Re-encuentro III

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Al entrar la cafetería, nos sentamos cerca de la ventana principal y pedimos algo sencillo. En mi caso, una rebana de pastel y mi te favorito.

Hablamos durante horas de diferentes temas y que nos gusta (libros, películas, músicas, básquet entre otras cosas).

De pronto el celular del peli rojo, atendió la llamada y se puso de mal humor —Lo siento. Tengo que regresar a Kioto. Déjame pedir la cuenta y nos vamos. — Ha de haber notado que estaba por protestar por qué me silencio —No te preocupes, después de todo te arrastre aquí.

Salimos y esperamos por el auto que lo recogería.

—Toma, Kōki.

Akashi estaba entregándome me billetera — ¿Cómo?— dije en shock.

— Se salió de tu pantalón el día de la final, donde estábamos con Niguo. Te hable, pero no me escuchaste, así que te la traje.

—Muchas gracias, Akashi-san. Disculpe las molestas que le ocasione— dijo dando una reverencia. Se sentía un poco mal de hacerlo viajar por horas.

—De nada, sólo no la pierdas— dijo sonriendo. Con algo de nerviosismo se acercó al castaño y le deposito un pequeño beso en la mejilla. —Adiós, Kōki—. Subió a su auto y se fue.
Una sonrisa se formó al notar que el castaño se había sonrojado y sostenía su mejilla.

———————————

Kōki no pudo evitar tocar su mejilla.
— ¿Qué fue eso? —pensaba mientras comenzaba a sentir sus mejillas sonrojadas y el aumento de su ritmo cardíaco.

Tras que el auto ya no se apreciaba en la carretera, decidió caminar e ir a su casa. Durante todo el trayecto iba pensando en el beso, se sentía como en las nubes.

¿Qué había sido eso?

¿Por qué? Eran unas de las preguntas que rondaban su mente.

Al llegar a su hogar y entrar, notó que su madre estaba bajando de las escaleras y lo miraba fijamente.

—Al parecer mi hijo está enamorado— dijo la castaña con una gran sonrisa formada en sus labios.

Ese comentario me dejo en shock.
Por Dios, Akashi-san es un hombre. ¡No puedo estar enamorado!... o ¿Si? Esa noche no dormir bien.

PV Seijūrō

Se aferraba a su corazón, sentía su ritmo cardiaco por las nubes ¿Qué demonios hice? ¿De dónde me salió besarlo? Por dios, es un hombre. Estaba confundido. No entendía por qué lo había hecho.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el chofer.

— ¿Se siente mal, Seijūrō-sama?

Levanto la mirada — ¿Por qué lo dices?— preguntó.

Después de titubeos respondió —Usted se está tocando su corazón y está completamente rojo. ¿Lo llevo al hospital?— dijo preocupado.

Tan notable era como se sentía —No vamos a casa, llama al doctor y decirle que espere a que llegue. Cierra la cortina —ordeno.

El hombre algo asombrado respondió —Si, Seijūrō-sama. — y cerro la cortina.

Cuando llegaron su padre y el doctor ya estaban allí.

— ¿Que tienes, hijo?— su padre preguntó preocupado.

—Creo que es mi corazón. No deja de latir e inclusive siento como... ¿piquetes?— trato de explicarse.

El doctor intervino —Bien, vamos. — realizo chequeos de respiración y lo conecto a una maquina cardiaca.
Después de terminar dijo: Akashi-sama, Seijūrō-sama tiene una excelente salud.

— ¡Entonces que tiene!—exclamó Akashi Masaomi ¿Acaso tendía la misma enfermedad que su difunta esposa?

—Tengo una idea. Hmmm.... Seijūrō—sama no es necesario que lo diga, pero podía usted pensar en lo que estaba pensando cuando sintió eso. — pidió el doctor algo nervioso. La edad era la ideal para que las hormonas de un joven de 16 años saludable comenzaran a responder.

Asentí y comencé a recordar a Kōki. Ese beso que le di, sus sonrisas, sus gestos. La máquina comenzó a marcar lo agitado que sentía mi corazón. Vi la cara de padre estaba atónito y el doctor se veía feliz.

—Si mis suposiciones son correctoras y estaba pensando en una persona. Usted está enamorado, Seijūrō-sama— dijo el doctor felizmente.

— ¿Enamorado?— tanto padre como hijo quedaron en shock.

¡Akashi Seijūrō estaba enamorado!

Esa noche el emperador no pudo dormir.

o


.....

Un Chihuahua sin suerte... O eso creía    -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora