Capítulo 3

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Kit se encontraba sentada en su cama, sumida en sus pensamientos. Sus ojos recorrían el espacio impersonal de su habitación, fijándose en los detalles fríos y carentes de vida que la rodeaban. Cada rincón del lugar reflejaba su propio estado emocional, una dureza y vacío que había cultivado durante mucho tiempo.

Mientras sus dedos jugaban distraídamente con la fina tela de su sábana, Kit se perdía en sus pensamientos. Se veía a sí misma, una joven ingenua que había caído en las garras de un hombre que la había traicionado. Había cometido el error de llamarlo su compañero, aunque sabía que él tenía a otras hembras a su alrededor. Le había dado su corazón sin pensar en las consecuencias, y ahora se daba cuenta de lo estúpida que había sido.

Las palabras de Jaded seguían retumbando en su mente: "Lo maté porque te estaba usando a ti y también abusando de otras especies, Kit". Él la había manipulado con el falso amor para ver si podían controlar a las Nuevas Especies. Se sentía avergonzada de su ingenuidad y se odiaba por ello. Las lágrimas amenazaban con brotar de nuevo, pero esta vez luchó contra ellas.

Cerró los ojos y respiró profundamente, tratando de encontrar la calma. Estaba atrapada en un agujero oscuro, pero sabía que necesitaba encontrar una manera de salir. Quería dejar de herir a los demás y, sobre todo, a sí misma. Estaba cansada de mantener las defensas en alto, de empujar a todos lejos de ella por miedo a que le hicieran daño.

Kit continuó reflexionando sobre su vida en Homeland. Las palabras de Midnight resonaban en su mente: "No pasa nada, Kit". Era su oportunidad para intentar cambiar, para aprender a confiar de nuevo. Necesitaba superar sus miedos y amargura, pero sabía que el camino no sería fácil.

Se levantó de la cama y se acercó a la ventana, observando el paisaje de Homeland. Era un lugar lleno de vida, donde las especies compartían sus experiencias y apoyaban a los demás. 

Kit estaba sumida en sus pensamientos, luchando con el torbellino de emociones que la asaltaba. Unos suaves golpes en la puerta la sacaron de su introspección, y de inmediato, su instinto defensivo se activó. Un gruñido escapó de sus labios mientras se ponía en alerta.

-¿Kit? -la dulce voz de Mabel llegó a través de la puerta, cargada de preocupación-. ¿Todo va bien?

-Métete en tus asuntos, Mabel -respondió Kit, su voz rebosante de furia.

-Lo siento -murmuró Mabel, claramente afligida-. Solo te escuché y pensé...

-No pienses -cortó Kit, sin compasión-. Te dañará el cerebro.

Un suave jadeo resonó al otro lado de la puerta. Había herido a Mabel sin intención, pero eso era típico de la Kit a la defensiva que todos empezaban a odiar. Finalmente, se acercó a la puerta y la abrió.

-Lo siento -gruñó, mirando hacia otro lado-, no quería decir eso.

Mabel abrió ampliamente los ojos, sorprendida por la disculpa inesperada. Era una especie dulce y cariñosa, con un cabello castaño rizado que caía en cascada por sus hombros. Sus ojos eran grandes y expresivos, de un cálido tono avellana que siempre parecía irradiar amabilidad y comprensión. A pesar de que Mabel era nueva en Homeland, había captado la esencia de la comunidad y había hecho todo lo posible para adaptarse y ayudar a los demás en su proceso de ajuste. Su sonrisa era contagiosa y su presencia reconfortante, y era fácil ver por qué Kit se había sentido atraída por ella, incluso si su naturaleza defensiva la había llevado a herirla sin querer.

-Buenas noches, Mabel -dijo Kit mientras cerraba la puerta. Sintió cómo Mabel sonreía, y para su sorpresa, la habitual sensación de miedo no apareció.

Kit se dio cuenta de que había estado viviendo con miedo, un miedo paralizante que la había llevado a actuar de forma cruel y distante con los demás. La necesidad de protegerse a sí misma la había hecho olvidar que las especies no eran sus enemigos, sino su familia.

Con determinación, Kit se puso en pie y salió de su apartamento. Mabel aún estaba en el pasillo, mirándola con dulzura.

-No me mires así -le advirtió, con brusquedad, pero Mabel ignoró su tono y tomo su brazo con dulzura.

-Está bien, Kit -dijo Mabel, soltando lentamente su brazo-. Todo.

La reacción de Mabel la tomó por sorpresa. Había sido especialmente cruel con las hembras recién llegadas, tratando de endurecerlas. Había sido mala, y aun así, Mabel la perdonaba. Kit sintió un dolor punzante en su pecho.

Apretó los dientes y siguió caminando, alejándose de las zonas comunes. Se había protegido detrás de una barrera de frialdad y hostilidad durante tanto tiempo que finalmente comenzaba a sentir algo, aunque no fueran emociones dulces. Por primera vez en años, sus sentimientos comenzaban a emerger.

Mientras caminaba, se topó con el grupo de especies que le había llamado la atención previamente. Observó las calles de Homeland, que estaban limpias y bien cuidadas, con edificios de diseño moderno y luces brillantes que daban una sensación de seguridad. Las calles estaban bordeadas de árboles y arbustos bien cuidados, y el aire estaba lleno de aromas frescos y limpios.

Miró a su alrededor, tratando de entender qué estaba sucediendo. Observó a un grupo de niños humanos liderados por Becca, seguidos de cerca por Tina, la intérprete, y una mujer adulta. Kit continuó caminando, pensando que debía cruzar por el área donde estaban los niños para llegar al comedor. Esperó a que el grupo pasara, pero una manita tiró de su pantalón.

-Pipi -dijo una dulce voz, y Kit miró hacia abajo, encontrándose con unos ojos grises translúcidos que la observaban con curiosidad y cariño-. Upa, pipí.

-¿Yo? -preguntó, confundida, mirando hacia el grupo de niños. Levantó la mano para llamar a Rebecca-. Ya vienen, humana.

-Upa -repitió la niña, sonriendo y extendiendo sus brazos hacia Kit-. Upa.

La mirada de la pequeña era sincera y sin miedo. Kit vaciló un momento, pero luego, con un suspiro, se agachó y levantó a la niña en brazos, sintiendo una extraña mezcla de emociones mientras la pequeña apretaba su cuello con dulzura.

2. Kit fanfic nuevas especies (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora