Se inclinó y cortó un ramito de flores, no muchas, le daba pena arrebatarles la vida para adornar tan solo unos días la habitación antes de marchitarse. Satisfecho, Haku miró el delicado ramo de orquídeas con el que acababa de hacerse, los pétalos blancos estaban aún húmedos por la brisa de la mañana.
Caminó de vuelta a la aldea, rumbo al hostal donde se alojaban él y Zabuza. Paseando por las tranquilas calles se dio cuenta de que le estaba tomando cariño al lugar, y era un error. Nueve años llevaban vagando entre aldeas y ciudades desde que fueron derrotados por el grupo de Kakashi y traicionados por Gato. Aceptaban encargos de aquí y allá, espionajes, y asesinatos en su mayoría; Ahora se preguntaba cómo hubiera sido su futuro si ese día no hubieran perdido, ¿quizás el futuro soñado por Zabuza? Veía ya lejana la posibilidad de que consiguieran dar un segundo golpe de estado contra la Aldea Oculta de la Niebla.
Entró en el hostal y saludó cortésmente a la muchacha que trabajaba en recepción, ésta le devolvió el saludo acompañado de una mirada suspicaz, se preguntaba qué tipo de relación tendrían aquellos extraños individuos que se alojaban en la habitación doce.
-He vuelto.
Anunció su llegada, pero comprobó que el dormitorio estaba vacío. Seguramente Zabuza había ido a entrenarse.
Tranquilamente, se entretuvo en colocar las orquídeas en un jarrón con agua que había preparado previamente antes de salir a buscarlas. El aroma que desprendieron al agitarlas le sacó una sonrisa. Le gustaban las flores, el aroma de las flores para ser más exactos.
-Orquídeas, ¿eh? –Zabuza había entrado casi sin hacer ruido, Haku ya había notado su presencia hacía rato.- Muy apropiadas.
El joven lo miró de soslayo, mientras ordenaba un poco las ramitas para que quedaran mejor dispuestas en el jarrón. El ninja se había sentado cómodamente sobre la cama, imprimiendo en las sábanas arrugas aquí y allá sin importarle lo más mínimo.
-Así que te parecen apropiadas, ¿me podrías decir por qué, señor Zabuza?
Con el paso de los años había dejado de dirigirse a él tan cortésmente, habían sido pequeños cambios sutiles. Y no es que no profesara un gran respeto por él, sino que ahora se sentían más cercanos. A pesar de todo, nunca dejaría de llamarle "señor Zabuza".
-La mayoría de las orquídeas son plantas epífitas.
Haku frunció el ceño ante tal argumento. Era la primera vez que oía esa palabra, y se reprochó a sí mismo por ello interiormente ya que, le gustaban mucho las plantas, pero quizás debería aprender más sobre ellas.
-¿Eso qué quiere decir?
- Epífitas. –repitió Zabuza, como para que lo memorizara.- Son plantas que necesitan crecer sobre otro tipo de planta, o árbol.
- Entonces es un parásito.-meditó Haku en voz alta, descubriendo lo que implicaba.- ¿Me estás llamando parásito?
Zabuza soltó una sonora carcajada, era agradable verle reír de tan buena gana. Incluso a su costa, pensó.
-No saques conclusiones precipitadas. Que son epífitas quiere decir que, las orquídeas, crecen sobre su anfitrión pero no se nutren de él, no son un parásito como acabas de decir. También pueden desarrollarse sobre rocas. –Hizo una pausa observando al ninja más joven, estaba verdaderamente interesado.- Digamos que lo que obtiene de la otra planta no es otra cosa que apoyo, así puede llegar a las partes más altas y conseguir más fácilmente la luz solar.
-No tenía ni idea.
Satisfecho, Zabuza comprobó cómo Haku meditaba sobre ello. Enseñarle cosas de vez en cuando no estaba nada mal, aunque era una situación que cada vez era más infrecuente. Ahora que Haku era un adulto, había adquirido gran cantidad de conocimientos, y por tanto, no necesitaba de su sabiduría. Parecía mentira el tiempo que había pasado desde que sus caminos se cruzaron.
-Entonces tú eres el anfitrión, -constató Haku, sentándose al lado de Zabuza. Desde ahí las flores se veían relucientes.- y yo soy la orquídea, que germina junto a ti.- posó la cabeza sobre el hombro de Zabuza, era cálido.- ¿Tú qué planta eres, señor Zabuza?
Quedó callado, no lo había pensado.
-No lo sé... Puede que sea simplemente una roca.
A Haku le embargó una tristeza inexplicable, no le gustaba lo que acababa de oír, en su opinión Zabuza era como un árbol fuerte y soberbio, ¿por qué una roca? Suspiró abatido.
-¿Ocurre algo?
-¿Por qué una roca? Creo que te has relegado a un nivel muy bajo, deberías tener mejor concepto de ti mismo.- protestó Haku.
-Bueno, hay muchos tipos de roca. Igual que tú eres una orquídea, -añadió señalando el ramo de la ventana.- puede que yo también sea una roca con características concretas.
Ese razonamiento convencía más a Haku, nuevamente su maestro volvía a atrapar su interés.
-¿Y qué tipo de roca eres?
La pregunta quedó suspendida en el aire unos instantes, no era algo que se hubiera planteado ni mucho menos hasta ese momento.
-Yo diría que... -se vio interrumpido, no estaban solos.
Se levantó bruscamente, haciendo que Haku diera un respingo. Rápidamente el joven se puso también alerta, aunque algo confuso. La presencia había desaparecido.
-¿Qué ocurre, señor Zabuza?
-Aquí había alguien, hasta hacía unos instantes.
Haku barrió la habitación con la mirada, estaba claro que allí no había nadie, y ya había buscado posibles escondites secretos en la habitación antes de alquilarla. Definitivamente, estaban solos.
-Quienquiera que estuviera aquí, se ha marchado rápidamente. –Dijo Zabuza.- ¡Maldito desgraciado!
No hacía falta que Zabuza se lo pidiera, sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Saltó por la ventana pasando por encima de las orquídeas ágilmente, iba a dar caza al intruso, no podía estar muy lejos. Las agujas que escondía entre las ropas a lo largo de todo su cuerpo serían el arma que probaría el valiente que había osado importunarles.
Fastidiado,Zabuza refunfuñó y se acercó al alféizar de la ventana, viendo a su compañerodesaparecer. En realidad, había otro motivo por el que le parecía igual a esaflor, pero era una razón meramente subjetiva y no se la había dicho: leparecían puras e inocentes.
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Orquídeas (Zabuza x Haku)
FanfictionImaginemos que Zabuza y Haku sobrevivieron al enfrentamiento contra el grupo de Naruto, ¿Qué habría sucedido entonces? ¿Qué les depararía el destino? Esta es la historia de dos ninjas errantes perseguidos por el enigma de una flor.