En problemas

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Sentados en la sala de espera de la oficina del director, los estudiantes prácticamente más famosos de la escuela, primera pelea del año, nada mal para el primer día clases. Los tres tontos iban desfilando frente a nosotros, Sergio no pudo evitar estirar su pie, uno de los tarados, de esperarse, se cayó, salía el maestro Zack luego de ellos y solo nos pusimos a hacer tonterías como que nadie fue, el maestro Zack nos miró fijamente, más a Camila de hecho, algo, no tan común, bueno, ella es la única que ha mostrado interés en él, en fin, nos dijo que pasáramos hacia dónde el director, a lo cual Camila asiente con una mirada algo confiada hacia él, demasiado, diría.

—Adelante, queridos alumnos, espero que se encuentren bien, después de tremendo espectáculo que hicieron en la cafetería, maestro Zack, ¿le gustaría decir algo al respecto?
—¿Qué le puedo decir Director?
Como usted estaba ahí cuando pasó todo, usted sabrá qué tipo de sanción ponerle a los estudiantes.

Casualmente mira a Camila, pero, solo a ella y no a Sergio, a Raúl, ni a mí.
—Bueno, como Director de esta escuela, mi deber es sancionarlos por la falta de respeto que hicieron.
—Eh Direct, cálmese un poco, no es para tanto.
Le digo en forma muy relajada.
—Enserio? Saben qué? Tomaré la recomendación de su amigo Junior, solamente les pondré en detención esta tarde, así estén relajados, como los estoy viendo a ustedes ahora.
A lo que Raúl responde —Señor, relájese usted también un poco, no sabe las cosas que tenemos que hacer. —Ya hablé, y no falten o les irá peor, y tomen sus mochilas, se van a sus casas.

—¿Qué? Pero por...
—Sin peros.
Dice el Director interrumpiendo a Camila, pero lo que no sabe que eso para nosotros no está nada mal. Obedecemos sus órdenes y buscamos nuestras mochilas y nos vamos para nuestras casas, mientras vamos por el pasillo a salir de la escuela —Eh! Chicos, que ha pasado?
Dice Big Mark algo preocupado, le respondo tranquilamente
—No te preocupes amigo, estamos bien, solo nos mandaron a nuestras casas y tenemos detención esta tarde.
—Bueno, tremendo show se montaron en la cafetería, solo me lo contaron, pero si hubiese estado ahí sin duda los defiendo.
—Sí, pero, que más podíamos hacer
—Tienes razón. Me tengo que ir a clases hablamos después.
Le responde Sergio —Adiós BM! Camila te manda saludos
—Sergio! Tonto, no hagas eso, lo vas a ilusionar con algo que no va pasar, a menos que te guste a ti.
Dice Camila de forma algo enojada y a la vez riéndose.

Raúl se ve algo molesto y le pregunto qué le pasa
—Raúl ¿qué pasa? Te ves molesto, es por lo de la pelea? O por la detención?
Raúl se ríe
—No como crees, es por qué no he comido nada.
—¿Por qué no vamos a la pizzería que queda en frente?
Propone Camila, a lo cual todos aceptamos.

Sentados en la pizzería llega la mesera a atendernos, nos pregunta que queremos ordenar, me sorprendí, no sólo por qué nos estuvieran atendiendo, si no porque, no era ninguna mesera, a menos a que mi querida hermana hubiese conseguido ese trabajo en un momento, lo cual no pasó, y si, era Annie.
—Supongo que no les dieron el rato libre chicos, explíquenme que ha pasado.
Prosigue a sentarse con nosotros.
—Por cierto, hola Cami, Raúl, Sergio.
Los chicos le saludan también.
—Y díganme, ¿Qué tontería han hecho?
—Que te podemos decir querida hermana, solamente nos defendimos.
—Ya entendí, fue una pelea, bueno esto no es cosa de buena hermana ejemplar, pero déjenme invitarles una pizza.
—Y ahí es cuando digo, aparte de hermosa, encantadora.
Dice Sergio, y luego le guiña un ojo a Annie.
—Ehmm.. Creo que he cambiado de opinión.
Dice Annie con una expresión algo molesta por el cumplido de Sergio.
—¡Sergio!
Decimos Camila, Raúl y yo.
—Tranquilos, es broma, no está mal un cumplido de un chico de vez en cuando.
—Que bueno que no te molestaste, hermana, tenemos mucha hambre, y gastamos nuestro dinero comprando comida que, lamentable se perdió en el combate.
—No te preocupes, para eso estoy hermanito, para ayudarte, después de esto podemos ir a pasar un rato a la casa con tus amigos, papá y mamá no están.
Mira a Raúl, Camila y Sergio
—¿Qué opinan chicos?
—Por mí está genial
Dice Sergio, Raúl repite lo mismo que él, y Camila con la cabeza recostada en la mesa, solo sube su mano indicando que sí.

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