#11. Sav.

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Sav

Siento que todo a mí alrededor está demasiado pesado... el ambiente es tan nostálgico. Esta chica, me recuerda a mí pasado. El cual nunca vi tan importante, después de todo soy inmortal, mi tiempo en esta realidad es infinito. 

Tome a Halley y la cargué para llevarla a un mejor lugar y sanar sus heridas, en eso veo que viene Franchesca con una expresión que refleja preocupación. 

—¡¿Que le ocurrió?!— dijo toda exaltada.


—Tranquila, solo evite que se cometiera una catástrofe— susurré mirando fijamente a Halley, acariciando su cara... tiene las mismas marcas que tenía Allie, no pude evitar una pequeña sonrisa nostálgica. Allie solía descontrolarse y matarme tantas veces que terminaba perdiendo la cuenta. 

—No te dejaré morir— Abracé un poco a Halley.

Halley

No me olvides.

No me olvides.

No me olvides.

No me olvi...

No me...

No...

¡No!

Desperté. 

Me sentía pérdida, no sabía dónde estaba, nunca había estado ahí.

—Halley— me llamó una voz familiar.

—¿Caín?— volteo inmediatamente a verlo— ¿Donde has estado? ¿Que ha pasado en el inframundo? ¡la profecía se acerca! 

—Recuerda que me tienes que invocar pedazo de mierda —subo mi ceja izquierda en respuesta al insulto— en el inframundo te siguen buscando para llevarte— decía acercándose lentamente a mí espalda—¿Quién te hizo esa marca?—al tocarla su mano ardió completamente.

—¿Cómo sabes que tengo esa marca?—. Pregunté mientras me alejaba segundos después de ver su mano.

—Al parecer has estado conviviendo con Quang... te dejaste sellar, con esto no te perciben las almas que esos entes envían para llevarte— dice viendo ya su inexistente mano, su expresión es de indiferencia.

—¿Uh? Mejor, un estorbo menos. Caín, ¿Dónde estamos? esto no es normal...

—¿Para ti que es normal, Halley? estoy seguro que has estado en peores y más extraños lugares.

Silencio.

—Estupida, tú y yo siempre estaremos conectados. Me costó mucho poder estar aquí hablando contigo, en donde estemos es lo menos importante. Vengo a decirte algo importante— su voz volvió a ser tan grave como cuando buscaba asustarme de pequeña— Las palabras que te estuve dando todos estos años, eran mentira—.

Más silencio.

—Hay tantas cosas que no puedes saber, será mejor que te rindas y aceptes tu destino—. Decía fríamente, sus cuencas vacías emitían seriedad, quizá un poco de lastima. 

¿Aceptar mi destino? He luchado toda mi vida por tantas cosas... es imposible que me rinda de esta manera. 

—Toda la vida me has mentido, ¿por qué mierda me lo dices ahora? no puedo aceptarlo, ya tú estás muerto, ¡no tienes nada que perder, maldita sea!— digo tratando de mantener la compostura, nunca he peleado con Caín, se que me esconde muchas cosas.

—Sabes porque sigo penando en tu asqueroso mundo, deberías aceptar tu realidad y dejar que todo pase—.

—¿Que mierda contigo, Caín? ¿Crees que quiero ser igual que tú, morir y no tener un propósito, perseguir a alguien que nunca te correspondió y te cambio por algo mejor que tú?

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