28.- Mírame

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[Jungkook]

-No, así no, dispara a ese, a ese de ahí, a ese no al otro, ¡Al otro!- Jimin río alto y yo me enfade más, le arrebate el mando de la consola y me di a la tarea de tratar de salvar aquella partida que Jimin había arruinado.

-Te dije que no servía para esto- Se excusó pero aun reía divertido

No le preste mucha atención, estaba demasiado concentrado tratando de no morir en aquel videojuego, pero mis esfuerzos fueron inútiles pues dos minutos después ya aparecía en enormes letras rojas "Game Over".

-Lo hiciste apropósito- Reclame mientras dejaba el mando sobre el sofá donde estábamos sentados y me cruzaba de brazos, hice un puchero y desvié la mirada

-Claro que no, de verdad me esforcé- Sonrió en mi dirección mientras se ponía de pie –Además, jamás hubiera aceptado la apuesta de saber que tú eras un friki de esto-

-Se dice gamer, no friki- Lo mire fijamente sonriendo con algo de suficiencia –Yo no tengo la culpa de ser tan bueno-

-Ya, ya, si, eres muy bueno- Me tendió la mano para ponerme de pie –Ahora toca tu premio-

Y con esas palabras toda mi frustración y enojo de antes desaparecieron siendo remplazadas por una enorme sonrisa y una risilla victoriosa.

-Quiero un helado de chocolate, con vainilla, y más chocolate y esas chispas de colores- Jimin solo asentía con una sonrisa a todas mis peticiones.

Salimos de aquel local de videojuegos después de que Jimin pagara la renta de la consola y comenzamos a caminar hacia el centro comercial para comprar mi helado.

Sonreí hacia la nada mientras caminábamos, la verdad mi día había mejorado bastante, y todo gracias a Jimin. Hacia unas horas había despertado envuelto en sus brazos y, a diferencia de los días anteriores, al abrir los ojos me había sentido lleno de energía; Jimin había despertado minutos después y después de una pequeña guerra de cosquillas me había invitado a salir. Y por alguna razón al escucharlo decir aquella palabra mi corazón se había acelerado un poco.

Habíamos salido del campus a escondidas, primero me había llevado a una cafetería para que desayunara algo, no me había percatado de lo hambriento que estaba hasta que en ese lugar acabe con mi orden y con la mitad de la de Jimin, luego me había llevado a jugar a un parque, y aunque al principio me había negado alegando que ya era demasiado grande para subirme a un columpio al final me había encontrado a mí mismo pidiendo que me empujara más rápido en mitad de risas. Luego habíamos encontrado ese lugar de renta de consolas y yo le había convencido para que jugáramos un poco, ahora tocaba mi premio y yo no podía dejar de sonreír.

-Lo conseguí- Susurro Jimin aun sonriendo

-¿Qué cosa?- Pregunte mirándolo con curiosidad

-Hacerte sonreír, lo conseguí- Y de inmediato un sonrojo se apodero de mis mejillas, haciéndome mirar a otro lado y acomodar mi cabello de manera nerviosa, no sabía porque de pronto Jimin me ponía tan nervioso...

Quería pensar que era por el hecho de que, esta mañana, casi nos acostábamos, bueno, casi lo hacía acostarse conmigo para ser más exactos, pensé que después de eso él estaría incomodo conmigo o algo así pero no, al contrario, lo notaba más abierto y relajado que antes, más bromista, más alegre, todo lo contrario a como me sentía yo.

-Luces mejor así Kook, trata de sonreír siempre- Ese comentario no hizo más que aumentar mi sonrojo y dibujarme una tímida sonrisa en los labios

Segundos después sentí como Jimin tomaba mi mano mientras seguíamos caminando, no me aparte, se sentía bien estar de aquel modo, relajado y despreocupado del resto del mundo, Jimin había prometido que me iba a hacer olvidar y realmente lo estaba consiguiendo... aunque fuera solo un momento pues pronto los recuerdos volvieron, lentos y dolorosos, aquel rostro que yo amaba y aquellas palabras que me habían roto por completo se repetían una y otra vez en mi cabeza como una espiral sin fin.

-¡Ah no! ¡No puedes pensar en eso mientras estés conmigo!- Dice él en tono autoritario y se detiene frente a mi sosteniendo mi mano aún con más fuerza -Mientras estés conmigo no puedes deprimirte, te lo prohíbo- Me reprende y yo no sé cómo replicar -Cuando estés conmigo no pienses en nada más, sólo sonríe, ¿Si?-

Y la manera en que me mira hace que mi corazón de un vuelco, y me sorprende que este sea el mismo chico al que una semana atrás había visto tan asustado y con miedo, ahora parece todo lo contrario, ahora hemos invertido los papeles y eso de algún modo me reconforta. El saber que Jimin quiere estar a mi lado, protegiéndome, que quiere hacerme sentir mejor logra precisamente eso, me hace sentir mejor.

Así que le sonrió, de la manera más amplia y sincera que puedo porque realmente es lo que quiero hacer con él, quiero sonreír y no preocuparme por nada más.

-Así me gusta- El me sonríe y revuelve mi cabello con cariño

Retomamos el camino y recargo mi cabeza en su hombro mientras nuestros dedos se entrelazan entre sí, cierro los ojos un momento y disfruto de la paz que todo este momento me hace sentir.

Pero esa paz dura poco. Pronto siento como Jimin se detiene, se tensa y su mano tiembla levemente; abro los ojos y busco su mirada para preguntar qué sucede pero el mantiene la vista al frente, sigo la dirección de sus ojos y por un instante mi corazón se detiene.

Suga está unos metros delante de nosotros, nos mira inquisitivo, pasea su mirada de uno a otro y veo como lentamente sus manos se convierten en puños. Jimin se mantiene estático, simplemente mirando y yo, instintivamente me paro frente a él aún sin soltar su mano.

La mirada de mi amigo pasa de la molestia a la incredulidad en sólo segundos, dando a entender que no comprende la situación. Pero pronto pasa de mi presencia y se centra en Jimin, la furia ha vuelto a sus ojos y se lo que intenta hacer.

-Mírame- Hablo mientras me giro para quedar de frente a el -Jimin mírame- Sostengo sus dos manos y poco a poco posa sus ojos sobre los míos -Solo mírame a mi ¿Si?-

Asiente de manera casi imperceptible, ya no está temblando pero sus manos están frías y su mirada sigue algo pérdida.

-Tú me proteges y yo te protejo ¿Recuerdas?-

Y soy capaz de vislumbrar un brillo en sus ojos, un brillo de esperanza, aprieta mis manos levemente y... alguien me empuja con fuerza. Caigo al suelo y siento un ligero ardor en la mejilla, levanto la cabeza rápido solo para ver el momento exacto en que Suga lanza el primer puñetazo contra el rostro de Jimin, otro más y otro más; mi cuerpo finalmente reacciona y me lanzo sobre el peli verde para apartarlo de mi amigo, el maldice una y mil veces hasta que se da cuenta que soy yo quien lo ha enfrentado.

-¡¿Qué mierda haces?!- Pregunta con los dientes apretados

-No vuelvas a tocarlo- Suelto y no sé porque de pronto me siento tan molesto con Suga, de pronto mi cuerpo solo pide una excusa para poder golpearlo –Te lo advierto-

-Tú me adviertes- Una media sonrisa se dibuja en sus labios –Cuida lo que dices Kookie... y también lo que haces- Me quita de encima de él y se pone de pie limpiando la tierra de su ropa, yo hago lo mismo pero me paro frente a Jimin que mira todo aquello entre asustado y sorprendido –Tu y yo, tenemos que hablar...- Dice mirándome aun con esa media sonrisa –Y tu... no he terminado contigo...- Señala a Jimin y puedo sentir como se tensa a mi espalda.

Suga da media vuelta y mi cuerpo se relaja hasta que no puedo verlo más. Y de pronto sus palabras me duelen más de lo que hubiera imaginado, acabo de golpear a un amigo, a uno de ellos que sentía como mi familia, primero Nam y ahora Suga, los estoy alejando poco a poco de mí. Bajo la mirada porque siento como las lágrimas pican en mis ojos, quiero salir corriendo a algún rincón oscuro y llorar pero no 'puedo, unos brazos me rodean por detrás.

-Todo estará bien- Susurra Jimin con cariño

Y entonces las ganas de llorar se van.

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LA PRÓXIMA SEMANA HAY MARATÓN!

Esperenlo ;)

Crossed Lines [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora