Tres Centavos De Felicidad

¿Por qué?

¿Por qué?

Capítulo 4

Esta mañana no podría haber estado peor, realmente me siento de las peores formas que se puedan imaginar pero el solo pensar un poco en lo que ocurrirá en el día me siento mejor.

Desperté mirando el techo obscuro de mi habitación cerca de las 4 de la mañana, algo típico pero que debería de dejar de hacer si quiero de alguna manera conservar mi cordura mental o, al menos, la poca que me queda. Me levante con pesadez y me mire en el espejo del baño, soy un despojo humano pero poco me duro el mal gusto al sentir la caliente y deliciosa agua cubrir mi cuerpo y hacer que despertara al instante. Benditos baños de agua caliente.

Después de aquello me prepare de desayunar y con semblante tranquilo me fui directo al trabajo vistiéndome formalmente, como siempre, aunque me picaba lo más fondo de mí siendo que quería vestirme como indigente muchas veces.

Llegue a las oficinas centrales pasando con mi carnet, rápidamente me abrieron las puertas a mí y a mi placer culposo, mi bugatti vayron. Fui casi directamente a área de producción caminando con demasiada decisión. Es sábado, tengo planes y no me permitiré retrasarlos.

— ¡Maldita sea!, ¿Dónde carajos estabas Balam? —me pregunto Adler, mi mano derecha en cuanto al trabajo y un buen amigo fuera de esté.

— ¿Qué pasa?, llegue temprano así no que no te pongas así —respondí serio y frió, como normalmente soy pero bueno, eso solo en el trabajo.

— Tenemos un problema con una de las plantas de producción, me acaban de decir que el jefe del departamento del almacén estuvo haciendo mal los inventarios y...

— ¿Seguro que fue él? —interrumpí— no lo habrás despedido aun, ¿Verdad?

— No, aun no —respondió confundido.

— Está bien, llévame a mi oficina los inventarios que dices que están mal y por favor también llama a los gerentes en turno del departamento y las cintas de seguridad del almacén, ¿Algún otro problema?

— No por lo pronto —dijo aun desorientado.

— Vale —dije caminando rápidamente hasta mi oficina, al poco tiempo Adler llego con todo lo que le pedí, rápidamente comencé a revisar todos los inventarios y, aunque parecían en un inicio bien hechos tenían leves inconsistencias, revise los vídeos y parecía que siempre se olvidaban de una pequeña zona porque mandaban a llamar al encargado y los gerentes con el mismo cuento de que ellos no tenían la culpa. Mande a llamar al jefe de departamento con el cual hable hasta llegar al punto del problema.

Después de señalarle un pequeño nuevo plan de trabajo dándole pequeños horarios se fue, le pedí a algunos colegas que ayudaran elaborando el nuevo inventario, lo necesitábamos en menos de una semana y realmente es pesado siendo que el almacén es enorme pero lo lograremos.

Y así paso mi día, un poco aburrido, llenando  formularios y revisando las plantas de las que estoy encargado como jefe principal de producción. Creo que no lo he mencionado pero trabajo en una empresa de producción, importación y exportación de vehículos terrestres, es decir, estoy en una empresa de automóviles... por algo tengo mi bugatti.

Dieron las cuatro de la tarde y comencé a levantar mis cosas y cuando iba a salir de nuevo sin que nadie molestara alguien me detuvo del hombro.

— ¿A dónde vas? —me hablo con voz ronca, voltee y mire a mi castaño favorito.