Tres Centavos De Felicidad

Ni un paso atrás.

Ni un paso atrás...

Capítulo 9

— ¡¿Es en serio Balam Torres Plata?!, ¡¿Qué rayos estás pensando?!

— No me grites, por favor, me duele la cabeza —respondí con la horrible resaca del día anterior.

— ¡Pues te jodes!, ¡¿Piensas casarte con una tipa que apenas conoces de hace dos meses?!

— Basta Canek... —escondí mi cabeza bajo la almohada de la cama— no quiero hablar ahora.

— ¡Lástima porque vamos a hablar y me vas a explicar que mierda haces y donde esta Juliette! —volvió a gritar y escuchar el nombre de ella me hizo despertar, solo voltee a mirarlo con los ojos fijos en los suyos.

— ¡Ella es una prostituta que contrate cerca de dos años y trate de enamorar!, ¡Me humillo y siempre se reusó a quererme entonces decidí darme una maldita nueva oportunidad con alguien más!, ¡¿Qué más necesitas saber, Quieres que te de su número y dirección!

— ¿Prostituta? —dijo sorprendido y quedándose estancado en esa palabra.

— Si, la conocí por Ricardo y me enamore y...

— ¿Y si estás enamorado de ella por qué te casaras con otra?, ¿En serio ella ya te rechazo definitivamente? —dijo tranquilo y mostrando en su mirada la mirada de papá.

— No... de hecho... la última vez que la vi fue hace unos días y me dijo... —recordé en su voz ese hermoso "te amo" y como seguía gimiendo entre nuestros movimientos. Puse mis manos sobre mi rostro y suspire recordando su aroma...

— ¿Qué te dijo? —Canek me saco de mi ensimismamiento.

— Que me ama... —respondí triste.

— Entonces cancela la boda y corresponde, dudo que alguien como ella pueda darte otra oportunidad —dijo preocupado por su decisión pero yo sabía que no cancelaria nada. Juliette realmente no sabía lo que quería y ya habia ilusionado a esa niña. Melisa se había vuelto alguien muy atenta y linda conmigo a pesar de lo que paso y por todo ello decidí dejarla entrar en mis pensamientos y, a pesar de mis sentimientos por mi pelirroja, también sentía algo pequeño por Melisa.

— No lo hare —respondí seco.

— ¿Pero por qué? —inquirió molesto.

— Ella quiere seguir en su vida de sexo sin frenos, la entiendo y por ello debo de dejarla vivir a su manera, ya veré como vivir sin ella —dije volviendo a cubrir mi rostro entre las sabanas y la almohada.

— Te conozco... y tú no podrás vivir sin ella —maldita verdad entre sus labios.

— Puedo tratar.

— ¿Cuándo has cambiado gasolina por agua?, simplemente no reacciona con el fuego —se fue haciendo sonar sus pasos fuera de la habitación. Respire profundamente y mire el techo dándome cuenta de que moriría antes de poder olvidar a Juliette pero... ella así lo quiere y no me interpondré más.

(...)

— Buenos días Balam, es decir, ingeniero Torres Plata.

— Buenos días Mel —respondí a su saludo, ella se acercó a mí y planto un beso en mi mejilla derecha, yo la mantuve a mi lado tomándola de la cintura y devolviéndole el beso de la mejilla.

— No tan buenos como tú —dijo con la mirada fija en mis labios, sabía y se notaba sus ansias de besarme, suspire y me mentalice que siempre seria así porque yo le di paso. Permití que se acercara y rocé mis labios con los suyos haciendo que un sonoro beso saliera de aquel momento.