Capítulo 9: la gran fiesta de Pantera (parte I).

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No me voy a disculpar porque, bueno, ya sabéis cómo soy ╕(─υ─)╒. Vale, no, lo siento, pero es que se me olvida, y si me acuerdo, pues o se me olvida otra vez o empiezo a procrastinar. El caso es que aquí tenéis vuestro capítulo, aunque una aclaración antes de empezar: probablemente muchas queráis que ponga a Turquesa y Pantera juntas, pero ellas dos están basadas en yo y mi hermana mayor. Así que ponerlas juntas... no sé, se sentiría raro. Aunque si me lo pedís, lo hago. Sin más dilación, vuestro capítulo:

Narradora P.O.V.

Peridot y Pantera, casi como ensayado, pusieron los ojos en blanco mientras bufaban, a la vez. Granate sonrió, y Perla y Amatista sólo se quedaron con cara de "¿Qué significa este momento?". Jasper sonrió, malévola. Por su parte, Lapis miró alternativamente a Turquesa (sonriendo como una estúpida) y a Spinel (con su sonrisa de sexy tachi) con el ceño fruncido, como si relacionar aquello le estuviera costando un triunfo. Ahogó un "¿Huh?" (para no arriesgarse a parecer idiota, por mucho que lo fuera), que dio paso a un respingo al comprender. Sonrió de forma malévola. Todo el mundo se había quedado callado y ahora la miraba. Peridot, Pantera, Perla, Amatista y Granate estaban con una cara de poker que ni el campeón en la especialidad podría haber igualado. Spinel la miraba sin dejar de sonreír pero obviamente no comperndiendo nada y Turquesa la fulminaba con la mirada mientras se sonrojaba cada vez más. Lapis iba a soltar un "uuuuuuuUuuUUUUUUUUUUUU" emocionado para después ponerse a gritar y a saltar como una maníaca, pero Turquesa la detuvo y la arrastró al baño cogiéndola por la manga de la chaqueta. Una vez allí, no pudo decir palabra, porque Lapis se emocionó.

-NOMELOPUEDOCREERNOMELOPUEDOCREERNOMELOPUEDOCREEEEEER -esa 'e' prolongada se convirtió después en un grito agudo de emoción mientras le cogía las manos.

-¡Cállate! -dijo mientras intentaba tranquilizarla. Después de un rato, Lapis se calló, pero siguió sonriendo-. Todos por ahí ya lo saben. Pantera dice que soy una estúpida, Peri que no sabe qué le veo, y el Trío Calavera no hace comentarios. Ah, y Jasper me dice que la drogue y me la tire.

-Pero Jasper es... bueno, ya sabes. Y, cambiando de tema, PÍDELE SALIR, POR DIOS, POR DIOS, POR DIOSSSSSSSS -gritó Lapis mientras la zarandeaba. Turquesa le dio un empujón para que la soltase.

-Por lo que me he enterado, conoció a una Gema en la Tierra en una de sus misiones hace mucho tiempo, y quiere viajar hasta allí para encontrarse de nuevo. Claro, está loca por ella -respondió, repentinamente desanimada. Lapis también dejó de sonreír y se sintió mal por ella. Le recordaba a muchos animes en los que la chica realmente sufría porque su senpai no se daba cuenta de sus sentimientos-. No tengo ninguna oportunidad, Lapis.

-¡No digas eso!

-Hay un 99.99% de probabilidad de que me rechace-...

-Y por tanto un 0.01% de que te diga que sí.

-No seré matemática, pero eso es menos de un uno por ciento. Casi imposible.

-Pero no imposible del todo -replicó Lapis tan rápido como en las anteriores. Turquesa se la quedó mirando con el ceño fruncido durante un momento. Después suspiró.

-Es que... tengo miedo, Lapis.

-Pf, ¿y quién no? Eso es normal.

-Pero no quiero que me den calabazas -dijo Turquesa, aún recelosa.

-Si no te las dan, pues bien, y si lo hacen, pues te las tragas y luego vas a un bar y te tiras a alguien -replicó Lapis con toda la naturalidad del mundo. Turquesa se sonrojó de golpe.

-¡Con lo tímida que soy yo! Que no, Lapis, que no -fue a salir del baño y Lapis la siguió.

-¡No te des por vencida así de fácil! Sólo... -hizo un pausa mientras la cogía de la muñeca y ella se giraba-. Piénsalo, ¿vale?

-Vaaaale -se resignó Turquesa. Lapis soltó un "¡bien!" por lo bajo y volvieron. Spinel ya no estaba allí, lo cual hizo que Turquesa se sientiera tanto aliviada como decepcionada. Peridot se había vuelto a encerrar en su música, Jasper hojeaba las páginas del cuaderno de Turquesa, y Pantera y las demás chicas (Granate, Perla y Amatista) hablaban entre ellas. Nadie las hizo mucho caso cuando volvieron, así que le quitaron despiadadamente el cuaderno a Jasper y siguieron con sus planes para el baile. En un determinado momento, Pantera se acercó a ellas a mirar, aunque Turquesa vio de reojo cómo metía la mano en el bolsillo abierto de la mochila de Lapis.

8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8

Llegó el viernes y, con ello, la catástrofe. Peridot y Lapis habían vuelto a liarla porque habían llegado tarde a clase, y las habían castigado (¡cómo no!). Como no les apetecía ir a casa ni cocinar nada (en parte porque Peridot no quería coger la moto y en parte porque Lapis estaba demasiado cansada como para hacer de cocinera), fueron a un restaurante de por ahí a cenar juntas. Se metieron, se sentaron y, mientras traían la comida, se pusieron a hablar.

-... Y dice que le da miedo que le dan calabazas. ¡Claro, nos ha jodido! A todos nos da miedo, pero nos enfrentamos a ello. Y eso -terminó de relatar Lapis lo que había ocurrido en el baño.

-Ella ya sabe lo que opinamos sobre el tema -hizo una pausa y se quedó pensando-. Ahora que lo pienso... al día siguiente de eso me preguntó que quién era Jasper.

-No me extraña; probablemente pensó: "Madre mía, ¿qué hace aquí un Transformer?" -ambas se echaron a reír, aunque Peridot todavía no tenía muy claro qué era eso (a pesar de que Lapis se lo había explicado). Las risas fueron interrumpidas por una llamada de Amatista a Peridot.

-Espera, que respondo -cogió el teléfono y Lapis agudizó el oído para oír la conversación, cosa que no importó a su amiga. Sólo logró escuchar "fiesta", "Pantera", "aquí están todas más buenas que el pan pero no mejor que Perla" y una especie de zumbido revientatímpanos que probablemente sería música a todo volumen. Lo que sí percibió con claridad fue la tremenda y repentina palidez de Peridot y la furia que se reflejaba en su cara.

-Oye, ¿qué...? -la otra la calló de una mirada fulminante.

-¿Y dónde es? -al otro lado, Amatista dio una dirección que hizo que Peridot colgara sin más. Entonces, se volvió hacia su compañera.

-Eh... -Lapis no sabía por qué la estaba mirando así.

-¿¡Por qué le has dado tus llaves a Pantera!? -le preguntó mientras se levantaba y cogía su chaqueta.

-¿¡Pantera tiene mis llaves!? -respondió a su vez Lapis mientras hacía lo mismo que Peridot y la seguía. Salieron a la calle sin ni siquiera cancelar la orden que le habían dado al camarero.

-¿¡No se las has dado tú!? -la cosa cada vez se enturbiaba más. Salieron disparadas hacia la moto.

-¡Pues claro que no! ¿No se las habrás dado tú?

-No, porque las mías las dejé dentro de casa ya que tú tenías las tuyas. Mira a ver si las tienes todavía -la exhortó Peridot. Lapis rebuscó, desesperada, en su mochila, hasta que levantó la cabeza con el ceño fruncido.

-Será cabrona, la tía -masculló, lo suficientemente fuerte como para que su compañera la escuchase. La otra también empezó a jurar mientras se ponían en marcha de nuevo. Se subieron a toda velocidad, y ambas se pusieron el casco. Lapis cerró sus brazos alrededor de Peridot y ésta puso en marcha la moto.

Cuando llegaron, era ya muy tarde como para pararlo.

Pantera ya había empezado su viernes y no había marcha atrás ahora.

¡Por fin! ¡POR FIN! ¡LO HE TERMINADO Y LO HE COLGADO! ¡WOOOOOOOOW!

Volviendo a lo que nos interesa:

Bueeeeno, bueno, bueno, bueno; ¿qué pasará? Eso sólo lo sabe una servidora, y pronto, vosotros y vosotras. ¡Ay!, cómo me gusta ser cruel.

Con amor,

Wonderina.

Efecto Mariposa: Una historia de dos [PAUSADA]Where stories live. Discover now