Capitulo 3 - Huele a macho.

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Mi piel se estremeció al volver a escuchar aquella voz que me había tenido como una estúpida mientras soñaba despierta hace un par de horas.

El chico que se supone que no iba a volver a aparecer nunca jamás me acababa de susurrar en el oído y su cuerpo se encontraba apoyado contra el mío.

Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente, revoloteando dentro de mí emocionadamente. No pude evitar sonreír. Abrí los ojos y una vez más observé cómo las luces azules del club mariposeaban por todas partes mientras la música retumbaba por el lugar.

-Mucho, pero creo que este ha sido una excepción. – dije sonriendo. Me di la vuelta, para encontrarlo viéndome con una sonrisa en el rostro.

Antes que nada, sé lo que están pensando. Wow, no inventes. Si esa hubiera sido yo, ya estaría desmayada en el suelo.

Yo soy igual. La verdad es que no sé de dónde salieron aquellas palabras ni cómo pude pronunciarlas sin ponerme roja o tartamudear o simplemente quedarme callada. Yo hubiera hecho lo mismo que ustedes, créanme.

Así que ahí estaba, sonriendo como una sosa mientras que al mismo tiempo me preguntaba cómo demonios había logrado pronunciar esas palabras sin reír tontamente o hacer algo realmente vergonzoso. 

-Pienso lo mismo. – me susurró al oído, poniéndome los pelos de punta. Sonreí.

Bien, ¿ahora qué? ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Bailar? ¿Decirle algo? Pero ¿qué?

-Pensé que no te iba a volver a ver. – admití torpemente. Él me sonrió y asintió, y me percaté de que le salían unos tiernos hoyuelos al sonreír.

-Yo igual, pero... Aquí estamos. Creo que eso significa algo, ¿no crees? –  me preguntó, juguetón. Y me sonrojé. Soy una imbécil, pero es tan lindo. Ugh.

-Creo. –

Me voy a matar. ESO ES LO MÁS ESTÚPIDO QUE PUDE HABER DICHO OH DIOS REALMENTE ME QUIERO DAR UN PUÑETAZO CADA VEZ QUE RECUERDO ESE MOMENTO.

Sigamos.

Afortunadamente, este chico misterioso, no pensó que era una estúpida. Bueno, no lo sé. Yo creo que sí, pero al menos eso no hizo que se marchara por chicas más guapas y que no te respondan con un creo a la hora que él está intentando ligar contigo.

Rió de nuevo, lo cual creía que era una buena señal. Y lo era.

-Soy James. – dijo mientras ponía la mano. Claro, después de haberme llegado por atrás y susurrarme al oído un par de veces.

-Ali. – dije, y después negué con la cabeza torpemente. – Alice, pero no me gusta.– reí torpemente. Vi su mano que todavía se encontraba en el aire para un apretón. – Yo no doy apretones, doy abrazos. –

James sonrió y retiró la mano, para después darme un abrazo. Dios, era perfecto. 

Olía a macho. 

Está bien, no olía a macho, pero su perfume olía riquísimo. Sentía sus músculos a través de su camisa negra. ¿Cómo alguien como él pudo fijarse en mí? Repito, no era una bazofia andante, pero tampoco era una monada.

-¿Quieres ir por algo de tomar?-

-Claro, pero tengo que avisarles a mis amigas. Probablemente no tienen idea de dónde estoy, y mi amiga... No sé dónde esté. Tengo que buscarla – dije, bueno, casi grité. La música estaba muy fuerte. James se quedó pensando.

-Ya sé, tú vas con tus amigas y yo con mis amigos y todos nos juntamos en 15 minutos ¿te parece? – preguntó.

-Perfecto. – contesté con una sonrisa. –Mi mesa está en la parte de arriba. –

Y todo por una toalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora