Síntomas.

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3. Síntomas.


Todo comenzó con un beso y seguimos con caricias y mordidas hasta desvestirnos por completo, dios la boca de Minho me hacía gemir de placer, no podía más, sentía que todos los músculos de mi cuerpo iban a explotar en cualquier momento. El maldito tan posesivo como era estaba encima mio y me encantaba, me mordía, me marcaba la piel mientras yo le tiraba el pelo, lo subí a mi altura mientras lo besaba hasta que se separó solo un poco.

-Tu piel es realmente suave, princesa. - mordí su mandíbula - ¿Qué dirían nuestros padres si nos vieran así? - dijo gravemente.

-¿Es que acaso te preocupa? - dejé de morder su mandíbula para mirarlo fijo.

-No, para nada, ¿Y a ti? Tú tienes más pinta de que te preocupa que papi se entere. - dijo con ese tono tan sarcástico, dios, lo odiaba cuando cambiaba su humor para ser así.

-Bueno Choi, ¿A que vinimos? ¿A preguntar sobre la vida de Kim Kibum o qué?

-No, solo curiosidad. - volvió a besarme salvaje, mordiéndome con todas las ganas que tenía mi labio inferior mientras que sentía sus dedos intrusos acariciar mi entrada.

-Mmhh... - un gemido incontrolable salió de mi boca.

-Hasta tus gemidos son deliciosos. - admitió besándome con más suciedad. - Respóndeme divita, ¿Cómo te gusta? ¿Salvaje o romanticón? Creo habértelo preguntado antes.

-Amm, como tú quieras. - apenas pude decir, la fricción de nuestros miembros y sus dedos acariciándome la entrada me iban a volver loco.

-Tú lo dijiste. - se acomodó mejor y podía intuir lo que el maldito iba a hacer, pero no es como si fuera virgen.

De una estocada entro mí haciendo que gimiera fuerte.

-¡Dios, Minho mhh!

-Así es princesa, gime así de rico para mí.

-Ahhh. - el maldito se quedaba quieto y mi cuerpo solo pedía más de él, mucho más. - ¿Quieres moverte? - me agarré más fuerte a su cuello e inmediatamente Minho me besó con lujuria, con atrevimiento moviéndose lento, maldita la hora en que le dije que se moviera, esto era la tortura en vida, sus movimientos pélvicos hacían que cada vez vaya perdiendo más la vergüenza y gimiera más alto, pareciendo una puta pero, que más daba, nunca has tenido cara Kim Kibum, siempre fuiste un cara rota no sé qué te vienes haciendo ahora preocupándote por eso.


Enrosque mis piernas a su cintura y dios, el placer se hacía cada vez más tenso, llenándonos por completo. Mordí el hombro de Minho a la vez que éste me embestía con más dureza y lo acompañé con los movimientos.

-Mhh sí, sí, así Kibum, así ahhh... - lo escuchaba gemir grave, ronco, solo para mí.

-Choi, no creo mhh, aguantar más.

-Solo un poco más. - Apretó la punta de mi pene haciendo que soltara un gritito agudo de la frustración, no dejaba que acabe ¿Qué era esto? No me dejó ni siquiera pensar que en un rápido movimiento me volteó poniéndome a cuatro patas, dejando a su vista mi entrada.

-Nunca vas a olvidar esta vez Kibum, nunca, te lo aseguro, te voy a dar el placer que nunca, nadie, jamás te dio.

-Demuéstramelo. - lo desafié, alzando más mi culo rozándolo contra su pene tan erecto.

Se acostó sobre mi espalda, metiendo su miembro dentro de mí haciéndonos gemir sincronizados, se acercó a mi oído y podía sentir su tan maldita respiración agitada.

Adicción enfermiza. [MINKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora