada persona que los notaba, los saludaban con una sonrisa. Encontraron una tienda de joyería antigua y Draco compro un anillo de plata, con un cisne grabado. Se lo daría en la cena.

Atravesaron un puente de piedra, en donde Draco, la tomo de la cintura y comenzó a besarle el cuello.

Hermione, cerró sus ojos con fuerza y supo que todo lo que deseaba, todo lo más anhelaba en el mundo, siempre seria Draco. Dejándose llevar por el momento, ella también lo abrazaba y se reía de cómo se asombraba por ciertas cosas muggles. A veces lo paraba en medio camino, para darle un beso en la mejilla o en los labios.

Encontraron un pequeño bosque y decidieron entrar, por el camino señalado por tierra. Los sonidos de pequeños animales o el viento, se iba extinguiendo con cada risa que soltaba alguno de los dos. Cuando llegaron a un pequeño pueblo, descubrieron a un mago y una bruja que al parecer no sabían quienes eran, así que...

-Soy Scorpius Malkov y ella es mi esposa, Rose Gracie.-dijo Draco, tendiendo la mano, viendo la expresión de desconcierto en la cara de Hermione.

-¿No son algo jóvenes, como para ser esposos?-pregunto el viejo mago, que bebía un vaso de leche.

-Oh para nada, en si aún no es mi esposa, es mi prometida. Nos casaremos pronto.-la sonrisa de Draco hizo que un dolor asechara a Hermione. Sabía que no era cierto.

-Qué suerte tienes muchacha, conseguiste un muy guapo esposo.-contesto la vieja bruja, con una sonrisa.

Hermione solo asintió y observo la cara de Draco, que era una sonrisa fingida, que ocultaba una triste mueca.

-Lydia y yo, estábamos casados hace más de 30 años, ustedes dos, parecen amarse mucho.-dijo el viejo mago llamado Mort.

-Y nos amamos mucho, usted ni se imagina cuanto sufriría si la perdiera.-Hermione noto que se le quebró la voz.-Bueno, fue un gusto conocer a alguien como nosotros aquí, esperamos verlos pronto.-

Draco y Hermione, aceptaron un tazón con galletas y sus sonrisas, desaparecieron, cuando tomaron el camino de regreso.

El silencio penetraba de nuevo en el bosque, y Draco pateaba una roca, mientras Hermione se concentraba en el frente. No sabía si estaba triste o enfadada.

-Es raro que no te hayan reconocido.-dijo Draco, cuando creyó que estaban exagerando.-¿Crees que no se enteraron de la guerra?

-Al parecer no. Creo que viven como muggles. Pero qué más da.-dijo ella, sin levantar la vista.

-Sé que estuvo mal mentir...

-No es eso Draco. Es solo que los dos sabemos que, lo que les dijiste nunca va a pasar.

-¿Porque dices eso? Y no quiero que menciones tu maldita boda. Hermione, ve a esos dos. Han estado aquí, más de 30 años. Sin nada más que su amor y el sacrificio que hicieron.-Draco se colocó delante de ella, para evitar que caminara.-...nosotros podemos hacer lo mismo.

-Vendrán a buscarme Draco...

-Sabemos escondernos muy bien y lo sabes.

-Deja de decir estupideces...

-No soy estupideces Granger. ¿Que acaso no es eso lo que quieres? Que Estemos juntos.

-No lo sé, Draco, No lo sé.

-¿Como que no lo sabes? ¡Tú me amas, debes de saberlo! Y no me vengas con tus mentiras de que ya no me amas, porque en todo el planeta yo soy el único hombre, que te puede hacer feliz.-Draco, cerró los ojos y se acercó a ella.-...y tú eres la única mujer, que me puede hacer feliz. Quiero que nos duchemos juntos. Que despertemos abrazados.-tomo su cara con las manos y le dio un beso, lento y seductor.-...sabes que eres mía. Y siempre lo serás. Yo siempre seré el primero, en todos tus sentimientos. Te amo.

Hermione fue despeinando su cabello y acaricio su cuello. La loción a menta, la volvió a tomar desprevenida.

-No importa si me caso con quien sea. Siempre que este con alguien más, tu estarás dentro de mi cabeza.-dijo Hermione, junto a sus labios.

Draco la siguió besando y bajo sus manos de la cara de la castaña, a su cintura, donde la siguió acariciando y formaba figuras con su dedo índice, por la espalda de ella.

-¿Sabes? Si cambias de opinión y te quieres ir. Lo aceptare. Pero...te voy a raptar. Me importa un bledo, si me tengo que montar en un jodido Dragón, pero siempre te voy a raptar, secuestrar, tomar, como quieres llamarlo. Advertencia para Weasley.

Hermione dejo escapar una risa y noto con impresión que Draco también rio.

El rubio la tomo por la cintura y fueron corriendo por aquel bosque de Irlanda, pues la lluvia ya había empezado a proyectar contra Inistioge. 

El 7° Año (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora