Traveling Song

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N/A: Les recomiendo que escuchen el vídeo que esta adjunto en la Multimedia, para que puedan entrar en ''ambiente''.


Una...dos...dos cajetillas y media me termine en el transcurso de ese día, en el cual sólo me dedique a observar dos cosas: la ventana, donde se podía observar que se estaba montando un pequeño escenario (alguna obra callejera quizás) y la mesa, en la cual, se encontraba un peluche de un felino un tanto grande, color morado claro, con rayas de una tonalidad más oscura, y los ojos negros, así como un disco de un grupo que me gusta, cuya portada es un guante de cuero negro, posando sobre un trasero femenino y de perfil.

-Hola, viejo amigo...-susurre mientras le daba una última bocanada al cigarro que no tardaría en acabarse, así que lo apague en mi pequeño cenicero color vino y, acto seguido, tome aquel animal de felpa entre mis delgadas y blanquecinas manos, algo temblorosas producto de la sorpresa. Lo contemple por un momento; observaba mis largos dedos de vez en vez, los cuales continuaban con ese ligero estremecimiento.

Solté un suspiro, y abracé aquel objeto inanimado pero al cual le tenía mucho cariño, y que creo había perdido para siempre, hace dos años....nunca te conté sobre él, ¿Cierto? Nunca te dije lo importante que era para mi, el porque era como una especie de protector.

Cuando mis padres se divorciaron, ninguno de los dos se interesó mucho por mi custodia, en parte porque mi hermana mayor no había hablado con ellos desde que se fue a Polonia -luego de una de las miles de peleas que tenían ellos, y a las cuales ella se metía a propósito- y en parte porque, no querían que todo esto me afectara...o al menos, me gusta creer que ese es el motivo.

Mi abuelo, Kurohana Nozomi, se quedo conmigo por los siguientes años, encargandose de mi educación y de todo lo referente a la paternidad, aunque por supuesto, se notaba que lo del divorcio me había afectado, al punto de que mis amigos se contasen con los dedos de la mano; por lo que, en mi cumpleaños número 9, me regalo un peluche de un gato, bastante grande en realidad, de color violeta y rayas púrpuras en la cabeza, lomo y cola. No entendía del todo el porque me había regalado tal cosa, sobre todo cuando estaba a unos pocos años de la pubertad; hasta que, con una cálida sonrisa, me explico:

-Tú sabes que no estaré mucho tiempo, ¿No es así?...cuando eso ocurra, no podré protegerte, así que, si te sientes sólo, o triste, abraza este peluche, piénsalo como...si fuese yo, y que siempre estaré aquí, cuidándote.

Falleció en febrero del siguiente año.




Y bueno, este es el capitulo de hoy, espero que lo hayan disfrutado <3. Debo admitir que le agregue algunos detalles personales, pero, eso es punto y aparte. Por ahora, esperen el siguiente capitulo, que espero tenerlo muy pronto, así como el segundo de ''Cartas desde Mull'', nos leemos luego~.

Han pasado dos años Donde viven las historias. Descúbrelo ahora