1. AFICIÓN NOCTURNA

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Me gusta nadar. Aprendí pronto y me gusta la sensación del agua en mi piel, como si un millón de hormigas me recorriesen el cuerpo y mientras nado me olvido del mundo que hay fuera del agua y sólo me preocupo de mantenerme a flote y llegar a la meta.

No me dedico profesionalmente a la natación, es un hobbie que he heredado de mi padre y me ayuda mucho el hecho de vivir en una comunidad con piscina compartida.

En la temporada de verano, cada año traen un nuevo socorrista, el año pasado vino una chica que tuvo revolucionado a todos los vecinos jóvenes y no tan jóvenes, por su carácter y por sus curvas, y a las vecinas maduritas que no paraban de quejarse de los vecinos maduros que las violentaban con sus miradas lascivas. Es cierto que sus miradas eran incómodas, de hecho una vez uno me miró y me hizo sentir tan mal que le escupí y le llamé cerdo. ¡Es broma! No estoy tan loca, no le escupí solo le insulté. También, suelen montar un quiosco con refrescos, helados y chucherías y durante el día hay bastante ambiente, pero a mí me gusta nadar por las noches aunque no está permitido la entrada pero tampoco es inaccesible solo hay que abrir la puerta con la llave que cada vecino tenemos y llevarse linterna porque el alumbrado de la calle es insuficiente pero así estoy sola y como la piscina está un poco alejada de las casas donde vivimos nadie me ve ni me oye, incluso a veces me he atrevido a darme un chapuzón desnuda. En la temporada de invierno suelen cubrirla con una lona corrediza que se esconde en verano, una especie de invernadero, y como tiene el agua climatizada se puede utilizar pero lo cierto es que creo que soy la única que va, yo por lo menos jamás he visto a nadie en invierno.

Disfruto haciendo largos y buceando, escapando de la realidad, me puedo pasar horas y no me doy cuenta de cuanto tiempo ha pasado y me relajo.

Mi diversión se ha complicado desde que mis padres han descubierto mi afición nocturna y no les gusta, aunque yo tengo dieciséis años y sé cuidarme reconozco que no parece muy seguro estar en esa piscina, a oscuras y sola mucho tiempo. 

Lo descubrieron un día que me escapé y entraron en mi habitación y al no verme empezaron a buscarme, mi padre que es más observador se fijó que mi pijama estaba encima de la cama, por lo que dedujo que me había cambiado, así que conociéndome como me conoce no tardó mucho en ir a buscarme, me vio y decidió volver, acostarse y esperar para ver que tan tarde era capaz de llegar y sobretodo si le mentiría a la cara o no. Así que cuando me cansé de nadar, salí del agua me sequé, leí un libro mientras se me acababa de secar el pelo y cuando llegué a casa me puse el pijama lo más rápido posible y como dormíamos en plantas separadas me quedé dormida con una sonrisa pensando que era la reina del engaño. A la mañana siguiente, mis padres empezaron a hacer ruido mucho más temprano que de costumbre me despertaron y bajé las escaleras en modo automático, fui a hacerme café y noté la mirada de mi padre. Uy. Algo pasaba. Lo sabía, lo notaba en el aire y sobretodo en esos ojos azules y por como apretaba la mandíbula. Fingiré. Si no digo que noto hostilidad en el ambiente nadie me dirá porqué están hostiles. Mi padre no me quita los ojos de encima y yo que no recuerdo haber hecho nada malo, quizás se ha enterado de que fumo a escondidas, no, no, eso lo tengo controladísimo. Mil travesuras de toda mi vida vienen a mi cabeza. El café se me está enfriando y cuando me lo acabe voy a tener que hablar. Allá voy, cuanto antes empiece antes acabo.

-Buenos días, estoy dormida todavía- me río falsamente. Esperando relajar el ambiente.

-Buenos días, ¿Cansada?- Mi alarma de ironías se dispara. Uff...ya sé por donde van los tiros, se huelen lo de la piscina pero si no me dijeron nada anoche es por algo, así que yo le doy la vuelta a la tortilla y les convenzo en un periquete. Ahí va la listilla que llevo dentro.

-Un poco, no especialmente. Voy a ir un rato a nadar antes de que empiecen a llegar las familias. ¿Te parece? -un silencio incómodo pero espero a que conteste con positividad.

-Me parece que deberías estar cansada  después de nadar anoche hasta las 3 de la mañana.

Jolines, ¿pero cómo lo saben? Llevo un micrófono o una cámara estoy convencida. Este hombre de ojos azules se entera de todo lo que pasa en mi vida incluso antes que yo lo haga. Indignada estoy. Ale, ahora a suplicar o hacerme la longui.

-Oh...No entiendo...bueno...anoche...estaba agobiada...hacía tiempo que no nadaba y me apetecía...ya sabes que desde que abrieron hace una semana la temporada de verano...de día se llena y es imposible nadar, así que...pensé...que podría ir por la noche...

- ¿Y no pensaste en decírnoslo hija? Porque casi llamamos a la policía pensando en tu secuestro- su cara es un poema. Casi me hago pipí encima. Pero me río, otra vez, a ver si ahora sí que se relaja el ambiente. A veces me funciona, pero con él...

-ufff...es que imaginaba que no queríais que fuera por la noche a nadar pero me gusta mucho y me ayuda mucho...-Cara de pena máxima y sino funciona pucheritos.

-No vamos a regañarte ni a decirte lo que tienes que hacer ya eres mayorcita, tú misma, valora el riesgo, pero avísanos aunque sea dejando una nota, casi nos da algo, por favor.

No era una súplica, era un regaño camuflado. Hubiera preferido la bronca pero me tocó el sermón, siguió hablando y yo desconecté así que no hicieron falta los pucheritos.

Yo no soy de dejar notas pero si es lo que quieren...mientras pueda seguir nadando les dejaré notas, post-its y hasta pancartas.

PARECE QUE VA A LLOVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora