10 de septiembre del 20...
La sangre comenzó a brotar con lentitud de mi dedo índice, seguido de un tortuoso ardor.
-Maldición- pronuncie con algo de fuerza mientras dejaba el cuchillo sobre la tabla, en la cual se encontraban algunas nueces troceadas.
Había decidido preparar un pastel para la cena que tendría con mi pareja, y quería que todo saliera bien luego de haberlo fastidiado para convencerle. Su nombre es Kendrick, un chico de unos 20 años que se ha mudado a Hokkaido junto a sus padres, y bueno...hace un tiempo comenzamos a "salir".Porque en realidad, no sé si decirlo de esa manera, ya que, esta relación es algo inusual: él es asexual, lo que quiere que decir que no siente ningún tipo de atracción, pero, estoy bien con eso, ya que su compañía y uno que otro abrazo ocasional es más que suficiente, y bueno, de alguna manera hacía lo posible por tratar de ser más atento.
Llamaron a la puerta, y supe en ese momento que se trataba de él. Mi corazón parecía como el de alguien que había corrido una maratón, y mis rodillas temblaban de vez en vez....abrí la puerta, y ahí se encontraba, aquel joven alto, de cabellos rojizos y ondulados, tez blanquecina y con pecas en los pómulos, además de unos tiernos ojos grises, aunque, hoy había algo diferente en ellos.
-Kendrick...-sonreí, tal vez de una manera torpe, para después abrazarle fuertemente, había comenzado a nublarse el cielo.
-Hola Dai, perdona por no haber avisado que ya venía para acá- respondió mientras correspondía el abrazo con lentitud, ¿Por qué estará así?
Lo solté y juntos entramos a la casa, dirigiéndonos directo a la sala de estar.
-El pastel estará pronto, así que si quieres podemos ir a la...
-No, tengo que hablar ya...tenemos que-su semblante cambio de repente...frío, arrogante.
-Claro, ¿Qué sucede?-mi estúpida sonrisa continua, mientras me acomodó un poco mejor en el sillón, y coloco mis manos en mis rodillas.
<<Despierta...>>
-Esto se termina, ahora-y así...mi sonrisa se empezó a borrar, con lentitud, todo sé quedo en silencio, salvó las gotas de lluvia que comenzaban a multiplicarse.
-Pero...¿De qué hablas?
-Sabes de que hablo, está "relación" me tiene harto-dijo, mientras continuaba moviendo sus dos dedos para recalcar aquellas comillas. Algo dentro mío ardía.
-Kendrick...¿Hice algo mal? No entiendo nada de es...
-Me das asco, Daisuke, ¿Aún preguntas qué hiciste mal?-Soltó una carcajada, mientras se levantaba de aquel sillón.
-Tu error fue acostarte conmigo, fuiste un error del alcohol nada más, incluso me pregunto porqué estoy contigo, si eres tan estúpido.
-Kendrick, para por favor, estoy confundido- las lágrimas se agolpaban en mis ojos, y el nudo en mi garganta me dificultaba un poco respirar.
-¿Por qué debería parar?- pronuncio, mientras sonreía arrogante, y metía las manos en su bolsillo.
-Es que eres la persona más estúpida que he conocido, hasta das lástima, ¿No te han enseñado que no debes enamorarte? Sólo serás utilizado, y herido, como lo he estado haciendo todo este tiempo.
-Para, por favor.
-¿Te creíste el cuento del asexual? Como te dije antes, sólo me das asco, por eso vomite luego de aquello, me da asco haberte besado, haber tocado tu repugnante cuerpo.
-¡Para ya Kendrick!-subí un poco el tono de voz, las lágrimas, cómplices de su crueldad, bajaron por mis mejillas, quemándome.
<<Despierta...>>
-Eres un fenómeno nada más, pero venga, debes agradecer que te haya aguantado todo este tiempo, incluso el polvo que nos dimos, porque siendo tú, no volverás a tener de esto.
<<Despierta...>>
-¡CALLATE!Me levanté de la cama, con el rostro sudando a chorros, las lágrimas se habían ido a mis cienes, y algunas quedaron atrapadas en mis pestañas
-Sólo...¿Fue un sueño?...mierda-doble mis rodillas, y me abrace a estas, mientras volvía a romper en llanto.Hola gente, espero y hayan disfrutado el capítulo, por ahora estoy algo seca de ideas *cries* pero espero actualizar lo más pronto posible, un abrazo.
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Han pasado dos años
RomantikEn una cocina, de un viejo apartamento en la capital de Suecia, se encuentra un chico. Su rostro no refleja expresión alguna, parece una estatua; sin embargo, las lagrimas brotan de sus ojos, bajando sin piedad por sus mejillas, pero continua así, m...