Crossed Lines [BTS]

19.- Promesas

[JIMIN]

Toque a la puerta de mi habitación un par de veces solo para corroborar que estuviera vacía. Entre lentamente y sin encender la luz, mire a todos lados solo para comprobar que el lugar estaba vacío. Suspire aliviado y me deje caer en mi cama.

Había pasado buena parte del día escondiéndome en la biblioteca, desafortunadamente no podía quedarme a dormir ahí, aunque lo hubiera deseado; después de eso había vagado por todo el campus haciendo tiempo y pensando, debía haber algún modo de librarme de todo esto. En la mañana ya había intentado pedir un cambio de habitación pero todo mi esfuerzo había sido en vano. Incluso ya había considerado hablar con mis padres y pedir un cambio de universidad pero entonces ellos pedirían una explicación y yo no iba a dárselas. Nunca les había contado de aquel infierno que había vivido y no pensaba contárselos nunca, esta era mi carga no suya.

Me puse rápidamente la pijama y me arrope con las cobijas cubriéndome por completo, mañana tendría que salir aún más temprano de aquí y hacer menos ruido, si podía evitar a Jungkook lo suficiente entonces podría evitar a Yoongi y podría salvar mi trasero este año.

Escuche como la puerta de la habitación se abría, me tense bajo las sabanas, escuche pasos y unas llaves resonando al golpearse unas con otras, la puerta se cerró de nuevo, una par de pasos más y luego todo fue silencio.

-Jimin- comenzó Jungkook con voz baja –Jimin ¿Estas dormido?- yo no me moví, trate de respirar con normalidad, si parecía que estaba dormido entonces me dejaría en paz ¿No?

Pero no fue así, sentí como el borde de la cama se hundió ligeramente y luego una mano comenzó a acariciar mi brazo sobre la sabana, hice acopio de toda mi fuerza para no comenzar a temblar.

-Yo no soy ese tipo de persona Jimin, yo no soy como Yoongi- sonaba sincero, muy sincero, eso me hacía dudar más, Jungkook suspiro –Supongo que aun así no confiaras en mi... pero voy a demostrártelo Jimin...- y sonaba muy decidido, tuve ganas de quitarme la sabana de la cabeza y mirarlo a los ojos para comprobar que tan ciertas eran sus palabras, pero me contuve –No voy a dejar que te hagan daño de nuevo Jimin... por favor, confía en mi-

La cama se elevó un poco cuando Jungkook se puso de pie y, supuse, fue hasta su lado de la habitación. Un extraño silencio inundo el lugar, yo apenas podía respirar, ¿Acababa de escuchar bien? ¿Dijo que iba a protegerme? Lentamente me senté en la cama y mire hacia la oscuridad.

Quería creer en sus palabras, eran demasiado tentadoras como para pasarlas por alto, pero mi mente decía que no debía confiar tan fácilmente en él, que no debía arriesgarme de esa forma, podía ser una trampa y yo estaría cayendo en ella, ¿Pero que más podía hacer? Si era mentira y no me fiaba de él tarde o temprano encontrarían otra forma de hacerme trizas, solo estaría retrasando lo inevitable.

-No miento Jimin- dijo Jungkook con voz seria haciéndome saltar de mi cama

Voltee a verlo, él estaba sentado en el borde de su cama, mirándome, como un fantasma, ¡Casi me mata de un susto! Pensé que ya se había quedado dormido.

-Confía en mí...-

-¿Crees que es tan fácil?- solté en un estúpido arrebato de valentía, solo esperaba que eso no me trajera más problemas -¿Solo porque lo dices y ya? ¿Crees que es tan sencillo?-

-No, sé que no es fácil...- incluso en la oscuridad de la habitación pude ver como su rostro se ensombrecía, ese gesto me recordaba tanto a Yoongi

Sacudí un poco la cabeza, vamos, que sólo tenía un día de conocer al chico y ya lo estaba satanizando, pero no podía evitarlo, ahora que lo miraba con detenimiento, con esa mirada fría, ese gesto serio, esa postura relajada y a la vez tensa, me recordaba tanto a ese que me había hecho la vida imposible.

Jungkook me miraba con detenimiento, como si esperara algo de mí, al principio no entendía que quería así que me quede en silencio, desviando la vista a todos lados.

-¿Y bien?- pregunto

-¿Y bien?- repetí en el mismo tono de voz, el levanto una ceja y yo suspire con resignación

Me lo pensé un bien rato antes de hablar, dentro de mí se libraba una batalla que jamás hubiera imaginado porque la parte razonable de mi ser gritaba que saliera corriendo, que no confiara en el chico de la linda sonrisa que estaba sentado frente a mí, que no le contara nada; pero estaba esa ridícula parte mía, la de la noche anterior, la que lo había arropado y le había dicho Kookie con el cariño de un viejo amigo, esa gritaba que confiara, que estaba bien, que sus palabras eran ciertas y que eso iba a salvarme.

Me sentí inmensamente estúpido cuando decidí hacer caso a esa segunda parte.

-Fue durante el primer año de preparatoria- comencé en voz baja, apretando la sábanas con fuerza –Yo... cometí una estupidez...- el me miro inquisitivo, supuse que esperaba que fuera más específico –Me metí en una pelea, no con ellos, con otro estudiante, pero... V nos vio, trato de separarnos y...-

-¿Y?- insistió al ver que yo no continuaba

-Yo lo golpee... ni siquiera recuerdo porque estaba tan enfadado, sólo quería partirle la cara a ese otro tipo, no supe que había golpeado a V hasta que el otro imbécil salió corriendo...- me sudaban las manos, igual que en aquel momento, me sentía tan pequeño, débil y frágil

-¿Tae te delato?- lo mire sin saber por quién preguntaba –V, así se llama- aclaro el, negué

-Él dijo que no había sido mi culpa, que fue un accidente... el que me delato fue el otro imbécil...- sentí como las lágrimas picaban detrás de mis ojos, respire hondo –al día siguiente Rap Monster y Yoongi ya me esperaban en mi casillero...- el resto era bastante obvio

Jungkook se quedó callado por lo que me pareció una eternidad, mientras tanto yo abrazaba mis rodillas en busca de consuelo, tratando de borrar aquellos recuerdos de mi cabeza.

-¿Siguen molestándote?-

-Me mude cuando pasamos de grado y no volví a saber de ellos... hasta ahora-

Y era todo. Había confesado aquello que nadie más sabía, aquel infierno que me había consumido casi por completo. Había firmado mi sentencia o me había salvado, aún desconocía el final. Rogaba por la segunda, pero la vida me odiaba así que era mejor no hacerse ilusiones.

Jungkook se levantó de la cama y camino hasta mí, yo sólo me encogí todo lo que pude sobre mí mismo, el miedo me consumía, era inevitable. El peli negro levanto mi rostro con tal delicadeza y suavidad que casi me hace suspirar, se quitó una cadena que llevaba al cuello, era plateada y de esta pendía un anillo, la paso por mi cabeza y la acomodo en mi cuello.

-¿Qué es esto?- pregunte mientras contemplaba el anillo

-Es una promesa Jimin- respondió mirándome –Es mi promesa-

Y creí en sus palabras.