A pesar de su estado seguía bromeando y diciendo estupideces. Hice una mueca de desagrado, luego se recostó en la cama quitándose los zapatos, en un segundo vi su mentón algo hinchado y fui por un poco de hielo. Entré nuevamente a mi habitación pero Jos ya había cerrado los ojos, creo que se durmió, lo topé una y otra vez en la frente pero nada, este chico si que tenía el sueño pesado.
No me quedo más que arrojar el hielo en el lava manos del baño ya no lo iba a utilizar. Sentía los ojos pesados y me estaban empezando a quemar, me senté en la sillita que estaba cerca de mi escritorio y de pronto mis ojos se iban cerrando poco a poco y al sentir que ya me estaba quedando dormida me volvía a sentar firme. Aquel procedimiento se repitió como dos veces más, me sentía incómoda ya no podía más, saqué mis zapatos y como estaba me acosté a lado de Jos. Cubrí nuestros cuerpos con la tibia colcha, y caí en un profundo sueño a lado de su suave y caliente pecho.*****
Eran cerca de las siete de la mañana Jos seguía dormido como un bebé, a veces podía jurar que escuchaba ronquidos y no eran míos, yo no ronco. ¡Demonios! ¡El instituto!, tenía que levantar a Jos pero se veía tan tierno dormido. Lo dejé por unos minutos acostado en mi recámara y salí, fui abajo y sólo estaba Mariah lavando trastes, de seguro los que mis padres ocuparon para desayunar.-Buenos Días Mariah ¿Y mis padres?
-Buenos Días señorita, ellos ya salieron al trabajo y ¿usted no va a clase hoy?
-Yo.. Estoy con dolor de estómago- mi voz estuvo a punto de quebrantarse-Bueno te dejo porque me voy a seguir descansando.
Ella me miró algo confundida pero luego se le pasó, caminé hacia el pomo de agua para beber un poco y de paso llevar un vaso arriba por so acaso Jos quiera. Subí nuevamente y él seguía dormido, cayó como una piedra a noche, se lo veía cansado. No me importaba faltar al instituto con tal de estar cuidándolo y verlo tan tierno en mi cama acurrucado con las sábanas. Volví a acostarme a su lado acariciando su cabello alborotado de arriba hacia abajo dando unos pequeños masajes para relajarlo.
-Sigue, que se siente bien.
-¡Dios! Pensé que estabas dormido- dije nerviosa.
-Que penosa eres- sonrió- Sigue masajeando, no te he dicho que pares.
Lo hice por unos minutos más hasta que se cansó mi brazo, me levanté y salí de la cama. A lo contrario Jos seguía acostado allí sin hacer nada.
-¿Piensas faltar a clases?- dije mientras acomodaba mi camisa arrugada.
-Si porqué, no veo el problema- alzó los brazos para apoyarlos en su cabeza.
-Bueno no sé tú pero yo quiero tomar un baño.
Me dirigí hacia mi ropero saque una ropa muy casual de aquel y luego abrí la puerta del baño, me acerqué despacio a la regadera y abrí la llave para que botase el agua caliente.
-Ya está, solo debo esperar a que caliente el agua- me apoyé en la puerta mirando a Jos.
-Tú no te vas a ningún lado- dijo pegando un salto hasta mi y que llegó a agarrar mi cintura, me arrastró hacia la cama tirandome en la misma algo brusco.
-!¿Oye no sabes tratar a las personas?!
Agarró la colcha y nos envolvió en ella, se acostó y me abrazó tiernamente.
-¿Qué haces?
-Acaso no ves, abrazandote.
-Porqué lo haces, ya dejame ir a bañar.
-¿Seguro?- Sonrió pícaro sin quitarme la mirada de los ojos.
Se acercó mucho a mi y fue cuando sus labios se juntaron con los míos, era una sensación exquisita estaban helados pero a medida que el beso se intensificaba se iban calentado, extrañaba sentir esa sensación de ternura y lujuria corriendo por todo mi cuerpo. Sus manos acariciaban mi cabeza y lentamente comenzaron a descender por mi cuello hasta que sentí que toco mis pechos, no me negué ni por un segundo, lo hacía bien. Sus brazos procedieron a alzar el bordillo de mi blusa hasta lograr quitarla.
Me encontraba con solamente mi sujetador y los shorts, no podía resistir arrancarle la ropa, procedí a quitar su camisa. Su pecho era cálido y acogedor, era algo tan fascinante acariciarlo. Me sentía en las nubes acurrucada en sus labios, el beso se tornaba cada vez más intenso, deseoso, profundo; sus manos aflojaron los broches del sujetador y suavemente iba acariciando mi espalda desnuda. En segundos mi sujetador se hallaba en el suelo, tan sólo quedando con mis pechos descubiertos muy juntos al pecho de Jos.-Eres hermosa- susurró.
Esas palabras eran tan magníficas, habían hecho erizar por completo mi piel, me sentía tan suya en ese momento. Me volteó para quedar presionada entre la cama y su cuerpo, su suave rostro se hundió en mi cuello, repartiendo besos húmedos y exóticos. La respiración se me agitaba constantemente y podía sentir como el corazón de Jos latía a mil.
No sé porqué estaba pasando todo esto, no podía creerlo pero me gustaba; me gustaba tanto que comencé a jugar muy inquieta con la hebilla del pantalón, estaba a punto de desabrochar la correa pero la puerta de mi habitación sonó.
¡Maldición!
Me levanté rápidamente y me puse una camisa que estaba a la vista, la habitación estaba algo caliente debido al vapor que salía del baño. Jos se escondió en el baño y cerró la puerta, me arreglé un poco el cabello y trate de parecer normal. Como que si lo que acabó de pasar no se notara en mi.-Diga- me hice la enferma.
-Señorita Lina, disculpe, ¿la desperté?
Maldita sea Mariah, es tan inoportuna.
-¿Qué?, no, todo está bien.
-Llamé a su madre y le comunique su estado, dijo que después del almuerzo vendría con una pequeña medicación.
-Ah si, si. Gracias Mariah.
Cerré la puerta de la habitación y puse seguro. Jos seguía dentro del baño.
-Jos, ya puedes salir.
-Tu niñera si que es inoportuna- rió.
-No es mi niñera.
-Claro que lo es, "ya llamé a su mamá y le comunique su estado"- carcajeó.
-¡Que no es mi maldita niñera!, es la sirvienta.
Su modo de chico odioso e irritante de había encendido. Me molestaba eso pero por alguna razón no me llegaban las ganas de golpearle.
-Siempre sabes como fastidiarme la vida Canela.
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Rebeldía De Amor(Jos Canela)
RomanceÉl un chico rebelde, casanova del instituto. Ella una chica divertida y seductora de hombres. Ambos tendrán un pequeño tropezón pero lo que no saben es que el tropezón marcará sus vidas... Es mi primera historia, espero que sea de sus agrados y disf...