Un nuevo sol llegaba a la isla donde todos pasaban sus vacaciones, un nuevo día los recibía con los brazos abiertos, un día alegre y divertido los estaba esperando o al menos eso creía.
Durante la noche anterior, mientras estaban en la fogata se habían decidido los roles que desempeñarían durante el día. El cuarto 1 de mujeres se haría cargo del desayuno y del almuerzo; el cuarto 1 de hombres pondrían las cosas de la mesa y se encargarían del lavado de la vajilla; el cuarto 2 de hombres tendrían a su cargo los juegos de la tarde y finalmente el cuarto 2 de mujeres se harían responsable de la limpieza.
Como habían acordado Mitsuki, Walquiria y Bluma se levantaron más temprano que el resto para preparar el desayuno y un momento antes de que estuviera listo levantarían a los demás. Walquiria se puso en marcha con el café y las tostadas, que era con lo que más familiarizada que estaba; Bluma se encargaba de preparar los jugos naturales de naranja y pomelo; mientras Mitsuki sorprendida por el estilo de desayuno que estaban realizando, se puso a buscar las mermeladas para las tostadas y luego a armar unos pequeños panecillos dulces. A la hora acordada Bluma se dirigió hasta el cuarto de los chicos para despertarlos; pero incluso antes de que tocara a su puerta Yuki ya la estaba esperando para darle los buenos días; luego de eso todos se pusieron en marcha.
Otto, Imre y Yuki dispusieron todo para desayunar afuera de la casa. Entre los tres habían armado una especie de carpa cuadrada que no tenía paredes, sólo cuatro hierros que sostenían en cada esquina la tela del techo. El blanco de la tela contrastaba con el verde de las palmeras, los manteles celestes eran pequeñas nubes bajadas del cielo, la vajilla dispuesta de una manera tan particular que Akemi no lograba entender.
Poco a poco se fueron levantando todos y Walquiria los guiaba hacia el lugar donde desayunarían.
—¡Qué hermoso lugar eligieron! — expresó Nagisa y tomó asiento.
—La vista es maravillosa — apreció Akemi, aunque él se refería a lo hermosa que se veía Nagisa con los rayos del sol, reflejándose en su sonrisa.
—¡Waaoooh! Esta vez se pasaron — dijo Sakura felicitando con un dulce beso en la mejilla a Imre.
Sakura con el fin de despertar a Mitsuki y Akemi había organizado el viaje, pero con todas las actividades que estaban programadas no había tenido tiempo para nada. Sólo pudo escapar unos minutos en la noche durante la fogata, y eso fue bastante para poner en marcha su plan.
—¡Bueno! Para los que no están familiarizados como yo — sonrió Mitsuki — Les hemos preparado un desayuno tipo americano, así que esperamos lo disfrute — y se sentó a esperar que los chicos se encargaran de servir.
El desayuno estuvo riquísimo, las texturas y los contrastes llamaba la atención, el sabor del café contrarrestaba con el dulzor de las mermeladas; el sabor de los jugos cobraba otro sentido en el desayuno y no como en el almuerzo como estaban acostumbrados. Los más sorprendidos fueron Mitsuki y Akemi ya que en su casa no tenían permitido comer este tipo de mezclas.
Terminado el desayuno disponían de unas horas libres antes de volver a sus actividades, durante este tiempo cada uno podía hacer lo que más le gustara.
Mitsuki, Bluma y Amara, las aventureras del grupo, decidieron ir a dar una vuelta por la selva para conocerla.
—¡No vayan más lejos de lo que los carteles indican! — advirtió Hikaru.
—No se preocupe Hikaru, estaremos bien — le contestó Bluma con una sonrisa.
—¡Espera Bluma! — las detuvo Yuki — Toma, si algo les llegara a pasar, un accidente o se pierden hagan sonar este silbato, así será más rápido poder encontrarlas — y entre sus manos dejó un pequeño silbato metálico.
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ENTRE EL SOL Y LA LUNA
Fantasy[FINALIZADA] [EDITANDO] Algo que quiero aclarar antes de que empiecen a leer... Mis historias no tienen un estilo narrativo definitivo, escribo en primera persona como en tercera persona dentro de la misma historia...ES LO QUE HACE A MIS HISTORIAS Ú...