Y ahí estaba yo, sonriendo como una total estúpida mientras recordaba por milésima vez en todo el día aquel momento en la farmacia mientras me ponía un vestido corto color blanco para salir con Kara y otras amigas.
Debo admitirlo... Aquel chico hizo mi día mil veces mejor. Espero no crean que soy el tipo de chica que se ilusiona con cualquier cosa.
Sé que cabe la posibilidad de que sea el típico hombre que va con cualquiera y le dice de cosas bonitas sólo para sentirse un rompe corazones, pero aun así lo que hizo fue un gesto muy lindo.
Hace rato, cuando salimos de la farmacia, seguíamos sin poder creer lo que había pasado. ¡Un chico guapísimo me había regalado un chocolate por San Valentín! Eso es lo mejor que me ha pasado en la vida. Bueno, además de cuando mi perro se vomitó sobre la blusa nueva de la chica que me molestaba en cuarto grado. Creo que esto es mejor. Sí, definitivamente esto es mucho mejor.
Volviendo al tema, todavía no podía creer que me había pasado eso. A mí, a la sarcástica y pesimista Alice Wood. Tampoco crean que fue por mi atractivo físico. Ósea, no parezco una drogadicta en crack, pero tampoco soy toda una Megan Fox... Ojalá, pero no.
Apenas y he tenido un novio y medio. No se preocupen, ambos tenían todas las partes del cuerpo, pero el segundo es y medio porque fue una relación de un día por Facebook. Lo cual creo que no cuenta.
Dios, me desvío tanto del tema.
Tal vez aquel chico de la farmacia sólo lo hizo por lástima...
Tal vez, jamás lo vuelva a ver. Esperen, eso es lo más posible.
Al pensar todo esto, me deprimí un poco.
Sacudí mi cabeza para deshacerme de aquellos pensamientos pesimistas –que son muy usuales en mí-.
Pasó lo que pasó, y qué bien que pasó.
Me abroché el vestido y después me miré al espejo para darme unos últimos retoques en el pelo mientras me miraba al espejo. Kara se había apoderado de mi baño... Otra vez. Pero ésta vez no era por sus ciclos internos. Ella se estaba arreglando.
Sabía que iba a salir con algo que la iba a hacer lucir hermosa. Siempre lo hacía. Mientras yo me veía bien y discreta, ella se veía hermosa y sexy.
Salió del baño y me miró de arriba a abajo.
-Wow Ali... Te ves como toda una bomba sexual. - Dijo con un guiño, bromeando.
-Ah... ¿Gracias? - contesté a su cumplido...Si así le podías llamar. Ella siempre, siempre te llamaba con nombres sexosos o groseros, pero esa era su muestra de afecto. - Tú también te ves genial. -
Kara se volteó a verme y colocó ambas manos sobre sus delgadas caderas y relajó una pierna. Me veía con una mirada asesina.
-¿Es enserio? ¿Un simple "te ves genial"? - preguntó indignada. - Una que se esfuerza con sus cumplidos para que les respondan con un te ves genial... - se quejó y regresó a encerrarse al baño.
Miré fijamente hacia la puerta del baño, esperando a que algo pasara. No sé a qué, pero estaba esperando a algo. Giré los ojos, me dirigí hacia la puerta del baño y me quedé afuera.
-Kara... Sabes que para dar cumplidos soy malísima. Te ves bien, enserio. Te ves... - dije y suspiré- sexy. - Kara inmediatamente salió del baño con una sonrisa de satisfacción plasmada en su rostro.
-Lo sé, gracias bombita sexual. - dijo dándome unas palmadas en la cabeza. -Ahora, espero que estés lista porque Lauren y Hannah ya está afuera.
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Y todo por una toalla.
HumorMi historia empezó gracias a mi amiga y a su urgencia de comprar toallas femeninas. Ahí lo conocí a él. Qué gran historia de amor.