CAPÍTULO 4

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Me sentí tan diminuta al pasar al frente de la clase, realmente odiaba estar en esa posición, odiaba estar en frente de la clase y peor si estaba junto a Jos.

-Bueno. Ella es Lina Hart, una chica muy poco decente, arrogante y orgullosa. Tiene muy malos gustos en vestir, además de que su aroma es parecido al de un ranchero viejo.

¡Ya esta! Sólo faltaba que diga tantas mentiras como se lo permitiera su boca. Pero es mi turno, no me quedaré callada.

-¿Con que quieres jugar Canela?- dije entre dientes.

-Él es Jos Canela, un muchacho de 19 años con apariencia de 30 y comportamiento de niño- la clase soltó carcajadas a montón-. Siempre suele ser tan antipático, odioso y engreído. Puedo descifrar que no es costumbre de él cepillarse la dentadura por las mañanas, tiene un olor tremendamente desagradable en la su aliento. Les sugiero que se tapen la nariz.

La clase soltó más y más carcajadas.
Lo observé entre ojo y fue cuando vi su rostro de vergüenza, odio hacia mi.

-¡Ya basta!- el maestro alzó la voz con un tono firme y bastante enfurecido.
-Quiero que vallan los dos a castigo después de clases, no puede ser que se digan semejantes groserías entre compañeros.

-¡¿Ahora ves lo que causas Canela!?

-Tú empezaste Hart, no debiste decir que mi aliento huele mal, es una completa farsa.

-¿Disculpa? ¿Quién fue el que dijo que olía a ranchero viejo?, como si lo que tú dijiste sobre mi fuese cierto. ¡También eso es una farsa!

Hizo un gesto grotesco arrugando su nariz y se dirigió a su asiento.

Por fin había llegado la hora del receso. Estire todo mi cuerpo, lo sentía entumecido de estar sentada por casi 3 horas.
De repente sentí una mano delgada tocar mi hombro.

-Lina, que suerte la tuya vas a estar con el guapetón de Jos Canela en detención - dijo la morena de baja estatura.

-No creas Amanda, estar con Jos Canela no es una suerte es un castigo.

Me dirigí con Loren y Cam a los patios de comida, moría por comer una gran hamburguesa. Mis amigas me miraban con cara de "estamos esperando a que nos digas lo que pasó a se un momento".

-Lina ¿Qué tienes contra Jos?, porque se llevan como perros y gatos. Apenas se han tratado, no se conocen - dijo Cam con una mirada seria.

Bufé -Aunque no lo creas no me agrada, así sea que nos hayamos conocido hace poco. Es un muchacho horrible.

Estábamos las tres sentadas en una mesita pequeña cerca de un árbol, repentinamente se aproxima Matt. Tomó a Loren de la mano e hizo que se levantase de su silla. Con exactitud no sé que rayos era lo que ocurría entre ellos dos. ¿Acaso estaban saliendo, o algo por el estilo?

-Que te dijo Matt.

-Me dijo que si quería salir con el esta tarde a la nueva plaza, me comentaba que habían unos juegos impresionantes los cuales me gustarían.

- Juegos, ¡eh! pilla- dijo Cam iluminando su rostro con una sonrisa pícara.

-¡Ya basta chicas!- argumentó Lo riéndose.

A lo lejos logré mirar a Jos con una chica abrazándose y dándose unos besos muy sensuales a mi parecer.
Típico, el chico más mujeriego que podía existir.
Que repugnancia me daba al observar esa escena.
Había tocado el timbre de la campana, eso era la señal de que me tocaba estar dos horas de sufrimiento en la sala de detención con Jos engreído Canela. Tan solo de pensarlo me daba ganas de que la tierra me tragase.

Me aproximé a la sala, suspire y empuje la puerta hacía adentro. Que felicidad no estaba Canela ahí dentro, sólo la maestra de detención limandose las uñas en su escritorio.
De seguro le dio flojera y se fue del instituto sin quedarse en el castigo.

Inesperadamente detrás de mí sentí un soplido caliente en mi oreja.

-¡Que! ¿Creías que no iba a venir Hart?- se burló.

-Me estaba tratando de convencer de que no vendrías Canela.

- A un lado chiquilla- me empujó hacía mi lado derecho y entró al salón como todo un idiota inmaduro.

-¡Eres un idiota!- le grité desde atrás.

-Y tú una loca.

Y ahí estaba, sentada en ese aburrido compartimiento de cuatro paredes turquesa moviendo mi lápiz de un lado al otro esperando a que llegase la hora de ir a casa.

-¡Lina!- una bola de papel había golpeado mi cabeza- piensa rápido.

-¡Ya basta Jos!- patalee molesta.
Recogí la bolita de papel y se la devolví, calló en plena nariz de Jos. Moría de risa, no había medido la fuerza con la que le arrojé el papel. Tenía su nariz roja como un tomate

-Bien..bien.. merecido tienes- no podía pronunciar bien las palabras, la risa me estaba matando.

-Lina, Jos, ¡Calmense! O les daré dos horas más- dijo la señora de melena rubia mientras se seguía limando las uñas de un lado a otro.
No por favor, no quería dos horas más con este idiota. Me di media vuelta y repose mis brazos en la mesa, sólo faltaban cinco minutos y podría ser libre. Así que no los iba a arruinar siguiéndole el jueguito a Canela.

Terminó el horrendo castigo, salí a prisa de ahí. Afuera cerca de mi auto me estaba esperando Tom, llevaba saliendo con él dos semanas, sólo era un pequeño pasatiempo. Quedamos en ir al cine después de clase.

-Te ves bellísima- el rubio de ojos azulados, tan azulados como el océano, me agarró de la cintura y me plasmó un beso en los labios.

-¿Vamos?- me dijo alzando una ceja.

-Si, pero yo conduzco- No acostumbraba a que nadie tocase el volante de mi amado auto, a menos que sean Cam o Lo.

La película estuvo muy buena como los besos de Tom. Él no estudiaba en el instituto, es más estaba en primer año de universidad, un chico listo, atractivo, y educado. Un buen partido, porqué dejarlo ir. Pero recordé que me encantaba besar al uno y al otro, como yo le llamaba "Experimentar nuevas fragancias".

Este capítulo es un poquito más corto que sus anteriores. Seguiré subiendo los siguientes en cuanto logré terminarlos. Espero les guste

Rebeldía De Amor(Jos Canela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora