CAPÍTULO 3

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***
-¡Tenemos que hacer algo!
-¿Pero que vamos a hacer?, ya no sé que hacer, esto me está consumiendo cada día más. No podemos con esta carga, somos muy jóvenes.
-Tenemos que deshacernos de ella ahora o nunca..
***
Otra vez esa pesadilla, últimamente he tenido el mismo sueño todos los días, no entiendo a qué se debe. Siento que es algo muy íntimo de mi pasado, pero no logro descifrar que es.
No tiene sentido, mi niñez y mi adolecencia han sido normales, ¿porqué? ¿a qué se deberá?.

La puerta de mi habitación sonó y me sacó de aquellos pensamientos.

-Buenos días Lina.

Eran papá y mamá.

-Pasen.

-¿Te acuerdas que ayer te comentamos que te teníamos algo especial?

Recuerdo que lo mencionaron, por fin sabré que es lo que traen en manos. -Si, que se supone que es.

-Tu padre y yo lo estábamos pensando y... ¿Y si mejor te asomas a la ventana hija?

Mi estómago se había llenado de tantas mariposas, mi mente estaba en blanco, todo en mi al rededor estaba tan bien. Mis padres me han obsequiado un auto deportivo gris, el mismo auto que vi hace semanas y que con tantas ansias quería.

-De verdad que ustedes son los mejores padres del universo.

-Sólo queremos hacerte feliz hija.

Estaba tan contenta que debía decírselo a alguien. Llamé a Loren pero no me contestaba, le escribí a Cam y tampoco me contestaba. No puede ser que justo en este momento de satisfacción ninguna de mis mejores amigas esté disponible.
Al fin tendré mi propio auto con el cual podré presumir en el instituto la semana entrante.

....
¡Ya despierta!- escuchaba una voz fina y dulce, que parecía estar lejos pero estaba más cerca de lo que pensé.

Abrí lentamente mis ojos y me encontré con ¿Cam?, que hacía aquí, ¿cuando volvió?

-¡Cam! ¡Maldición! Que sorpresa, cómo.. cuando llegaste?

-Ayer, tipo 5:30 de la noche, no quería avisarte, debía ser una sorpresa. !Y aquí estoy!

-Ya te extrañaba tontuela, tengo mucho que contarte.

-Será camino al instituto, estamos tarde-.Dijo la rubia mientras maquillaba sus pestañas con máscara negra.

¿Instituto? ¡No puede ser! casi lo olvido, me levanté lo más fugaz que pude, agarré unos jeans ajustados y una blusa suelta con medio escote. Eran las 7:40 de la mañana, tenía los minutos contados, bajé hacia la cocina y ahí estaba Mariah haciendo el desayuno con mamá, primera vez que veo a mamá cocinar.

-¡Hija!-Logré escuchar su voz llamarme desde esa mesita rosa de la cocina-.¿No vas a desayunar?

-Ahora no mamá, tengo que ir al instituto con Cam. Voy tarde.

Me sentí algo mal por no despedirme de ella, no sabes cuando será la última vez que veas a tu madre. Di la vuelta como un trompo y corrí hacia su dirección. Le planté un casto beso en su frente.
Ella me sonrió con ternura.

-Te quiero hija-. Lo dijo soltando una sonrisa que adornaba perfectamente su rostro tan cálido como su amor.

Abrí la puerta del garaje para sacar mi auto y llevar a Cam en el mismo, ya que a ella aún no le han obsequiado uno. Pero en algún momento lo harán.

-¿Ahora si, me vas a contar lo que te ocurrió la semana pasada?

-No-. La miré entre ojo para ver su expresión. Le estaba jugando una broma, para que me insistiese a contarle.

Rebeldía De Amor(Jos Canela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora