Capítulo 10

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El lago se extendía ante ellos, inmenso y sereno, con sus aguas cristalinas que reflejaban el cielo azul. Las orillas estaban bordeadas por altos árboles que lanzaban sombras al agua, creando un contraste hermoso. La brisa ligera mecía suavemente las hojas de los árboles, y el silencio del lugar solo se veía interrumpido por el ocasional canto de los pájaros.

Homeland, la base militar, se alzaba en la distancia. Era un lugar imponente con altos muros y alambradas, una fortaleza que imponía respeto. Los edificios de arquitectura sólida se alzaban como guardianes del lugar, y las banderas ondeaban al viento. A pesar de su magnificencia, todo el entorno parecía frío y amenazador, sin lugar para esconderse o escapar.

Kit se sentía atrapada, con el lago a un lado y Homeland al otro, sin salida visible. La angustia y la desesperación la invadieron mientras luchaba por encontrar una solución en medio de ese entorno opresivo y la amenaza inminente que se cernía sobre Hanna.

-Hanna -dijo con voz entrecortada- te quiero mucho, pequeña.

-Yo también te quiero, Kit -respondió Hanna, confundida por las lágrimas de Kit- ¿Qué pasa?

-Te van a llevar -explicó mientras abrazaba a la niña y escuchaba el rugido de Jaded, quien ya había encontrado su olor- te llevarán lejos de mí, pequeña.

-No me quiero ir -respondió Hanna asustada- yo solo quiero a Kit.

-Yo también te quiero, Hanna -Kit besó la coronilla de la niña y rugió- No te acerques más, Jaded.

-Kit, sé razonable -el macho apareció a cierta distancia de ella- esta niña ya tiene una familia y no eres tú. Tienes que dejarla ir.

-Ella es todo lo que tengo -respondió Kit, asustada por las palabras de Jaded.

-Nos tienes a nosotros -Jaded la miró a los ojos- me tienes a mí.

-No -murmuró, aterrada- solo la tengo a ella. Ella es todo lo que necesito.

-Kit, la niña ya pertenece a alguien y... -Jaded intentó explicar, pero Kit lo interrumpió furiosa.

-No es un objeto -lo interrumpió furiosa- ella no pertenece a nadie, a nadie.

-Entonces déjala ir -le propuso Jaded- Hanna, Susan está aquí y ha venido a buscarte.

-Susan -dijo feliz la niña y se soltó de Kit- Kit viene -dijo mirándola.

-No puedo, Hanna -la niña volvió a mirarla y se lanzó a sus brazos de nuevo- Ya ha elegido, ¿vale? -mira a Jaded en busca de apoyo- No se quiere ir, Jaded. No la obligues.

-Lo siento, Kit -asintió, y luego se escuchó el disparo. Un dolor punzante recorrió su hombro donde el dardo había impactado- lo siento mucho -lo consoló el macho mientras se acercaba. Le fallaron las piernas y se sintió caer.

-Brezee -murmuró enfadada, la rabia, el miedo y el dolor recorrieron su cuerpo mientras se impulsaba de nuevo sobre sus pies- ¿Por qué? -preguntó furiosa.

-No estás siendo lógica -la respuesta le sonó vacía- Kit, suelta a esa niña.

-No os la podéis llevar si ella no quiere irse -gruñó furiosa mientras daba un paso atrás, y Hanna se ocultó detrás de ella debido al sedante que le habían disparado.

-KIT -el furioso gruñido de Justice la heló en su sitio, y supo que algo muy malo iba a pasar. Hanna se iba de verdad- Suelta a esa niña humana ahora mismo -una menuda figura la seguía, supuso que era la tutora de Hanna al ver a la niña tensarse ante ella.

-NO -gruñó en respuesta Kit, dio otro paso atrás y sintió los pies mojados- ella no se quiere ir.

-Hanna -la mujer llamó a la niña, quien se aferró más a la pierna de Kit- Ven, Cariño, ven.

-No quiero irme -susurró Hanna- yo quiero a Kit siempre.

Un silencio absoluto envolvió el lago, como si la naturaleza misma contuviera la respiración. Nadie parecía dispuesto a dar el siguiente paso, todos atrapados en un momento de inmovilidad. La afirmación de la pequeña Hanna resonó en el aire, dejando a todos congelados en su lugar. Lo que antes parecía una lucha entre especies se había transformado en un enfrentamiento en el que una niña humana, decidida y terca, se alzaba como un desafío imprevisto.

Kit sentía el peso de la responsabilidad sobre sus hombros y la mirada de todos los presentes. En ese instante, comprendió que debía tomar una decisión crucial, una que afectaría a la pequeña Hanna y a su propia vida. Las emociones eran intensas, y el destino de todos pendía de un hilo invisible mientras el tiempo parecía detenerse en el lago y Homeland, en un momento de incertidumbre abrumadora.

-Lo siento, Kit -advirtió Brezee antes de dispararle de nuevo, esta vez en la pierna- lo siento muchísimo.


"OS ODIO", rugió Kit con una ferocidad que retumbó en el aire, un sonido amenazante y atronador que parecía sacado de las entrañas de su alma. Su voz se quebraba con la intensidad de sus emociones, y sus palabras eran como cuchillos afilados en el silencio del momento. Cada sílaba resonaba con el peso de su desesperación y su ira.

Pero a pesar de su furia, sus palabras eran un grito de impotencia. Kit se desmoronaba como un castillo de arena frente a un mar implacable. Todos sus esfuerzos por ser más abierta, por superar sus miedos y sus traumas, se derrumbaban en ese instante. Las lágrimas se mezclaban con la rabia en su rostro, y la derrota se reflejaba en sus ojos.

Jaded llegó justo a tiempo para evitar que Kit se desplomara completamente. La tomó en sus brazos, acunándola con una mezcla de compasión y preocupación. Kit se sentía exhausta, como si todas las fuerzas la hubieran abandonado. Mientras la oscuridad la envolvía, sus palabras finales retumbaban en el lago-sois unos monstruos como Mercille y os mataré por eso -juró mientras escuchaba los gritos de Hanna, un eco de su propia desesperación . En ese momento, Kit se sentía rota, vulnerable y perdida, sin saber qué depararía el futuro.

Hanna vio a Kit yaciendo inconsciente en el suelo, sus lágrimas comenzaron a fluir en un llanto agudo e incontrolable. El miedo y la confusión inundaron su pequeño corazón, y la sensación de abandono la devastó. A medida que las lágrimas rodaban por sus mejillas, todo lo que quería era estar junto a Kit, pero una fuerza invisible y cruel la separó de su protectora.

Brezee la tomó en sus brazos y la arrastró lejos de Kit, ignorando los chillidos desgarradores de la niña mientras la distancia entre ellas se ampliaba. A pesar de los esfuerzos de Hanna por resistirse, se alejaba cada vez más de Kit, y la distancia que las separaba parecía infinita, como un abismo insondable. Kit, inconsciente y siendo cargada por Jaded, se alejaba en dirección opuesta, incapaz de proteger a la niña que se encontraba ahora en manos ajenas. Era un adiós forzado y doloroso que nadie deseaba.

2. Kit fanfic nuevas especies (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora