2. EL VECINDARIO

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Sólo tengo dos amigos del vecindario a los que realmente aprecio, uno es mi vecino de enfrente que es como mi hermano, se llama Igor y es uno más de mi familia. Cristina es rebelde pero es una buena amiga, fiel y simpática. Conozco a algunos vecinos más de mi edad en la zona pero no he llegado a profundizar mucho con ellos.

Cristina es un poco alocada, a diferencia de Igor que es más tranquilo. Este verano me he ido una semanita de vacaciones al pueblo como cada verano y cuando he vuelto algo ha cambiado. Igor me mira diferente, como si estuviera triste, al contrario que mi amiga. Nada más bajarme del coche, me están esperando en la puerta del garaje por donde solíamos entrar y es mirar a Cristina a la cara y saber que quiere contarme algo con solo la mirada de entusiasmo. Saluda a mis padres y me arrastra por la carretera mientras me cuenta que han venido vecinos nuevos y que ella y unas amigas que ahora me va a presentar han jugado a dejarles rosas en las puertas y que son muy guapos y me enseña las casas donde vive y me va resumiendo quién es quién y también donde viven nuestras nuevas amigas. Vanesa y Alicia se conocían de toda la vida y eran vecinas de toda la vida pero vivían en el barrio de al lado por eso no nos habíamos conocido antes. Pasamos a buscarlas y vamos parando puerta por puerta de cada casa me cuentan cuál es el favorito de cada una pero yo por sus explicaciones no tengo claro nada de lo que me dicen. Quieren que elija sin ni siquiera haberlos visto!!! Solo viendo sus casas, lo que me cuentan y lo más importante, el tipo de vehículo en el que se desplazan.

Nuestro paseo se alarga tanto que se hace de noche y yo ni he desecho la maleta todavía pero a estas alturas ya no me preocupa, me tienen intrigada y quiero ver almenos a uno de ellos antes de volver a casa. Y seguimos dando vueltas a la manzana un par de horas más, haciendo paradas en nuestras casas para picar algo, beber algo, ir al baño, retocarnos y avisar de que seguimos vivas. Justo cuando me empiezan a molestar las sandalías y estoy decidida a volver a casa Igor se quiere apuntar, yo miro a las chicas suplicantes, prefiero hablar con él que con ellas, al fin y al cabo ellas no tienen nada nuevo y él no sé si me habrá echado de menos o le habrá pasado algo nuevo. Igual también han venido vecinas nuevas. Pero ellas avanzan en silencio y lo dejan atrás, así que yo decido quedarme con él y vamos andando al campo de futbol en silencio y nos sentamos en las escaleras de al lado del palco. Me cuenta lo que me he perdido en esta semana infernal que he pasado sin piscina y aguantando comilonas familiares. Lo único que lo ha hecho más llevadero son mis primas con las que me llevo muy bien pero ya se va notando la diferencia de edad y yo me siento cada vez más fuera de lugar. No me he perdido nada interesante, no hay vecinas que le interesen a Igor, almenos nuevas no. Pero noto que ya no somos el equipo que éramos antes, él ha hecho amigos nuevos y se ha distanciado de Cris. Me da pena pero a la vez creo que era normal que pasara. Me canso de estar sentada, soy culo de mal asiento, así que le digo que me enseñe donde viven sus amigos y volvemos a hacer la ronda, a mitad del camino nos unimos a las chicas, aunque elllas no dejan de mirar de reojo a Igor como avisándole de que era un intruso. Claro ellas no podían hablar del nuevo socorrista delante de Ivan. Igual él tendría pesadillas esta noche. En realidad creo que Igor solo quiere estar con nosotras por mí y por lo que antes éramos. Y yo no puedo evitar irme a dormir triste porque llego tan cansada a casa que no tengo fuerzas para bajar a nadar y mi espalda lo nota al tumbarme.

Cuando me levanto tengo las pilas cargadas así que cojo lo primero que pillo para desayunar y directa me pongo el bikini y la toalla en el hombro y salgo a la calle. Me miro en el espejo de la puerta y me freno, me da verguenza salir así, siempre lo he hecho pero ahora no es lo mismo, así que me pongo un vestidito playero y ahora sí. Me pongo crema protectora resistente al agua aunque como soy bastante morena no me suelo quemar mucho.

Cuando salgo veo a Igor y me saluda con la mano, le indico con la cabeza y las manos para anirmalo a venir a la piscina y me dice que vaya tirando. 

PARECE QUE VA A LLOVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora