CAPÍTULO 7

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¿Hacer las pazes con Canela? Creí que Cam me conocía. Aunque no es mala idea pero considerando que Jos es un rebelde sin remedio, dudo que acepte mis disculpas y dudo que él quiera pedirmelas a mi. Así que mejor no.

-Cam, estás loca- carcajee - No voy a considerar una tregua con Jos Canela. Eso es imposible.

-Lina nunca digas que algo es imposible, el mundo es pequeño y todo podría pasar.

Tal vez mi amiga esté en lo cierto, pero que podría pasar con Canela. ¿Ser mejores amigos? No lo creo.
Ya casi era hora de salir del instituto, recogí mis cosas y guardé unos chocolates en mi casillero. Llevé a Cam hasta mi auto y nos encaminamos a la casa de Loren, a Cam le gusta escuchar música mientras conduzco, prendió la radio y justo sonaba su canción favorita "Uno Mismo". La canción era muy buena y más la letra, su letra transmitía paz al ambiente tenso que había estado antes en la cabina. Frene el auto afuera de la casa de Lo, su casa era muy diferente a la mía y a la de Cam. La casa de Lo era un tanto más pequeña, sin piscina, sin garajes enormes, sin amplio terreno. Loren no tenía mucho dinero, sus padres trabajaban de dentistas en comparación a los míos y de Cam que han trabajado en la misma empresa de comercio internacional vendiendo artefactos para gente con problemas del corazón. La mamá de Lo preparaba unas dulces galletas que se podían oler a fuera en la puerta. La señora de ojos verdosos nos abrió la puerta y nos invitó gentilmente a pasar, nos dijo que Loren estaba arriba descansando en su recamara. No había bajado desde la mañana, al parecer si estaba bien decaída por esa bendita gripe.
Subimos los escalones de madera, en la pared tenían unas bellas pinturas de Frida Kalho, la mamá de Lo era muy fan de sus pinturas desde que tenía 20 años, lo sé porque mi amiga que ahora permanece en cama me lo había contado hace ya 1 año. Entramos cuidadosamente a la habitación de Loren no queríamos armar un bullicio. Y ahí estaba tirada en la cama arropada con su gruesa colcha, su castaña melena estaba despeinada y sus ojos cabizbajos con la nariz enrojecida de tanto estornudar y limpiarse con paños blanquitos.

-Amigas, vinieron- su voz sonaba rasposa y se le escuchaba algo gracioso por la nariz tapada que no le dejaba pronunciar bien la N.

-Claro Loren, te trajimos unos dulces de miel y ya sé que no era lo que querías pero se ven deliciosos- dijo Cam con una voz suave y tratando de convencer a Lo que se los comiera.

-Yo también traje algo- saqué de mi mochila unas frutas, unas frutas que le harían bien a Loren en su delicada pero no muy grave situación- aquí tienes uno guineos, manzana y dos peras, adelante ¡Comelos!

-¿En serio Lina? Sabes que odio los guineos, porque me torturas así- hizo pucheros.

-No hagas muecas Lo y come, eso te beneficiará, contiene potasio.

Pasamos una tarde increíble contando chismes, anécdotas, pintándonos las uñas y dando de comer a Loren. Ya hacía tiempo que no pasaba una tarde relajada con mis amigas, siempre era "vamos de esta fiesta, vamos a tomar, vamos a ligar, vamos al reventón de DJ's en la playa". Necesitaba tiempo de relajación porque Jos me tenía fuera de mis casillas.

Llegando a mi casa me encontré con mi madre llorando ¿Acaso habrá peleado con papá?. Me atreví a preguntar que era lo que sucedía.
Me miró con sus bellos ojos azules empañados de lágrimas, me dolía verle así. Dijo que unos señores le querían arrebatar algo muy preciado de ella, que no sería ahora pero en cualquier momento iban a venir a reclamar aquella cosa.

-Mamá no llores más. Todo saldrá bien- la abracé y le planté un beso tierno en la frente.
Me preguntaba quien demonios era esa gente que le había dicho esas cosas a mi madre por teléfono. Si le llegan a hacer algo a ella soy capaz de todo para que sufran, no permitiré que nadie la haga sentir inferior sin su consentimiento. Fui a la cocina a ver si había algo de cenar, mi mamá había preparado una exquisita carne con verduras acompañado de un delicioso y refrescante jugo de naranja. Una vez terminado mi cena, subí a mi habitación, saqué mi celular del bolsillo de mi chaqueta que llevaba puesta todo el día, ya estaba por deshacerme de ella tirándola al borde de la cama, revisé mis notificaciones y había un mensaje de Cam.

Oye Lina, Shawn me invitó a una fiesta en su casa , no quiero ir sola, por favor acompañame. Si es que vas a querer ir recogeme a las 8:00.

Me quedé pensativa, no sabía si ir o no, la fiesta era mañana sábado y no tenía nada que hacer. Me decidí por ir, creo que es una buena idea para disfrutar el fin de semana, después de tanto instituto.

Desperté a las 9:10 de la mañana, arrojé mi pijama al cesto de ropa sucia y entré a la ducha. El agua caliente se deslizaba por mi cuerpo y se sentía tan relajante, vi la hora y eran las 9:30, me había tardado mucho en la ducha, enrolle la toalla blanca alrededor de mi cuerpo y me dispuse a salir.
Bajé a desayunar Mariah estaba con mi mamá en la cocina mientras mi padre estaba en si despacho preparando unos cheques para donar a la fundación de niños huérfanos. Lo que me encanta de mi padre es que siempre ha sido equitativo con las personas más necesitadas.

No había visto a Tom desde hace días, decidí escribirle y preguntarle si quería ser mi acompañante en la fiesta de esta noche. En seguida me respondió el mensaje y dijo que con gusto iría conmigo. Al parecer lo tengo comiendo de la palma de mi mano.
Se acercaba la noche y tenía que alistarme para la fiesta, arreglé mi despeinada melena rizada, me puse una falda no tan larga ni tan corta, no quería lucir como necesitada de hombres, escogí entre mis blusas una apegada con las mangas caídas y unos bellísimos tacones que mi madre me regaló.
Subí a mi auto prendí la radio y me dirigí hacia la casa de Cam, Toma iba a ir en su auto así que no me preocupaba por eso.

-Lina, ¡pero que te has puesto!- me dijo sonriendo y mirándome de pies a cabeza.

-¿Que tiene? Me veo sexy ¿verdad?- carcajee.

-Te robarás a todos los chicos, eres una maldita ¿no me vas a dejar uno a mi?- hizo una mueca tierna y graciosa.

-Ya no digas tonterías Cam y sube al auto- reí.

Llegamos al lugar y Tom me estaba esperando afuera de la casa arrimado en su lujoso auto negro. Le dije a Cam que era un amigo mío, ella no se molestó, lo saludó gentil y nos dirigimos a la grande residencia de Shawn Collins.
Tom me invitó a bailar, Cam estaba bailando con Shawn así que no estaría sola. Tom no sabía bailar muy bien y a veces comenzaba a fastidiarme tanto su forma de bailar como la manera de llamarme a cada micro segundo "Preciosa", prefiero mil veces a que me llamen por mi nombre. Tenía que deshacerme de él ahora pero no se lo iba a decir, sería muy cruel con el patético chico así que le mentí que iba al baño y luego a ver unos cócteles. Bueno no era una mentira por completo, en realidad si iba a ver cócteles pero no pensaba regresar si quiera luego de una hora.
Me enfoque directamente en el bar donde estaban sirviendo los cócteles, pedí uno de menta. El chico que estaba de mozo era algo atractivo, lo que más me llamaba la atención eran sus ojos celestes como el cielo y sus carnosos labios. De pronto otro mozo se le acercó y lo abrazó. ¡Eran gays!, esto no es cierto, estaba a punto de coquetearle a un gay, llevé mi cóctel e iba caminando por un pasillo con paredes melón y cuadros de fotos. Al final del pasillo había un baño de visitas, en aquel baño logré visualizar a un joven con una chica besándose muy atrevidamente pero no podía distinguir sus rostros. Me acerqué más, resultaba ser Jos, ¡que asqueroso! Salí inmediatamente de aquella escena en la cual no quería estar incluida y me dirigí al segundo piso.

Rebeldía De Amor(Jos Canela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora