Orquídeas (Zabuza x Haku)

Capítulo 12: Soledad

La cabaña en apariencia estaba abandonada, pero el instinto de Zabuza le indicaba que ahí había alguien más. Un pétalo azulado estaba en el suelo, signo inconfundible de peligro dados los anteriores acontecimientos.

-Sal.- Dijo con voz ronca, en un tono autoritario.

A su espalda, Ayaka posó su mano sobre su hombro, con cierta delicadeza para no sobresaltarle. Casi en un susurro comenzó a hablar.

-Zabuza, ¿verdad? Creo que no hacen falta presentaciones. Voy a ser muy clara contigo: deja al chico. Vendrá conmigo.

Tanta arrogancia le producía un rechazo indescriptible, Ayaka parecía muy segura de sí misma y se atrevía a imponer sus intereses. ¿Pero por qué quería a Haku?

-Le has dado a elegir, ¿verdad? -respondió el ninja quitando la mano de la mujer de su hombro con desdén.- ¿Qué ideas le has metido en la cabeza?

Ella fingió ofenderse, algo que se le daba muy mal.

-¿Yo? No me digas eso como si lo manipulara cuando tú ni siquiera le has dado a elegir nada, te acompaña desde niño como si fueras la única opción. Le he enseñado que hay más de una opción. Déjalo ir conmigo y todo este desafortunado incidente habrá acabado.

Zabuza la miró con detenimiento y comprobó que tenía ocultos diversos cuchillos y armas entre la ropa, uno en la manga derecha ya lo tenía preparado por si era necesario.

-A ver si lo he entendido... Llevas acosándonos semanas sólo para hacerte con el chico. ¿De veras crees que él querrá ir contigo así?

-Sí. - afirmó Ayaka enérgicamente, agarrando el cuchillo que tenía ya en su mano.- Así que te lo vuelvo a pedir amablemente, márchate. Le he dejado unos días para decidirse, pero ya que has venido hasta aquí... estaría bien que tomaras tú la decisión por él.

Zabuza escupió en el suelo para mostrar su total desacuerdo, ¿qué se había creído esa mujer?

-Creo que te has equivocado conmigo, no voy a renunciar a él así de fácilmente, y menos cuando veo que lo estás manipulando. Una vez alguien me dijo que si una persona te da a elegir entre ella u otra, te quedes con quien no te da a elegir.

La mujer rió con voz cantarina y mostró el cuchillo abiertamente, ya no le importaba mantener las apariencias.

-Bueno, si tú no te vas, no me dejas otra opción.

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Un escalofrío recorrió a Haku de arriba abajo, empezaba a refrescar. Caminó por las calles del pueblo resuelto a solucionar todo aquel entuerto de la única manera que se le ocurría: poner las cartas sobre la mesa. Siempre había pensado que era mejor hablar las cosas así que era raro la de tiempo que llevaba callando sus sentimientos. Esperaría a Zabuza pues tendría que volver al pueblo a recoger su equipaje, y entonces le plantearía el asunto. Según fuera el resultado, decidiría si se quedaría con él o ya iba siendo hora de tomar caminos separados por muy difícil que resultase la perspectiva.

Volvió a la posada y se acercó a la chica que estaba en la recepción.

-Disculpa, no se si te acuerdas de mí pero me alojaba con un compañero en una habitación... -La  muchacha lo miro enarcando una ceja, evidentemente lo recordaba pero le interesaba más bien poco lo que tratase de decir.- El caso es que mi compañero está fuera y yo no tengo la llave, ¿podrías abrirme la habitación para esperarle?

Ella se encogió de hombros y le puso una copia de la llave sobre la mesa sin pedir más explicaciones. Haku se soprendió por la falta de seguridad que había en el sitio, pero no era su problema la poca profesionalidad de la empleada.