Capítulo 4:" Señorita Thompson"

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Emma

Cuando bajé al comedor, mi abuela ya tenía la mesa de merienda puesta, asique me senté. al lado de Lía sin decir una palabra.

-¿Que tal eso Emma?- dijo ella señalando mi rodilla.

Miré nerviosa a mi prima, pero respondí rápidamente y sin dudar:

-No es nada, solo un rasguño- dije sonriéndole.

- Me alegro de que solo fuera eso- contestó dulcemente y se sentó con nosotras.

Paso un largo rato sin decir una palabra, por lo que mi abuela se apresuró a hablar:

-¿Que tal el insituto Lía?- dijo refiriéndose a mi prima.

-Todo en orden señora Thompson- dijo ella con tono de empresaria, por lo que reímos juntas.

Por un segundo olvidé lo ocurrido, pero al sonar la alarma de mi reloj, recordé que se me hacía tarde para ir a natación. <<Natación, en el agua>> pensé.

-¡Maldición!- dije casi escupiendo la comida- lo siento, se me hace tarde.

Me levante rápido de la mesa y subí corriendo a mi habitación, tomé la mochila de mi cama, y bajé de la misma manera.

Saludé con un gesto a mi familia y me dirigí apurada al Instituto.

Comencé a caminar pensando en lo previo ocurrido, y me estremecí. Luego de doblar la esquina de mi casa, me topé con el Instituto de Natación.

Me tomó solo un segundo leer el enunciado en la puerta del edificio :"TENER CUIDADO CON NIÑOS".

En ese instante recordé lo que me contó mi padre una vez: me dijo que de pequeña le tenía miedo al agua, "miedo a no poder salir de nuevo de allí y no poder respirar,pero que decidí afrontar mi miedo y aprendí a nadar" pensé en las mismas palabras que habría empleado mi padre en aquel entonces.

Desde ese día se convirtió en mi pasatiempo favorito y no volví a tenerle miedo a nada, o al menos eso creía.

Me cambié en un segundo y me zambullí en el agua en un perfecto salto, esperando a que nadie me viera llegar tarde, de nuevo.

Estando allí me olvide de todo, de mi familia, del colegio, de mi rodilla. Solo nadé hasta la otra punta y volví a hacerlo nuevamente para llegar al punto de partida.

Salí y me senté por un segundo, tome la toalla y me seque el pelo y la cara. A mi lado se sentó Ryan, mi entrenador:

-Llega tarde señorita Thompson, no trate de disimularlo saliendo del agua- me dijo con el mismo tono con el que Lía se dirigió a mi abuela. Volví a estremecerme ante el recuerdo, y él lo notó.

-Ey- me dijo empujando mi hombro con suavidad, con una nota de preocupación en su voz-¿estás bien?

Su dulce voz me trajo a la tierra. Ryan me conoce desde que era una niña, con solo 5 años comencé a nadar. Es mi mejor amigo, por lo tanto sabe que me pasa con solo mirarme, solo que esta vez no creo que lo adivine.

-Si -conteste al fin- sí, estoy muy bien-dije mirándole con una sonrisa. Odiaba mentirle a mi mejor amigo.

Me miro con cara sospechosa y se levantó apurado.

-Muy bien, entonces a trabajar-dijo con voz entusiasta.

Le miré y me levante con él, siempre admiré su entusiasmo por entrenarme, desde el primer día en el que lo vi. En ese entonces él solo tenía 16, un cadete que le enseñaba a menores, la misma edad que cumpliria yo el viernes siguiente. Ahora el rondaba por los 27, si no me equivoco.

-¡Vamos, anímate!-me dijo caminando hacia el trampolín y desde allí me grito-¡Hay mucho en lo que trabajar!

Mire hacia el agua y recordé,<<la competencia>>

Si bien era cierto que yo era su mejor nadadora, incluso del Instituto, se esforzaba mucho por mejorarme.

Camine hacia él, dispuesta a trabajar, y me subí al trampolín. Desde allí observe a todos los estudiantes con su entrenador, desde los más pequeños hasta los más grandes.

Antes de zambullirme, respiré ondo y evoqué el recuerdo del retrato de mi madre arriba de la chimenea. Luego de eso me concentré, entré al agua y comencé a nadar.

Cuando abrí mis ojos ella estaba allí, estaba allí, frente a mí.

Resplandecía sola en el agua, tan hermosa como siempre la imaginé, con su larga cabellera del color de la luna, que se expandía a medida que ella se acercaba a mí. Vestía un hermoso vestido blanco y estaba descalza. Nadaba lentamente hacia mi, con una sonrisa dulce en su rostro. El terror me recorrió el cuerpo, por lo que retrocedí bruscamente, pero éste se aplacó cuando la palma de su mano me acarició la mejilla.
-Ya es hora Emma- me dijo.
Luego de eso, ella se desvaneció, como si nada, en el agua.

Eso fue lo último que recuerdo.

*Buenas gentee*
Quería contarles que en la portada se encuentra una imagen de el hermoso y sensual Sam Caflin *-*. El actor que interpretará a Ryan, el entrenador de Emma.
En fin, espero que les haya gustado el capítulo 😊.
Hasta la próxima, cuidense.
PAZ Y BIEN

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