||Eres Una Bonita Coincidencia|| -SaiGenos-

Capítulo final :"El saludo es nuestra despedida"

Genos quien después de unas semanas tuvo que regresar al orfanato, ya volvía recuperado, su salud estaba bien y aun así tuvo que someterse a un tratamiento y una operación gracias a la caída que sufrió.

Volvía de ir a ver a su abuela al hospital, Saitama le explicó porque razón se encontraba ella allí aun y que... Esta tenia una "pequeña" perdida de memoria.

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- Oh, hola jovencito.- Sonrió de manera cálida la anciana.-

Genos sintió una presión en el pecho, no se igualaba a nada, una presión tan fuerte que por unos segundos no pudo respirar, las lágrimas luchaban por no acumularse en sus ojos y finalmente suspiró y sonrió tiernamente hacia su abuela. Si, el doctor que atendía a su abuela le había advertido, aun así decidió entrar sin pensar en el shock emocional que sufrió.

- Hola... Señora.- Se aclaró su garganta, luchando por no llorar.- Que tenga una buena tarde, alguien que la quiere mucho vendrá a verla.- Sonrió frunciendo el ceño, la anciana solo se sorprendió y sonrió de manera maternal hacia su nieto.- Si me disculpa...-

- Disculpe joven, ¿Ha visto a un pequeño rubio? Es bastante similar a ti, aun así el es solo un niño de 5 años.-

Abrió sus ojos sorprendido.

"No puede ser"

- Disculpe... ¿Cómo se llama ese niño?-

- Genos, es mi nieto.- Sonrió aun más la anciana, cerrando los ojos.-

Un escalofrío recorrió su cuerpo, fue y le acarició el cabello a la anciana.

- Sabe, el dice que la quiere mucho.- Dijo serio pero con la mirada comprensiva, no quería llorar.-

- Yo lo quiero más.- Sonrió.-

Genos camino pesadamente hacia la puerta, cerrándola suavemente y apretando sus labios, cerrando los ojos y haciendo fuerza en su rostro para no llorar.

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Cambió de idea, ahora aprovecharía que pudo escaparse al menos por una tarde. Caminó en dirección al departamento en donde antes vivía él y su abuela, también el idiota que amaba.

Tocó la puerta suavemente, de no ser porque Saitama revisaba los exámenes de unos chicos no hubiera escuchado tal ruido, caminó rascándose la nuca con pereza hacia la puerta, la abrió viendo a un niño sollozando débilmente. Se quedó unos minutos observando esa escena, su pecho se estremeció ligeramente.

- La fuiste a ver al hospital... ¿Cierto?-

Este solo asintió.

Saitama suspiró y lo invitó a pasar, arrastró sus pies sin ganas dentro de el departamento de este. Vio la silueta de su "antiguo" estudiante, antes desprendía un aura de seriedad y quizás de temor, ahora de tristeza.. ¿Cómo cambian las cosas, eh?

- Genos.- En su vida habría hecho tal acto, pero se arrepintió.- Eh.. ¿Quieres té?- Se sonrojo al sentir la mirada el joven sobre él.-

- Saitama sensei.-

- No me dig--

- Te amo.- Dijo sin más, mirándolo con oscuridad en los ojos.- Lamento haberme metido en tu vida.- Caminó hacia el nombrado quien permanecía mudo, se apoyo en la punta de sus pies para besarlo ligeramente.- Solo esta noche.... Después nunca- Sentenció susurrando a punto de llorar.-