Capitulo 10 "Un lugar menos"

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Emma

Estuvimos mas de cuatro horas en el hospital, incluso almorzamos alli.
El tratamiento de mi abuelo no estaba dando resultado, era bastante bueno para que pudiera ser real.

Su tipo de cáncer, el de intestino, era uno de los mas difíciles de tratar, ya que afectaba toda la zona abdominal e incluso se extendia de a poco por todo su cuerpo.
Segun mi abuelo, a veces el dolor era insoportable, por eso permanecia en un cuerto del hospital. Cualquier cosa o dolor que sintiera, podia ser a causa del tratamiento, por eso el permanecía aqui siempre, por las dudas de cualquier dolor.
Este lugar se habia transformado como su segunda casa, y tambien la nuestra.

Pero de todas formas , sabiamos que este momento llegaría, no le quedaba mucho tiempo y me dolía. Mi abuelo fue el padre presente que nunca tuve, incluso estando aqui en el hospital.
Si bien mi padre podía darme todo lo que necesitaba, no pasaba conmigo gran parte del dia, y justamente eso era lo que necesitaba de él, cariño.
No queria perder a Albert, era una de las pocas personas importantes para mi. Si él se iba, todo seria distinto.
El recuerdo de mi regalo de cumpleaños N°6, se vino repentinamente a mi cabeza.

Ese oso gigante, incluso mucho mas que yo en aquel entonces, aun seguia intacto en mi habitación. Peludo, suave y limpio como siempre. Mi abuelo había hecho un gran esfuerzo para comprarlo por sus propios medios, no iba a pedirle dinero a mi padre, nunca lo hacia. De todas formas era él, mi padre, quien le pagaba el tratamiento y su estadía aqui en el hospital.
Se me hizo un nudo en la garganta al evocar ese momento, aquel abrazo, aquel dia lleno de risas y juegos. No pude evitarlo, pero casi deje caer una lágrima de mis ojos.

El pensar que faltaba tan poco para mi cumpleaños, 4 dias para ser exacta, y el presentir que faltaría un lugar en la mesa, no me agradaba del todo.
Pero no iba a llorar, no estaba todo dicho.

[...]

Mi abuela no paraba de dar vueltas enfrente de la habitacion del hospital en donde analizaban a mi abuelo. Se la notaba muy nerviosa, por lo que Li se paró a intentar calmarla.

-Ya abuela, va a estar todo bien tranquilizate ¿si?-dijo dulcemente.
Ella estuvo por hablar pero la interrumpi parándome de inmediato.
- Tengo una gran idea, iré por un café, ¿Quieres uno?- dije animada, ella asintió dudosa- ¿Li?
-Esta bien, traeme uno, pero..
-Sin azucar y no muy fuerte- la interrumpí. Li me sonrió.
Me encaminé hacia el Bufet-Cafetería del hospital que no quedaba muy lejos de alli.

Caminaba tranquila y muy lento, metida en pensamientos que no dejaban de hacer ruido en mi cabeza.
Quería nadar, queria ir a la competencia, quería ganar.
Solo tendría una semana para prepararme y lo iba a hacer bien.

El año pasado salí segunda en velocidad, me retrasé al salir y ganó una chica del club enemigo. Ese día no podia aguantar mas bronca, pero no iba a llorar, y no porque no valiera la pena, sino porque habia logrado entrar en los juegos mundiales de natación y sincronización, y ella no.
Esa vez si gané, y un trofeo en mi habitacion lo gritaba.

Doble por la esquina, pasando mi mano por las paredes blancas del hospital. Todo era tan blanco que me encantaba, con cuadros o retratos pintados que colgaban de las paredes.
Casi llegaba al Bufet, caminé pausado hasta llegar a la cantina, a lo que dije mi pedido a un joven castaño que atendia el lugar. El me sonrió y se metió en la cocina, y yo sonreí tambien.
El noticiero volvió a sacarme de mi mundo.

-Oh no- escuché murmurar a varias personas sentadas alli.
Cuando mire al televisor colgado en una esquina del lugar, mi corazón casi se detuvo.

Ahora era en el Caribe, el agua habia subido tanto que estaba dejando pequeñas a algunas islas del lugar.
Solo llegue a escuchar que si seguía aumentando asi, en 10 u 11 dias, esas islas no existirían más, incluyendo a la gente del lugar.
El tiempo era escaso y la gente que no fuera turista, no podian evacuar tan rápido.

El chico de la cantina me dejó la bandeja cerca mío mientras se detuvo a escuchar las Noticias. Lo miré, le pagué rapidamente, y sali de alli.
En el camino a la habitación de mi abuelo, senti un dolor punzante en mi mano izquierda, pero no le di importancia.
Al.cruzar la esquina dentro del hospital, el dolor se hizo mas agudo por lo que me agache rápidamente a dejar la bandeja en el suelo antes de que se me cayera.
Tomé mi mano e intenté calmar el dolor, aun en cuclillas, pero se hacía mas fuerte cada vez.
En aquel momento no escuchaba nada, solo un agudo e insesante sonido que llegaba por mis oidos aturdiendome. Hasta que esa voz habló.
<<Todo va a cambiar Emma, date prisa>>
Intenté taparme los oídos pero no sirvió de nada.
<<El mundo ya comeienza a desaparecer, no te demores>>
La voz salía como eco, era pausada y repetitiva.
<<Mira tu mano Emma, la marca quiere volver a su hogar, llevala a donde pertenece>>
Llevala a donde pertenece Emma, Emma..

-¡Emma!
Salte desprevenida y mire hacia arriba
-¿Que haces en el suelo?-me interrogó mi prima.
Intenté hablar pero ninguna palabra salia de mi boca, solo mire mi mano mientras me paraba.
Que momento mas extraño y aterrador.
-No importa, vámonos, la abuela ya esta adentro.
Tome la bandeja cuidadosamente y me fui con Lía hasta la habitacion de mi abuelo.
Todo habia sido tan rápido, tantas cosas, pero solo había una que llamó mas mi atenction
"Quiere volver a su hogar, llevala a donde pertenece"

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