#2: Pedazos de Carne.

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Camino por unas cuantas horas y noto que hay un edificio abandonado, queda muy lejos de la zona comercializada.

Veo que la puerta esta bloqueada con alguna tablas de base de alguna cama, están muy desgastadas. Creo que no hay ventanas. Daré la vuelta para encontrar otra puerta o algo para que pueda entrar, esta oscuro y hace mucho frió acá fuera, pero mientras este lejos de ese manicomio no importa.

Logro encontrar una puerta, verifico si esta abierta y efectivamente si lo esta. Ya en el edificio encuentro un cuarto vació, subo algunas escaleras y logro visibilizar una puerta de madera, parece antigua, sucia y llena de polvo. Cruzo la puerta y encuentro una habitación. Hay una cama; Parece podrida y tiene moho, es como si hace tiempo, pero mucho tiempo, nadie la hubiese usado.

Aprovechare la oportunidad y me acostaré en ella, es muy incomoda la verdad. Pero no importa mientras pueda conciliar el sueño todo estará bien. Ya a punto de caer dormida escucho esa música, oh no, otra vez no...

—Halley y todo lo que la rodea... morirá, tres personas, un milagro una sola decisión, su destino es la muerte, muerte por un error...-lo interrumpo antes de que pase a peores.

—¡NO!

—Tres milagros, una misma situación, es una maldición, donde no hay elección.

—Por favor... ¡basta!

—Tres personas un milagro, una sola decisión su destino es la muerte, muerte por un error, tres milagros una misma situación, donde no hay elección.

—¡CALLATE!— Grito ya desesperada—¿no lo entiendes? cierra la boca y deja de cantar esa maldita canción, ¡vete! ¡largo de aquí!—.

—Recuerda que cuando cumplas dieciocho años la maldición caerá sobre ti.

5:00 a.m.

Se acaban de ir los fantasmas. Suele ser muy fastidioso que siempre hagan lo mismo, hasta él punto que me causa terror. En especial si son aquellos días que caen trece. Tan supersticioso.

Voy caminando por él lugar. Oh, hay algunas ratas ahí. Me acerco a una de ellas y trato de agarrarle la manita. No pude hacerlo, incluso me mordió, ugh. Sigo recorriendo él lugar y localizo una pequeña caja. La tomo y observo que hay una sucia muñeca de trapos envuelta en plástico, un libro de que describe toda la ciudad y un mapa de un edificio, se puede contemplar que tiene muchas habitaciones. Un momento... estos son los planos de una casa o mejor dicho una mansión. Es decir que esto es una mansión ¡Asombroso!

Me levanto del suelo y noto que en el mapa se observa que la mansión tiene varias salidas a distintos lugares. Tomo él libro de la ciudad, busco un mercado. Me preguntó si sí habrá alguno en esta ciudad, ya lo encontre... se encuentra entre la avenida 547 y 664 de un barrio llamado la República. Después de pasar por ahí tomare una ruta de 50 minutos hasta llegar a la universidad Michael Lincon, donde empezará mi búsqueda hacia mi próxima víctima.

Agarro la muñeca y la retiro del plástico, tomo una bolsa que encontré cerca de aquí y guardo los papeles de vida que realice antes, él libro y los planos.

Me dirijo a la avenida 544 para llegar a él mercado y conseguir los siguientes materiales:

- Una libreta para anotar algunas cosas.
- Algunos bolígrafos.
- Varias prendas.
- Algún bolso grande para guardar todo lo que necesite.
- Una daga.
- Algo de comida, me esta empezando a dar hambre.
- Una bicicleta.
- Lencería.
- Implementos de aseo.

Y creo que con eso es suficiente, voy caminando según los planos de la casa-mansión, paso por unas habitaciones y observo que entre ellas hay un baño, limpio un poco el baño con un trapo que encontré tirado y para mi suerte, tiene agua, así que puedo bañarme.

Luego sigo explorando la mansión hasta encontrar la salida. Esta bloqueada con un armario, me pregunto que habrá pasado para que ese armario este ahí. Ignoro mis curiosos pensamientos y dejo las cosas en el suelo, empujo el armario y no se mueve ni siquiera un centímetro, Genial, ¿ahora como hago con esto? Creo que lo mejor que podría hacer es tirarlo, ruedo las cosas que traía para que no se aplasten y con todas mis fuerzas tiro del armario y cuando al fin cae salen de ahí algunas cajas, ratones, cucarachas, entre otras porquerías que no me interesan en absoluto.

Recojo mis objetos del suelo y ya saliendo asomo mi cabeza y miro por ultima vez el interior de la mansión.

(...)

Ya he llegado a mi destino. Note que habían unos viejos que me persiguen desde que entre. No les tomó importancia aunque si insisten mucho les arrancare la cabeza lentamente con mis propias manos para que sufran. Entro a un almacén y para mi fortuna veo que tiene todo de la lista menos la bicicleta. El unico empleado esta dormido, que responsable. Tengo menos de diez minutos para tomar todo y huir de los viejos digo, señores que estan alla afuera.

Tomo todo lo que necesitó en un tiempo record, sin embargo, me falta la daga y la bicicleta. Los hombres ya están entrando a él local y lo único que esta a mi alcance para atacarlos es un pedazo de carne... Carne, si hay carne hay un cuchillo afilado para cortarla.

Apresuradamente corro donde esta la carne y derrumbo todo lo que hay a mi alrededor para que a los viejos se les dificulte llegar hacia mi y tomar tiempo.

Llegó a donde esta toda la carne colgada y logro ver un pedazo de carne enorme con un cuchillo gigante incrustado. De inmediato lo agarro y lo mantengo en mi mano. Los hombres se acercan y uno de ellos se dirige hacia a mi con una sonrisa ladeada.

—Veo que eres una chica muy valiente, casi te salias con la tuya preciosa. pero veo que también eres estúpida. No se a quien se le ocurriría esconderse en un deposito de carne— dice acercándose a mi.

Tomare un poco de paciencia para atacar en él momento exacto.

El otro de forma burlona me dice suavemente...

—Muñeca, ¿ves esos pedazos de carne colgando? Pues así pronto estarás tu, después de entretenernos un poco, si sabes a lo que me refiero— se acerca a mi, igual que los otros dos que lo acompañaban.

Intente retroceder un poco y uno de ellos se atrevió a extender su mano para impedirlo, sujete él cuchillo y le corte dos dedos. Este impresionado estaba agonizando de dolor. Los otros al ver el hacha se acobardaron y dejaron a su compañero tirado en él suelo, el trato de pararse para huir, pero lo detuve poniéndome al enfrente de él y observándolo de forma picara le dije riendo...

—No, cariño. Ya me provocaste, ahora juguemos a que quedaras colgado como ese pedazo de carne— Deslizo la lengua por los labios y le sonrió macabramente.

(...)

Salgo del depósito de carne, con todo él cuerpo lleno de sangre (ahg, y eso que ya me había bañado) Con el cuchillo en la mano, doy la vuelta para cerrar la puerta y observo el cuerpo colgante de aquel hombre que creyó ser mas listo que yo.

Se formo una sonrisa en mi rostro.

Él vendedor, que ya se encontraba despierto y con una cara pánico me miraba expectante. Me acerque a él y extendí mi cuchillo... el cuchillo que ya es mio. Dejando a lado mi emoción por tener una nueva arma le susurro al temeroso empleado:

—Si no quieres que algo terrible te pase, harás lo que yo diga. ¿o necesito a mi cuchillo para convencerte?

—S-si, si, si, claro haré todo lo que usted quiera, pero por favor no me lastime...

—Así me gusta, Estaré viniendo aquí cada vez que desee, haré aquí lo que se me de la gana y más. Tomare algunas cosas y te dejare en paz— Dije limpiando la sangre de una parte mi cuchillo.

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