No tengo ganas de desayunar. Me pongo la ropa de deporte. Mis leggins grises con mis deportivas rosas, son mis favoritas. Me recojo el pelo en una coleta todo lo alta que puedo. Cogo la bici del garaje y salgo a la puerta. A las nueve y cinco salgo pitando a la puerta y veo a Igor subido en la bici, dando vueltas en círculo sin manos. Suele hacerlo siempre que me espera. Por un momento vuelvo a tener cinco años. Salgo sonriente y le digo:
-Buenos días-todavía no me he subido a la bici, le señalo con el dedo regañándole-tu mensaje de anoche parecía un telegrama, era del palo, yo tú quedar bici adiós. Podrías haber sido un poco amable, me dormí preocupada pensando si estabas enfadado todavía.
-Bueno...es que lo estoy. Por eso hemos quedado para hablar ¿no?...Bueno para eso y para que me cuentes que tal te fue en la fiestecita de anoche.-y me lo suelta así sin anestesia ni nada- Mi tía me ha contado que el club de fans de Iker llamó bastante la atención y Cris dice que tú ahora eres la presidenta.-la mato.
-Sí, ya sabes la novedad, siempre van los mismos y ven gente nueva y te interrogan te miran, no me sentí muy bien al principio la verdad.-Se me escapa una media sonrisilla cuando pienso en Iker.
-Ya...al principio...-noto un deje de incomodidad-¿Vamos?
Me subo a la bici y hacemos primero la subida, como siempre, que la bajada es más fácil cuando estamos cansados. Siguiendo nuestra rutina, mantiene mi ritmo al principio pero después suspira aburrido y me adelanta, yo ya empiezo a sufrir, ahora me toca pedalear el doble y sudar hasta pillarlo. Llegamos a la única cafetería que tenemos cerca y pedimos dos zumos de piña y cada uno escoge una pasta de las del mostrador, yo la que lleva chocolate siempre. Igualito que con cinco años. Claro que con cinco años hablábamos por los codos y ahora hablar poco. Eso sí...si las miradas hablasen...estaría muerta.
Nos sentamos en nuestra mesa y nos traen los zumos en seguida, le cuento lo que me interesa de la fiesta, que entré gracias a Helena, que conocí a Marc, Laura, Sonia, Iker,-lo dejo caer por el medio para que no me pregunte mucho-los gemelos, Davinia y todos los motes y nombres que consigo recordar, le hablo de la caipirinha y le doy hasta la receta. Él escucha con atención pero me sorprende que no gaste bromas.
-En fin, creo que ya te lo he contado todo.-Sigue callado-Ivan, di algo, que parece que estoy haciendo un monólogo.
-Es que lo que te voy a decir no te va a gustar.
-Pensaba que queríamos arreglarlo.
-Yo también, pero entonces en lugar de hablarme de la fiesta deberíamos de hablar de nosotros, yo no sé si quiero que sigamos siendo amigos, de esta forma.
Noto como una apuñalada se me acaba de clavar. ¿En serio estamos tan mal? Yo creo que está exagerando, que yo haya hecho amigas y él haya hecho otros amigos no significa que tengamos que dejar nuestra amistad, solo hay que repartir mejor el tiempo, organizarnos.
-Creo que estas exagerando. Entiendo que hemos cambiado...per...-me interrumpe.
-No, no hemos cambiado, tú has cambiado, desde que volviste del pueblo y ellas te arrastraron al grupito este de niñas chillonas que habéis montado de la nada, te echo de menos, echo de menos lo que teníamos antes de todo esto.
-Te entiendo, y yo también lo echo de menos, pero también estoy contenta con lo que tengo ahora.
-No, no mientas, que te conozco, estás contenta porque al parecer ayer Iker te hizo algo de caso y claro todos los pajaritos que ya tenías en la cabeza se te han tenido que poner a revolotear y te debes de estar montando unas películas que ni Quentin Tarantino...
-Vale, puede que eso sea verdad. Pero eso no significa que no te eche de menos, es que no sé como manejarlo, como llevar esta situación bien. Quiero tenerte a ti y a ellos, aunque sé que entre vosotros seáis incompatibles.
Mi móvil suena. Por el sonido, es un mensaje. Por un momento dudo si cogerlo o no. Pero Igor no parece que vaya a hablar está pensando, así que le doy tiempo. Saco el móvil y es él. Guardé su número como Lucas, no conozco a ningún Lucas pero si alguien me registra el móvil no quiero que sepan que tengo el número de Iker, por si las moscas. Abro el mensaje y pone:
Hola corazón, Te llamo en media hora. Me gustaría que vinieras a verme al futbol, puedes traer a tus amigas. Luego hablamos y te paso los detalles. Besitos preciosa, por cierto te quedan muy bien esas mallas grises, te hacen un buen culo.

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PARECE QUE VA A LLOVER
Roman d'amourSoy Nayara, una estudiante normal, una chica del montón que, sin comerlo ni beberlo he acabado estando en el centro del huracán. He crecido con mi mejor amigo y vecino, Igor nuestras familias también están muy unidas y dan por hecho que acabaremos s...