Lucille (Carl Grimes)[Editando]

Cloud Torment

Día 690:

Narra Carl.

Tanto tiempo había pasado que ya hasta había comenzado a olvidar su extraño carácter, recordaba describirla como roñosa y testaruda pero ya casi no recordaba el por que de aquel pensamiento. Sin duda alguna jamas podría olvidar a Lucille, ni aunque hubiese perdido ya la esperanza de encontrarla. Su vago recuerdo rondaría por mi mente por semanas, en ciertas ocasiones, podía llegar a pensar que ella estaba armando aquel juego en mi mente y que solo lo hacia para torturarme pero aquella hipótesis sonaba mas que idiota. Ella estaba en mi mente por que la echaba demasiado de menos y una excusa jamas podría hacer diferencia en aquello.

Mire a la chica a mi lado, Arya, con su cabellera dorada siendo sacudida por la leve brisa mientras remendaba sus ropas. Se veía tan frágil, tan dócil que despertaba en mi un instinto sobreprotector. Aquella rubia se había abierto mucho a mi en los últimos días, su carácter dulce me hacían querer pasar a su lado largos ratos mientras que ella podía oír y aconsejar de la mejor forma, una gran persona, algo extrovertida, pero era la única amiga que aun me quedaba.

-¿Se te perdió algo Carl?- Pregunto ella con simpatía al percatarse de que mi vista estaba puesta en su figura a mi lado, negué aun embobado gracias al efecto que causaban sus azules ojos mirándome de forma intensa. En cuestión de solo segundos me arrebato de entre mis dedos la imagen que minutos antes observaba detenidamente.

Ella la observo un momento entre risas hasta que pude volver a recuperarla fastidiado, sin duda, odiaba que tocasen esa imagen sin mi consentimiento, la imagen en la que Lucille y yo permanecíamos plasmados en un papel con falsas sonrisas, o al menos eso me gustaba creer pero la realidad era que al estar observándola de forma cariñosa aquella sonrisa se volvía verdadera.

-Es una lastima que sea solo una fotografía ¿No, Carl?- Pregunto con algo de sorna, si hubiese algo que a Arya no le agradase era el echo de que siempre estuviese pensado en Lucille, ella opinaba que era un pasado que debía superar cuanto antes.

Le daba la razón, era un pasado, era solo una fotografía, pero nadie me obligaría a dejarla ir.

Aquellos momentos era cuando nuestra relación se tensaba, ambos quedábamos estáticos intentando arrepentirnos de nuestras propias palabras pero estaba demasiado seguro de mis pensamientos que en aquel momento me era imposible arrepentirme.

-Lo siento Carl... no quise...- Se excuso ella con un tono cauteloso, yo aun seguía con la cabeza entre el ancho de mis hombros observando la fotografía.

-Pero lo hiciste- Aquello salio disparado de mi boca sin siquiera pensarlo, pero en el fondo era lo que quería decirle, sin duda no debía haber mencionado el tema y mucho menos quitarme la fotografía de las manos pero su carácter era tan egoísta y celoso que le era imposible. -Tengo que irme- Bufe mas enojado conmigo mismo que con la rubia a mi lado, sin duda no quería que aquello me terminase separando también de ella por lo que era mejor estar solo un rato. Me puse de pie dispuesto a irme de allí.

-Carl no quiero que te enfades por lo que voy a decirte pero, no puedo con esto, no puedo intentar algo contigo si te pasas el día pensando en una niña tonta que probablemente este muerta- Dijo con algo de desprecio a lo que me contuve pero mis deseos por tomarla del cuello y golpearla no faltaban. Idiota y sensible.

-Tu no sabes nada- Respondí con un tono mas agudo del normal, como si quisiera llorar, quería hacerlo, me consideraba una persona débil ante tal cosa pero sin saber que era lo bastante fuerte.

-Intento ayudar- Insistió la chica tomándome de la muñeca.

-¿Ayudar?¿Bromeas?¿Intentas ayudar tomando un lugar que no te corresponde? No intentas ayudar, tu misma lo has dicho, intentas tomar su lugar- Solté de forma descarada escupiendo las palabras una a una con constante rabia. No deje que volviese a abrir su boca sino que me apresure a alejarme.

Mi idea era ir camino a mi casa, encerrarme en mi habitacion y leer cómics durante el resto del día, algo que pudiese distraerme. Oí el portón de Alexandria abrirse aunque no le di demasiada importancia, estaba echo una completa furia, en ese instante podría haberme enfrentado al viejo Daryl sin tener una gota de miedo, estaba fuera de mi, caminaba por las calles como si de un gigante en estado de furia se tratase.

Y en ese momento solo Dios sabe por que voltee a ver.

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Viernes! Viernes! ¿Pero tu no actualizabas los sábados?

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