Día 606
Narra Lucille:
Arañe fuertemente la mesa con mi mente completamente bloqueada y mire con rabia hacia la cama donde se encontraba recostado Eustace mirándome inexpresivo. El no tenia la culpa de nada, pero, odiaba verlo de esa forma, odiaba lo que le habían echo, odiaba saber que ahora sus estándares de peligro eran el doble, completamente indefenso Eustace ahora dependía de alguien para trasladarse a cualquier parte, si bien su tronco, brazos y cabeza funcionaba bien, había perdido toda movilidad de las piernas por el resto de su vida. Conviritiendolo en un blanco fácil para cualquiera.
-Déjalo Lucille, no hay forma- Insistió el chico cerrando levemente sus ojos, sin duda, la pena por el me llegaba hasta el alma, imaginaba yo misma quedar limitada por el uso de mis piernas, sin duda querría estar muerta pero debía existir alguna forma en la que Eustace pudiese manejarse libremente mas allá de una torpe silla de ruedas.
-Déjame en paz Eustace, intento pensar- Respondí de mala gana mientras miraba a la ventana con fervor y enojo, no se me estaban ocurriendo demasiadas cosas.
‒ Tal ves existiese algo en algún lugar del mundo, algo que pudiese ayudarlo, algo mecánico tal ves en algún centro de medicina...‒. Pensé.
Fue aquel pensamiento el que me hizo darme cuenta de que no estábamos solos en el mundo, de que en todo este tiempo tan solo nos limitábamos a andar por Washington ¿y que pasaba con las otras ciudades? Los otros países... el otro continente, tal ves allí no había infección, ni caminantes, ni nada, tal ves allí aun todo era normal. La idea me hizo cambiar la expresión de mi rostro, ahora sin duda no quería quedarme sentada pensando puesto estaba abriendo de a poco los ojos ¿Por que jamas se me había ocurrido? En el peor de los casos todo el mundo estaría infestado pero al menos riamos recorriendo nuevas zonas inexploradas por otras personas, mas comida, mas armas, mas de todo lo que no teníamos al ser sedentarios, al quedarnos en un solo lugar sin la posibilidad de explorar el mundo.
Entonces pensé en un como y en un cuando, había miles de posibilidades que respondían al como pero solo una que respondía al cuando y aquella respuesta era la palabra ahora, en este tiempo ya no debía esperar a ser mayor para realizar las cosas, ya era tiempo de ser mayor y actuar por si mismo, en este momento y solamente ahora era tiempo de prever las cosas para el posible futuro.
Rebusque entre los libros para leer del pequeño estante en aquella enfermería asta encontrar un polvoriento y antiguo libro pero que aun conservaba sus escrituras como si hubiesen sido impresas en ese instante. El aroma a húmedo y viejo me recordó a Merle y nuestra cabaña en el bosque, la misma en la que había estado días atrás en mi monótono sueño, recordarlo me hizo melancolizar bastante por lo que para olvidarme de aquello un momento roce una de las puntas del desgastado papel con mi dedo haciendo un pequeño corte, dolor por dolor no se consideraba sin duda una mente suicida.
Desplegué el gran mapa mundial sobre el escritorio y comencé a observarlo de forma muy minuciosa, sentía como si todo el resto del planeta estuviese bajo mis pies, tanto aun por descubrir que siquiera se me ocurría por donde empezar a hacerlo, me centre en los países limítrofes que si bien no tenían escritos sus nombres yo muy bien sabia cuales eran.
-¿Te gustaría conocer Canada, Eustace?- Pregunte mientras miraba su figura petrificada de reojo pero aun sin despegar mi vista de aquel mapa donde con la poca sangre de mi dedo marque un punto, para ser precisa Vancouver, una ciudad al sur de Canada que estaba ubicada a una gran distancia de aquí pero aun así no era imposible llegar con un vehículo y varios días de viaje.
-Y le preguntas eso a un tullido...- suspiro el de mala gana a lo que rodé mis ojos algo apenada pero mas enojada por aquellas palabras que ningún sentido tenían.
Me enfurecí.
-Encontrare la forma de que vuelvas a andar Eustace, te lo prometo- Jure con la intuición y todas mis intenciones de realizar aquel acto, debía seguir pensando, en ambas cosas, debía hacerlo.
El repiqueteo de las pesuñas de un caballo andando por las calles me entretuvo un momento como si algo bueno fuese a salir de aquel sonido, entonces, luego de ver pasar reluciente aquel cimarrón centro mi vista en su silla de montaje.
-tengo una idea- susurre en vos baja mientras tomaba el libro junto con el gran mapa y una lápiz para encaminarme cerca del rubio -Marca los lugares en el mundo que quieras conocer, creo que tengo algo en mi mente que puede funcionar- Susurre dejando en su regazo aquellos elementos mientras el solo me miraba con su rostro arrugado en una mueca de extrañeza.
-¿Que pretendes...?- Comenzó a preguntar el con indignación pero fue interrumpido por el gesto de silencio proveniente de mi boca, el instantáneamente guardo silencio.
Sonreí mientras dibujaba un plano en mi mente.
-Armare una silla de montaje donde tus piernas estén sujetas y tu espalda este sujeta a la misma silla, en el caballo no solo se te hará mas fácil moverte sino que puedes disparar o usar la espada y el arco- Comente con entusiasmo viendo como su pálido rostro de iluminaba con una sonrisa esperanzadora ante la idea, mis labios nuevamente se había pintado una gran sonrisa mientras las ideas para llevar a cabo la construcción de aquella silla aumentaban de a milésimos.
-¿Realmente lo crees?- Pregunto con mucha emoción, tanta que lograba incluso contagiarmela. Con pasos ágiles me acerque a su cama y con un pequeño salto logre subirme a ella sentándome a un lado de su cuerpo con cuidado de no hacerle ningún daño.
-Si que lo creo- Brame para incrementar su emoción y comente- Asimismo, el caballo te dará la rapidez y agilidad que ningún hombre, eres bueno con el arco así que no te sera difícil, ademas, tienes la seguridad de saber que estaré a tu lado por si algo pasa- Dije y tome su mano reposada a un lado de su anatomía cubierta por una manta asta la cintura.
-Algún día seras mi mujer Lucille, pero no espero esa noche a la luz de la luna para decirte que te amo y te amare por siempre palomita.
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Holiussss, bueno he aquí el primer capitulo de la maratón 1/3, espero que lo disfruten y sea de su agrado, en tan solo unos minutos subiré el próximo, así que no olviden votar y comentar!!!
Sin mas...
MiluBergling.
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Lucille (Carl Grimes)[Editando]
Fanfiction-Traigan a Lucille- ordeno el hombre fornido con voz sádica, en un lejano termino le recordaba al gobernador y eso era a causa de que se encontraba en una habitación bastante espaciosa arrodillado mientras que sus pies y sus manos estaban atados con...