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    Capítulo1   


Estaba atenta revisando los últimos contratos sobre mi escritorio mientras que la canción Cheap thrills de Sia sonaba gratamente en las bocinas. Me hacía sentir menos vacía pensar que había quienes escribían sentimientos tan simples haciéndolos sonar tan bien.

Revisé los últimos presupuestos para después darme cuenta que, a pesar del aumento a mis precios, mis clientes seguían pagando quincenal o mensualmente cantidades exorbitantes solo por estar conmigo y entre mis piernas... es algo de los que no les culpo.

Terminé de acomodar todo ese papeleo solo para ponerme a cantar, con la peor voz pues no me considero buena cantante.

— Come on, come on, turn the radio on, it's Saturday and it won't be long, gotta paint my nails, put my high heels on, it's Saturday and I won't be alone... —empecé hasta que mire que ya serían las 5:30, hora de atender a uno de mis clientes más fieles... si de alguna manera le podía llamar.

Y como había predicho poco tiempo antes la puerta sonó en tres golpeteos rítmicos para que después la misma se abriera ante mi pase de entrada. Con paso lento comenzó a caminar hacia mí y después de cerrar la puerta tras de sí me miro sonriendo pero a la vez presentía que quería contarme algo por lo que primeramente le ofrecí asiento.

— ¿Tienes algo, Ricardo? —pregunte curiosa por su gesticulación, sus cabellos negros bien peinados seguían siendo acariciados por sus dedos que estaban nerviosos, sus ojos castaños tan únicos y penetrantes bajo sus estéticas cejas me señalaban con confusión.

— Si, vengo a cancelar primeramente el contrato pero como sé que estos trámites tardan dos semanas pues vengo a hacerlo desde ahora para que vallas preparando todo —dijo sereno pero a la vez triste.

— ¿Alguna razón en especial? —pregunte ya que, a pesar de que me negaba, tenía dudas del "porqué" del repentino pedido.

— Me voy a casar en unos meses y no quiero empezar mal con mi esposa, ya bastante tiene con qué te venga a ver siendo novios —dijo algo arrepentido.

— Una mujer que te domine, realmente ahora lo he visto todo... —dije levemente burlona y es que Ricardo era el único cliente con el que llevaba una pequeña "relación" amistosa, por algo era casi uno de mis primeros clientes desde que inicie en las calles.

— Pues... si... se ha ganado realmente mi corazón y quiero hacerlo bien —dijo mirándome sincero, algo que no veía muy seguido en los ojos de otros hombres— pero descuida, no te dejare totalmente sola, un amigo mío está obsesionado con verte desde que le conté un poco de ti —sonrió ladeando sus labios cosa que se ve muy atractiva en él.

— Sabes que va contra las cláusulas del contrato —contra-ataque.

— Pero ya voy a dejar una vacante entre tus piernas. Sé que le darás un buen trato —musito recordando en la nada al sujeto de quien me hablaba.

— Ricardo... —recrimine sus acciones con una mirada de regaño y cruzando mis brazos.

— Por favor Juliette, como último favor —suspiro.

— Tu último favor se concede en el cuarto de juegos... por cortesía de la casa... —hable sonriendo levemente.

— Me gusta eso... así que lo acepto pero... —dijo haciendo una pequeña pausa para admirarme y después tragar algo de saliva— ten en cuenta que en algunos días mi mejor amigo vendrá y él será tu nuevo cliente.

— Correré el riesgo... además yo también te quiero pedir un favor —dije recordando algo.

— Dime —hablo atendiendo a mi caso.

— Necesito resolver algunos problemas con los contratos de mis otros clientes y lamentablemente despedí a mi abogado por un desacuerdo, ¿Podrías ser mi nuevo abogado?

— Oh Juliette... —sonrió— claro... apenas deje de ser yo tu cliente tú serás la mía.

Reí ante sus manías y formas de hablar pero no por nada le tenía cierto y medido afecto. Ricardo fue entre los primeros clientes que tuve, me encontró una noche en la calle y él estaba algo ebrio pero el sexo fue de lo mejor por lo que volvimos a buscarnos. Con eso de buscarnos me refiero a que de alguna manera él volvió a pasar por mi lugar y comenzamos esta "amistad sexual", como Richard la clasifico, y desde ese día hasta que puse mi "consultorio" a seguido viniendo como mi cliente más fiel.

Queda aclarar que con ningún otro llevo este tipo de relación, cosa rara en mí ya que usualmente solo necesitaba a Frida con migo pero dadas las circunstancias es bueno que tenga alguien de confianza que me ayude con mis asuntos fiscales y legales.

Después de que pidiera cancelar el contrato platicamos un poco más y después entramos al cuarto de juegos para desahogar sus emociones ya que se iba a casar y eso,para cualquier persona, es algo duro y difícil de afrontar. Cuando termino la sesión simplemente se vistió y sonrió diciendo que para mañana en la mañana vendría su mejor amigo a al fin conocerme y comenzar los acuerdos del contrato... 

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En multimedia esta como me imagino a Ricardo, obvio, con ojos miel. Espero les guste

Tres Centavos De Felicidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora