Capítulo 12: La verdadera cita.

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Una vez afuera del local...

— En serio, ¿dónde planeas llevarme? —insistió ella.

— Relájate, es por aquí cerca —ofreció el brazo para que caminaran tomados de esa forma, un poco dudosa, la pelinegra aceptó el gesto.

Caminaron tomados del brazo hasta la esquina de la avenida y doblaron hacia una calle un tanto solitaria y doblaron en otra esquina para llegar a otra calle más. Allí había de hace años un terreno abandonado que el municipio remodeló con árboles y otro tipo de vegetación decorativa.

— Quién diría que detrás de esa pocilga existe un lugar tan bonito, ¿verdad? —comentó Noah, señalándole el sitio.

— Es... ¡hermoso! —sonrió— Mil veces mejor aquí que allá.

Tomaron asiento debajo de un árbol y ella se acurrucó sobre su hombro. Sus miradas iban fijadas en la luna llena de esa noche. Mientras disfrutaban de una buena charla privada, hablando casi a susurros a pesar de saber que nadie más los oía... Les fascinaba estar así; juntos, solos, sin interrupciones... Un tranquilo ambiente.

Se comprendían y complementaban muy bien uno al otro. A estas alturas, a Emma ya no le preocupaba tanto que Noah fuera dos años menor y viceversa: Noah ya no se sentía tan raro al tratar de relacionarse románticamente con una chica que fuera mayor, ya no tomaba en cuenta aquel factor de edad que en un principio le preocupaba. Lo veía como algo natural. Es que ni se notaba la diferencia.

— ¿Sabes...? —musitó ella tras un pequeño lapso de silencio— En un principio no quería venir y me arrepiento, me siento tan bien a tu lado —suspiró con una sonrisa tímida—. Qué mal hubiera sido si no viniera.

— Y... ¿por qué no querías venir? ¿Ya sabías que íbamos a estar en un lugar repugnante?

— En realidad no... Yo no quería porque iba a estar rodeada de los amigos de Kitty, a los cuales no conozco casi nada y se me iba a hacer algo incómodo pero saber que tu irías me daba el impulso a querer salir hoy.

— Ah, vaya... Así que, yo soy la razón por la cual estamos ahora juntos, eh —alzó una ceja, ella agradeció que estuviera oscuro, así no notaría lo sonrojada que se encontraba.

— Sí, aparte... No sé, te juro que Izzy me da mala espina.

— ¿Por lo del otro día? —asintió— Oh, vamos, el mensaje era una chorrada al final. Nada interesante, a Izzy le gusta Owen, es cierto que es toda una lunática, actúa así con todo el mundo... No hay nada del qué "sentir mala espina"... A menos que tal locura que a ella se le ocurra ponga en peligro la vida de alguien pero eso es poco probable.

Ella rió con delicadeza.

— Sí, sí, entiendo... Igual, da mala espina que una chica le hable a un chico a mitad de la madrugada. Eso.

— ¿Entonces te da mala espina lo mismo que tú hiciste?

— Eh... ¡Lo mío fue diferente! Yo no tuve doble intención ni nada de eso.

— Igual que Izzy... —la molestó un poco con una sonrisa burlesca. Ella gruñó.

— Como sea, al menos tienes algo de cerebro para no enamorarte de una lunática... Como Owen o Cody con Sierra.

El castaño soltó un par de carcajadas.

— A Cody no le gusta Sierra o al menos eso aparenta, porque si fuera por rechazarla, lo hubiera hecho de hace rato. En fin, ¿celosa, señorita Emma?

— Estimado Noah, usted debería saber que no es correcto referirse a una dama como "señorita" diciendo su nombre solamente y no el apellido —corrigió de manera desafiante.

I dont care what you think as long as its about me (Nemma) #PremiosdelDrama2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora