F r í o

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Las pastillas están comenzando a terminarse. No estoy seguro de si Haruhi me ha entregado el frasco lleno, pero no deja de preocuparme. Cada cierto tiempo sentía una extraña ansiedad por consumirlas, y en vista de que debía continuar en reposo, volvía más difícil las cosas.

Lo único que aún me mantenía tranquilo era bocetear en uno de mis cuadernos: eran más que nada paisajes, algunos retratos de personas que en mi vida había visto; creo que era lo interesante de la droga, me daba momentos de extrema creatividad, aunque admitiré que algunos de esos trazos me ponían bastante nervioso: se veía a personas gritando, o incluso llorando, ¿Será una manera de canalizar todo lo que me he guardado?

Luego de mucho decidir, deje mis materiales a un lado, sacando mi teléfono móvil para marcarle al pelinegro. Mientras buscaba el contacto, sentí un extraño dolor de cabeza; fue una punzada más que nada, así que le resté importancia.

Una vez que lo encontré, marque al número, respondiendo este enseguida.

<<¿Daisuke?>>

-Eh...hola, Haruhi, yo...bueno, quería saber si estabas ocupado.- pronuncie, peinando mi cabello con los dedos.

<<Acabo de salir de una junta, así que tengo el resto de la mañana libre...¿Sucedió algo?>>

Mordí mi labio inferior, no sabía si debí contestarle o no, pero...la desesperación término ganándome.

-Bueno, hace un rato que no nos vemos, y veras...también se término el medicamento que me diste.

Se quedo un instante en silencio, algo que me pareció una eternidad, hasta que escuche una leve risita.

-De acuerdo, pero a cambio, tendrás que hacer algo por mi.

-Lo que gustes.

Soltó una carcajada.

-Vale, estaré ahí en 15 minutos, hasta luego, cariño.

-Adiós, Haruhi...-y dicho esto colgué. Y como dijo el mayor, arribo a mi hogar exactamente a los 15 minutos. Había decidido prepararle algo de curry, un agradecimiento extra por haber venido hasta acá a complacer mis caprichos.

-Aquí tienes.- dijo lanzándome dos frasquitos, los cuales atrape con dificultad.

-Muchas gracias.- me acerque, dándole un corto beso en la mejilla, y estaba a punto de ir a guardarlos cuando este poso sus manos en mis caderas, apretándolas para que así evitase escapar. -Unh...¿Sucede algo?

-¿Recuerdas que harías lo que yo quisiera a cambio de traerte más de estos?- me cuestiono, señalando con un ademan el medicamento.

-Sí...sólo déjame guardar esto.

-Oh, no no no, cariño.- sentí sus manos subir por mi columna, produciendome escalofríos. -Quiero usarlo para mi agradecimiento- le mire con incredulidad, mientras tomaba uno de los frascos, de los cuales saco tres pastillas y, luego de que yo titubeara un poco, depositándolas en mi boca. Trague con dificultad, pero una parte de mi, se sentía aliviada.

¿Qué era lo interesante de tener sexo estando sedado? Quizás planeaba hacérmelo hasta hartarse, y es verdad que Haruhi tenía mucha energía, pero, ese es otro asunto sin importancia. Sin mucho cuidado, me empujo haciéndome sentar en uno los sillones, para después colocarse encima mío, a horcajadas. Bajó a mi cuello, chupando y dando mordidas, lo que causo soltara algunos quejidos.

-Se más cuidadoso.-murmure, mientras lo sentía pasar sus manos por mi torso, arañando por encima de mi suéter. No supe en que momento había desabrochado mis pantalones; no me daría cuenta, hasta un tiempo después de usarlas, que mientras mayor era la cantidad mayor era la pérdida de recuerdos.

Se levantó, y desabrocho la hebilla de su cinturón junto con los pantalones y ropa interior, quedando completamente desnudo de la cintura para abajo, para después, sentarse nuevamente  sobre mí, sosteniendose de mis hombros con su brazo izquierdo. Después de aquello todo se volvió borroso, salvo por algunos momentos en que pude apreciar el rostro del joven curador, contrayendose del placer mientras, al parecer, subía y bajaba frente a mí, con rapidez y casi inconsciencia, ¿Es que acaso no temía lastimarse?

Después de aquello, se fue. Tampoco supe cuando lo hizo, y realmente no me importo, me había quedado dormido casi al instante en el incómodo sillón, aún desnudo, y no me moví el resto del día, salvo, claro, hasta volver a sentir la necesidad de consumir aquella relajante droga, que nublaba por completo mis pensamientos, excepto por uno:

Sentía frío.

N/A: Lo sé, soy una desvergonzada por venir a actualizar esta obra después de tanto tiempo, y aparte un cap tan corto. Les pido una disculpa ;; pero la verdad, pasaron muchas cosas (malas en su mayoría) que me cortaron la inspiración para con esta, a tal punto de pensar en dejarla inconclusa. Pero, ¡enhorabuena! Que cierta personita me la ha devuelto (gracias bae <3) así que probablemente "Han pasado dos años" volverá a las andadas, y con cosas aún más interesantes. ¡Estén al pendiente!

Han pasado dos años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora