La Princesa De Satanas

Capitulo 2

Me levanté perezosamente me dirigí al baño e hice todo lo que tenía que hacer y salí. Me dirigí al armario y saqué un jean negro, una blusa gris con una calavera en el centro y un buzo, aunque haga Calor no me gusta mostrar piel, me saqué la ropa y me observe en el espejo veía a la misma chica de siempre a la que torturaron mucho, la que cada vez que se mira al espejo entraba en depresión, pero ahora no me derrumbó por nada ni por nadie, soy fuerte, la última vez que llore fue cuando me enteré que murió mi madre y mi ¿padre? Si es que se lo puede llamar así... Él es el que me dejó en el infierno que muchos llaman horfanato, ese lugar era horrible, te golpeaban si te portabas mal o te llevaban a su habitación de torturas, pero luego de que me fui yo cerraron ese lugar, la verdad no me importa. Me cambié, para después bajar y dirigirme al comedor al entrar vi a toda la familia.
Los saludé a todos y me dispuse a tomar el te, cuando noto algo...

- Ya digan lo- dije para después tomar otro sorbo.

-Decir que? - preguntó Walter, mi papá adoptivo.

- No soy estúpida - hablé

-Estúpida es una mala palabra - dijo la inocente voz de Melody.

- Se nota desde lejos que están nerviosos, Marta no dejas de temblar y Walter apretas demasiado el cuchillo contra el pan, están sudando y se nota que tienen miedo de decirnos algo - hablé fríamente, provocando que Walter y Marta miraran con asombró.

- Tu ganas - suspiro mi padre - hemos decidido que estudiarás en la escuela de tus hermanos - yo me encogí de hombros diciendo que no me interesa.

- QUE?!!- dijo Mateo, mi hermano mayor - DE TODAS LAS ESCUELAS EXISTENTES ESTA CRIMINAL DE CUARTA VA A IR A LA MIA- yo tomé mi taza y se lo revolee y le dio en el ojo - HIJA DE PUTA!!! - me grito.

- Hacele un favor al universo y callaté - dije fríamente, el siempre desconfío de mí. Con estas palabras se fue a su cuarto cerrado con un portaso, yo por mi parte solté un bufido " que inmaduro" pensé.

-Ati ¿por que no sales a caminar?- pregunta Walter.

-Mi. Nombre. Es. Atina, no Ati- dije seca, me levanté y me dirigí a la puerta la abrí y cerré cuando ya estaba afuera. Caminé por 30 minutos hasta que vi la plaza a la que siempre vengó, hay nenes jugando por todos lados y hay un grupo de chicos de mi edad están amontonados hablando tranquilamente, pero me fijo que hay uno en especial que me mira, que insoportable, pero puede servirme para una noche. Los chicos se acercan y el pibe que me miraba habló:

-Hola guapa, ¿como te llamas?- yo lo mire fríamente, y luego sonrei lo más falsa que pude.

-Me viste cara de fácil gilipollas?, Vete a hincharle los ovarios a una zorra- en este momento no estaba de humor, y estos pelotudos me vienen a joder. Sus amigos estaban rojos de aguantar la risa.

-Oh vamos linda, se que quieres una noche de pasión- corrió un mechón de mi cabello hacia atrás, yo aproveché a agarrarlo del brazo y se lo doble para atrás, haciendo que chille del dolor, sus amigos que se estaban muriendo de risa se encontraban en el piso agarrándose el estómago de tanta risa.

-Nunca en tu puta vida me vuelvas a llamar linda, guapa o tocarme, te quedo claro?- dije en un susurro en su oído con una voz tenebrosamente tranquila. El asintió y yo le solté el brazo y me dirigí a casa. Escuchaba las risas y los gritos del idiota preguntándoles ¿por que no los había ayudado?, Sonrei burlonamente.
Llegué a mi casa y me la pasé todo el día en mi pieza, cuando fue la hora de cenar baje,comí y me dirigí a mi pieza tirandome a mi cama, suspire con fuerza recordando como me veía en el espejo.
-Descubrire por que te suicidaste...- y con este pensamiento me quedé dormida.
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Nota de la autora: no hago los capítulos del mismo tamaño, algunos son largos otros cortos, pero intento pasar las 500 palabras