Capítulo treinta y ocho: El recuerdo de una Flor.
16 de febrero, 2015.
¡Dios! Este café es muy malo. Es horrible, pero doy un trago. Yo lo que quisiera es una buena taza de té.
Tomo asiento en la banca y doy un mordisco a la barra de granola. Albert Hans me pidió quedarme aquí mientras iba por Holden, para mi fue la mejor petición. Es de noche y finalmente puedo cuidar de Jocker, las ultimas dos noches era el señor Hans quien se quedaba.
Estoy ansiosa de que despierte totalmente, ha estado entrando y saliendo de la inconsciencia. La infección se ha aplacado y ahora solo queda esperar que él despierte del todo. Ayer mientras estaba en su habitación y solo lo observaba entró una enfermera diciendo que debía curar sus heridas.
Entendí que era plural cuando al indagar tras su bata en su costado había una venda y cuando la venda se abrió había una herida apenas cerrándose que lucía como alguna quemadura bastante grave, estaba también la profunda herida en una pierna que ahora parecía una línea rosa cerrándose. Ella ante mi impacto me garantizó que las cicatrices no serían cosas asquerosas de ver, serían trazos rosas y el de su costado quizás no dejara algo feo.
Pero no era eso lo que me impactaba, lo que me produjo conmoción fue imaginar cuán doloroso se veía todo y magnitud de a lo que sobrevivió Jocker, no fue solo una bala lo que lo afectó.
Intento dar otro sorbo del café pero me doy por vencida y me pongo de pie dejándolo caer en la papelera, cuando vuelvo a sentarme solo pasan unos minutos para que alguien se siente a mi lado, giro mi rostro y me sorprende encontrarme con Laurent.
— ¿No es muy tarde para que estés aquí?— pregunto dando el último mordisco a mi barra, doblo en envoltorio hasta hacerlo mínimo y guardarlo en el bolsillo de mi suéter.
—He estado aquí desde que Jocker fue traído.
—Eso es lindo teniendo en cuenta que su equipo lo abandonó.
—Yo no estaba.
— ¿En dónde estabas?
—Había partido antes con otro grupo. Yo insistí en buscarlo, deberías agradecerme.
No puedo evitar girarme hasta verla de frente. Su cabello es caoba y esta un poco más debajo de su barbilla, es lacio y sus ojos son color café. Tiene pecas en su nariz y unas malditas pestañas larguísimas; sus labios tienen forma de corazón y debo admitir que es bastante bonita, de hecho luce como un ángel, una persona buena.
Excepto que las miradas que me ha dado desde que llegué me hacen saber que no hay gotas angelicales en ella.
— ¿Debo agradecerte por hacer algo tan humano cómo buscar a una persona de tu equipo? Bueno, en ese caso, gracias ¿Te hace mi agradecimiento sentir mejor?
—No lo entiendo, no eres nada especial por lo que esperar.
—Ese ha sido el halago más bonito que me ha dado alguien en mi vida, eso es porque no me has visto sin ropa.
—Si, seguro que sin ropa yo luzco mejor, Jocker puede darte fe de ello.
Me ordeno mantener mi mente en calma, no voy a cabrearme, no cuando quien puede confirmar su declaración se encuentra inconsciente en una cama de hospital.
—Seguro, solo que tenemos que esperar que despierte y que con una sonrisa nos responda. Aunque si que se ve que tienes buen cuerpo, felicidades Laurent.
—Si, Jocker seguro lo disfrutó— sonríe. Tomo un mechón de mi cabello para mantener mis manos ocupadas.
—Si ese es el caso espero y lo haya disfrutado aunque en casa le espera algo mejor— termino de enfrentarla—. No soy una persona muy amable cuando me cabreo y trato siempre de ser directa, así que aquí esta la cosa. Dudo seriamente que te hayas acostado con mi novio.
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Término Medio ( #1 Saga InfoNews)
RomanceAdelaide Parson se define así misma como una mujer en el término medio: En lo bonita, en la suerte, en virtudes y término medio en defectos. Así que si, término medio son dos palabras para definir su vida. ¿Algo que no esta en el término medio...