James se acercó a mí y me tomó de la barbilla delicadamente.
Todo estaba tan callado. La pequeña lampara que colgaba del techo de mi porche era la única iluminación que teníamos, pero aún con poca luz, era tan guapo. No puedo creer que esto me esté pasando a mí.
Me miró unos segundos y sonrió traviesamente. Yo igual sonreí y bajé la mirada.
Su rostro estaba tan cerca del mío. Se sentía como si tuvieramos todo el tiempo del mundo. Que nadie más existía en el universo. Sólo él y yo. Estaba fascinada.
Cerré los ojos y poco a poco nos fuimos acercando...
Hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo.
Abrí rápidamente los ojos y me aparté bruscamente hacia la puerta. Oh Dios, espero que no sea una idiota, pero no quiero ser alguien que no soy. No soy la que se besa con cualquier chico que acaba de conocer y no iba a echar todo lo que aprendí del libro "Por qué los hombres aman a a las cabronas" por un tipo que conocí comprando este mismo día comprando toallas sanitarias.
-Bueno, hoy fue un buen día de San Valentín. Gracias por todo. - dije rápidamente. ¿Cuántas veces he dicho esto el día de hoy? Me daré un tiro. James soltó una risita y se pasó una mano por el pelo.
-Te entiendo, Ali. Tú no eres de las que besa a la primera. Tranquila, no te juzgo. Como ya te dije, eres diferente. Me gusta.- me dijo sonriendo. EXACTO. ÉL ENTIENDE. SOY DIFERENTE. LE GUSTA. - Entonces creo que tendré que ganarmelo. - y con esas palabras, su sonrisa traviesa se hizo más grande. Yo le sonreí de vuelta.
-Creo que así es. Nos vemos, James. - me despedí y me metí a mi casa. Sin rodeos.
Me asomé por la perilla de la puerta y James seguía parado ahí, sonriendo como idiota. Después se dio cuenta de lo que estaba haciendo y negó para sí mismo con la cabeza. Se dio la vuelta y regresó a su auto. Yo miraba atenta a cada movimiento que hacía. Eran tan... sexy. Y macho. Me sentía como una acosadora y una pervertida total pensando estas cosas pero no importaba. ¿Saben? La verdad es que me sentía como Kara.
James se subió a su auto y vi cómo poco a poco desaparecía de la vista de la perilla. Me separé de la puerta y me quedé ahí, viendo a la nada y pensando en cómo todo esto me pudo pasar un día de San Valentín.
Lo sé, el 70% de las historias de amor comienzan el día de San Valentín porque el tipo le dio unas flores a la tipa u otro cliché de siempre. Pero la mía empieza con una maldita toalla sanitaria. ¿Qué hay de lindo en eso? Nada. Y bueno, no tengo que ilusionarme. Es un extraño para mi. Un extraño que me trajo a casa. Que idiota. Pudo haber sido un asesino serial y violador de chicas de 16 años. Pero no lo era. Esa es una cosa buena.
Nota mental:
Cosas que me gustan de James:
1.-Su sonrisa
2.-Sus ojos
3.-Su cara
4.-Su nariz
5.-Sus cejas
6.-Su sentido del humor
7.-Sus movimientos y todo lo que hace...f sdekfje <333
8.- A la mierda todo de él es completamente perfecto.
9.-Y bueno.... La última pero no menos importante: no es un asesino violador de chicas de 16 años.
Bien.
Me gusta muchísimo.
Supe que era especial desde aquel momento en la farmacia. Lo sé, lo sé, ¿quién no pensaría que alguien que no conoces es especial cuando te da un regalo por San Valentín siendo una chica tan normal?
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Y todo por una toalla.
HumorMi historia empezó gracias a mi amiga y a su urgencia de comprar toallas femeninas. Ahí lo conocí a él. Qué gran historia de amor.